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No soy yo cuando festejo




Hay una sola actividad, capturada por la fiera Mundialista como estaba, que podía, que pudo, de hecho, demorarme para mirar el arranque del partido Argentina-Holanda:
Despiojar a mi hija más chica.
Dignarme a despiojarla...
No voy a defender la tarea diciendo que es una actividad meditativa, aunque por momentos se le parezca cuando uno la aceita (peine fino, uña y yema para quitar liendre apresada, uña contra uña para aplastarla). Más bien, es una tarea de mier... que encima te hace pelota la columna, teniendo en cuenta que la niña está sentada en la bañera. Pero por razones autobiográficas (ya les conté que en mi primaria me obligaron a faltar al colegio por piojosa), es una labor que me toma. Y cuando estoy tomada, en esa eliminación-en-serie de los pequeños enemigos de mi retoña, no hay hora, no hay urgencia más urgente que ésa.
Cuestión: salimos de casa recién a las 5.15, rumbo a casa de Ámbar. Calle desértica. Por un momento pensé: "así debe ser vivir en un pueblo del interior". Sentí envidia sana.
Cruzamos sólo una pareja caminando, que supuse serían extranjeros (por no estar en sus casas capturados por la Fiera). En un momento sentimos un estallido reprimido. "Un casi gol", pensé para mis adentros. Abracé y alcé a la niña, con las mechas aceitadas, para hacerle frente al viento... y finalmente llegamos al departamento.
Para serles sincera, no sufrí un cuarto lo que sufrí en el partido contra Suiza. Quiero decir, no sufrí mucho durante el partido. Recién en los últimos 10 minutos empecé a sentir ansiedad. Tensé mi diafragma en las jugadas peligrosas del tiempo suplementario -a favor y en contra- pero el tormento, el momento TENSO, fue a partir del silbato que daba finalización a los 120 minutos (90 + 30), más los agregados.
-Vamos a penales, Dios mío. Esto sí no lo soporto, Paula. Me pone muy nerviosa.
Y ella no hacía sino insistir con que hagamos el salpicado.
¡¿El qué?! Ah, sí. Una de las razones, sino la razón principal, por la cual la visualización del evento había sido amena (distraída, digamos) fue porque no sólo estábamos con 3 niñas de no más de 6 años (mujeres y chiquitas, que de fútbol no entienden un pito), sino porque, además, nos la habíamos pasamos pintando, evitando ensuciarnos. Paula había traído un mapa de arquitectura que dimos vuelta, tarros con agua, pinceles y potes de témpera... y así fuimos, así fui, bajando y subiendo la cabeza, alternando pinceladas con comentarios... hasta que llegó el tramo decisivo.
Hijas y Ámbar ya estaban en otra, sin irse del living, yo era una bola de nervios, ¿y Paula? Paula: "¿salpicamos?" "Salpicamos, Paula, por dios, ¿qué me estás diciendo?". Ah, sí, parecía que su manera de transitar la tensión era dándole el salpicado final a nuestra pequeña obra maestra.
¿Al grano?
No sólo me encontré anticipándome ("tengo un déjà vu, tengo un déjà vu... dale, Goyco"). No sólo me encontré poniendo todo mi cuerpo en posición de arquera (fui arquera de hockey del club de mi colegio), sino que el primer penal que Romero ataja lo grité cual desaforada. Lo mismo el primer gol que metimos... Y así. Y dije no sé qué barbaridades. No soy yo cuando festejo.
Creo que Paula no daba crédito a lo que hacía su suave "hermana gemela". La que mejor sintonizó conmigo fue Ámbar, y otro tanto mis hijas... pero Ámbar estaba tan poseída como quien suscribe, pegando unos gritos y despachándose con frases tales como "seamos libres", "no me importa nada", "quiero acordarme siempre de este día" que hizo que la propuesta de salir a la calle resultara orgánica.
Y eso hicimos.
Fuimos a festejar a la Avenida.
Miren video.
Entiendo que el Mundial sea una Fiera (ni me quiero imaginar su lado oscuro, lo que esa Fiera eventualmente oculta) pero yo la viví como una más, argentina, capturada, emocionándome con la fiesta... asombrada con la circunstancia.
¿Y ustedes? ¿Cómo festejaron? ¿Gritaron las atajadas y goles? ¿Hicieron algo después? Ah, sí, ya sé, el tercer post que le dedico a la Fiera. Perdonen. Por suerte el domingo termina el baile. ¿Dónde y con quiénes mirarán la final? ¿Alguna cábala?
Postal Mundialista

Postal Mundialista

Festejo en movimiento

Festejo en movimiento

Nuestra pequeña obra maestra. Ah, sí, sí: salpicada.

Nuestra pequeña obra maestra. Ah, sí, sí: salpicada.

VIDEO: Un pequeño fragmento del festejo. Corté de manera abrupta porque estaban revoleando una pelota.
PD: ¡Muy buen fin de semana! ¡Pásenla bomba! Nos vemos el lunes. Si alguien necesita contactarse por privado, me encuentran en FB

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