Salvo en el terreno ortográfico (en el que me asumo estricta y puritana), estoy haciendo el intento de ensanchar los márgenes de error tolerables, por así llamarlos.
No miro más el reloj cuando salgo de casa al jardín, por ejemplo. Si llego 10 minutos antes o 15 más tarde, no me hago malasangre. No me preocupo si China lleva su delantal o no, si ya comí un alfajor y tengo antojo de otro... ni siquiera me estoy enganchando con cuánto gasto.
Soy naturalmente moderada (aclaro) y sé que si confío y camino en calma, todo encaja.
Cada vez más me ne fregan las tendencias, los controles médicos por deporte (al miedo), las rutinas demasiado rígidas o cualquier receta de cómo vivir la vida.
Amo mi jean recontra gastado, mis zapatillas rojas y no tengo anhelos adquisitivos extravagantes, ni nada semejante. Sí me gusta sentarme a tomar un cafetín diario y hojear la sección Espectáculos, y la revista Pronto, cada tanto, los días miércoles. Esto es lo más freak o alocado que hago últimamente.
Soy enérgica e intensa con los mandatos vocacionales, eso sí, y con esto de ser, en la medida de lo posible, buena mami. En esto me exijo, me obsesiono, me culpo y desde luego, me equivoco más que con todo lo otro.
Me encantaría incluso permitirme más en el post diario... Un día, levantarme y escribir: VIVA EL CIELO y ya... y dejarlos a Uds. con esas tres palabras y ese significado mínimo y gigante, soltar todo, agarrar la bici e improvisar un paseo nuevo.
¿Y Uds.? ¡¿Qué reglas respetan a rajatabla y cuáles desobedecen?! ¿Qué NUEVAS LICENCIAS se están dando estos últimos meses?
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