Primer cumpleaños -tuyo- a tu lado...
¿Y si aprovecho la ocasión para volver a comunicarme con vos a través de este espacio?
Ok, pero hagámoslo del único modo que -a mi modo de ver- funciona hacerlo.
Con verdad emocional en relación a lectores leyendo este intercambio.
(¿O acaso no escribo también para ellos?).
...
El caso es que te escribo hoy domingo después de un sábado complejo.
De un cortocircuito que se hizo carne, que llegó a manifestarse en un plano físico.
Se hizo literal. Concreto. Palpable.
Mientras escribía ese choclo de mensajes por celular, un cable de tu casa -desde allí escribía, sentada en tu cama, mientras vos trabajabas- empezó a quemarse...
Cortocircuito comunicacional y eléctrico.
Vos hablabas en chino, yo en arameo.
Y vos ya ni leías lo que yo escribía, leías mi desborde, mi enojo, mi aparente exageración, la irracionalidad de mi comportamiento... todo aquello tan sin propósito... a tus ojos.
Pasé de sentirme "maravillosa" -a tus ojos- para sentirme delirante, al borde.
Al borde de un ataque de nervios.
Mujeres al borde... habrás pensado.
Qué difícil cuando mujer y hombre, mujeres y hombres no nos entendemos.
¿Será tan difícil entenderse con el otro?
Nosotros lo hacemos en muchos aspectos. Fundamentales.
No podríamos estar juntos si fuera de otro modo.
Pero a veces no coincidimos en algunas cuestiones (tampoco menores).
¿Pero quién sí?
¿Y quién dijo que fuera fácil hacerlo?
Ojalá algún día suceda. Una comprensión por ósmosis.
Que siempre levantemos la ficha y oh, coincidencia... ¡pareja!
Dios quiera.
Sí, ya, sé, basta que nosotros queramos.
Y lo queremos.
Lo deseamos. Ambos.
Eso sí está facilitado. Dado. Servido en bandeja.
Algunos obstáculos pero una gran herramienta.
Abundancia de deseo. De amor.
De un sentimiento que a mí me desborda, me levanta a diario pensando en vos, sintiéndote a vos.
Sintiéndome con vos. A tu lado.
Tenía una amiga que decía: "el amor es fácil".
Muchas veces me encontré citándola.
Qué paradoja.
Arranqué este texto hablando del contexto en el que estaba siendo escrito: un contexto cortocircuitado...
Llegué a preguntarme, a preguntarnos:
¿Quien dijo que el amor fuera fácil?
O me corrijo:
Llegue a preguntarme:
¿Quien dijo que comprendernos fuera fácil?
Y ahora, como si nada, cito a mi amiga.
Con esa frase bella, pero dado ese contexto, ridícula (o ingenua).
Y sin embargo, la cito...
...convencida de ser cierta.
Quiero decir, si el amor está dado, si el deseo está prendido, si están los recursos... es fácil asumir el desafío.
El amor facilita lo complejo. El amor facilita la empresa.
¿Quién dijo que fuera fácil, por ejemplo, construir un edificio o escribir y filmar un largo?
Y sin embargo, hay quienes lo hacen.
¿O quién dijo que fuera fácil parir a un hijo y criarlo?
Y sin embargo, hay muchos que lo hacen.
Porque hay deseo, porque esa potencia te arrastra, te tira de los pelos... le da sentido a tu hacer.
¿Y si esa fuerza está de tu lado, no serán los obstáculos funcionales al proceso?
Oportunidades de cambio.
Cambio = crecimiento.
¿Será así o estoy queriendo creer ahora?
¿Tu cumple?
¿Qué hoy es tu cumpleaños?
Que me deje de joder con mi filosofía y te mime. Y te abrace.
Te abrazo.
Te abrazo tanto pero tanto que ya empiezo a mariconear y se me llenan de lágrimas los ojos.
Te abrazo y te deseo lo mejor... Una frase que siempre repito a amigos en sus cumpleaños.
Amiguito, que Dios te bendiga... Amor mío, que Dios te bendiga.
Otra frase de las mías.
Te deseo lo mejor + bendición de Dios.
Te deseo y deseo para mí, no sólo para vos, deseo profundamente que seas feliz, que seas un hombre pleno.
Y te deseo entrega + lucidez para que puedas discernir qué es lo mejor...
...en cada momento.
Te amo, mi amor. Te admiro. Te creo, creo en vos.
Muy, muy feliz cumpleaños.
¿Cómo viven ustedes los cortocircuitos en la pareja?

Camino a Camilo. Por Lupe

Feliz cumple. Por Lupe
PD: Muy feliz miércoles. Y como siempre, por taller "Un cuerpo que dicta" o para contactarse por privado, me encuentran en FB.
En esta nota: