¿Cómo es la cosa, a ver... el viernes se termina el mundo?! O sea, ¿al stress de este fin de año, oh, Dios, ahora debo sumarle el stress por el fin del mundo? Nahh, es mucho.
A mí, Mundo, no me jodas, no me engañes con que vas a terminarte ni nada de eso, que no puedo hacer más de lo que estoy haciendo.
Y más todavía, en estos días me estoy proponiendo hacer menos.
Como le dice el chino a Roxi (¿conocen la serie?): "Menos, Roxi, menos".
"Menos Inés, menos".
Voy a hacer lo mínimo. Sí, lo sé, van a decirme: "Si se termina el mundo, ¿de qué preocuparse?" ¡Como si los finales fueran fáciles!
Como fuere, insisto, yo voy a andar campante. Voy a reírme de mis estupideces, como nunca, voy a soltar expectativas, voy a escuchar al cuerpo, voy a respirar profundo e importantísimo... (y esto lo subrayo con resaltador y me lo escribo incluso con birome en la palma de la mano):
-Conectá con tus hijas.
Y se me viene el recuerdo de una anécdota de Melanie, mi profesora de danza, a quien le tocó vivir hace muchos años una situación límite, de un terremoto en Guatemala.
Ella siempre señalaba: "Los animales estaban tranquilos". O sea, que los animales presentes en aquel momento estuvieran tranquilos para ella fue todo un signo. Un alivio, aunque no lo haya expresado en esos términos.
Ojo, yo sé, me consta que el mundo no se acaba, pero sí es probable que en un sentido metafórico se nos mueva el piso (bueno, nos está pasando hace rato)... y entonces, vayamos a ellos, a ellas, en mi caso. Conectemos con los niños, que desde ahí, desde la serenidad que ese diálogo llano, simple, profundo... vamos a llevar mejor el tránsito.
Y más allá de las dificultades momentáneas, siempre es lindo el reencuentro. Y no me refiero solamente a estar con ellas, me refiero a algo que ni siquiera puedo explicar, es un estar pero con consciencia del valor de esa presencia... y qué sé yo qué.
Y dejo de escribir "raro" porque ya me estoy contracturando... y la espalda me tira letra (la espalda o mi vocecita Mosca Muerta): no importa lo que sea. ¡Pero que sea!
¿Cómo están ustedes viviendo estos días? ¿Nervios, cansancio, tensión en la boca del estómago? ¿Cuán conectados o desconectados se sienten en este momento en relación a los más pequeños?
PD: Hablando de conectar con ellas y viendo la segunda foto, a ver si hoy encuentro el cochecito de bebé que le pidieron a Papá Noel.

Conectá con hijas (y con vos misma)

Paseando a Gualy (en carrito de té)
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