En estos días de carnavales los distintos barrios se llenaron de banderines y de color. No sé si les tocó alguno cerca. A mi sí. Muy cerca. Tan cerca que escuchaba al animador desde casa.
El domingo, yendo al súper, pasé con "mi marido" por ahí. Música, gente, choripanes y más gente.
El olor a espuma me llevó a mi infancia en un santiamén.
Niños correteaban con sus pomos y reían a carcajadas.
En eso vino un pequeñín, de unos 7 añitos, enfocó y me tiró un buen chorro directo a los ojos.
Casi ciega le dije un rosario de improperios mientras me limpiaba...Salgamos de acá querés? Esto no es divertido... le dije a Luis, quien curiosamente sí se divertía con la situación. Mi cara era un lemon pie. Seguimos camino hacia el súper mientras yo seguía balbuceando... Mocoso irrespetuoso, metete con alguien de tu tamaño!
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