
Ayer tuve reunión en el colegio de mis chicos.
Cómo me molesta que se jacten de hacer más reuniones de padres que el resto de las instituciones educativas.
Cómo me molesta que se jacten de hacer más reuniones de padres que el resto de las instituciones educativas.
No es algo bueno, gente del St. Blahblah, no.
La gente tiene cosas que hacer a las 15:30. No sé, trabajar, por ejemplo?
Bueno, pero fui, porque después resulta que en esas reuniones se dirimen los asuntos claves del año escolar y si me quedo al margen el que sale perdiendo es Marquitos.
Yo no sé qué onda, porque siempre va todo el mundo. O nadie trabaja, o todos son sus propios jefes, o la relación de dependencia es más benévola de lo que yo pensaba.
La de ayer fue de las más típicas. Medio que, salvo excepciones, todas las reuniones de padres son iguales:
Las maestras hablando de lo bien que se trabaja con "el grupo", de lo colaboradores que son, de que si dan mucha tarea es porque "el grupo" lo pide, y así.
Siempre están las madres (dos o tres) que, a toda costa, quieren hablar de cosas de sus chicos en particular, a lo que Miss Blahblah responde "si quiere concertamos mañana mismo una reunión para hablar de –elniñoencuestión-"; y al rato, la madre vuelta a ejemplificar con las maravillas de su hijo, y así (las mataría).
Cuando terminó, fui a saludar antes de que la horda de madres se abalanzaran para discutir sobre la fiesta de fin de año (que ahora se llama "concert", para las desactualizadas, ja!) y crucé un par de palabras con la de música.
"Marquitos es una maravilla. Tiene un oído privilegiado. Deberían mandarlo a clases de piano, guitarra, algo".
"sí sí, lo mandamos. Le encanta la música"
"Ah, qué bueno, sí. Yo doy clases en un colegio del estado que queda por Saavedra. Tengo un alumno de 2do grado que también es buenísimo. Tiene casi oído absoluto".
"ah, qué bien!"
"Sí! Y eso que es paraguayo..."
WTF???????
Posta que me dijo eso. Palabras textuales.
Yo me quedé helada.
No supe qué decirle. La saludé y me fui.
Después me odié por no putearla. No mal, pero algo.
De hecho, siempre me pasa lo mismo. Las respuestas geniales se me ocurren cuando mi interlocutor ya se fue.
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