Después de probarme el vestido de Lulo, (o intentar probarme, porque no había manera de que me cerrara de tan ínfimo que era), me quedaron ganas de verme de novia.
No estoy segura de si quiero vestirme de blanco, con un típico vestido, básicamente porque me gusta más la ropa de colores. Pero sí quise probar... Una oportunidad no se le niega a ningún vestido (¿Era así el dicho? Si, ¿no? Si, creo que sí).
Le pedí a Luchi, de Pipí Cucú, que me acompañe a probarme unos vestidos a Casa Raphia , donde hacen unos lindísimos ya terminados, o sea, que te ves vestida de novia de pies a cabeza el primer día que vas, y además son bastante más baratos que los hechos a medida.
Ay chicas, ¡lo que fue ese día! La vendedora nos debe haber odiado. Me probé no menos de 8 vestidos, con sus respectivos visos, guantes y tocados, y para ver si eran cómodos se nos ocurrió bailar como si estuviésemos en la fiesta de mi casamiento. Además, nos filmamos y cantamos a los gritos los temas románticos que sonaban en el lugar ("Bailar pegados es bailar/ igual que baila el mar/ con los delfineeeeeeesss"). Nos reímos como locas mientras la vendedora nos recordaba que cuidemos los vestidos. No se porqué nos olvidábamos.
En fin, acá les muestro cuatro vestidos. Estos son, de los que me probé, los que más me gustaron, o porqué no decir, los que me quedaban bien, o mejor aún, los de mi talle.
No descarto la idea del vestido colorido, pero ¡ojo con el blanco, o con el marfilcito!
Fui lo más tranquila, solo para sacarme una pequeña duda, pero la duda se agrandó. Chicas, en ese cuartito de Casa Raphia, mientras jugaba a los disfraces, me sentí especial. Me sentí Novia. Y esa micro duda se agrandó, y ahora necesito ver más y más vestidos, de todos los estilos y colores, hasta encontrar el indicado.
De estas cuatro opciones, hay una que me gustó muchísimo, pero no les digo cuál así ustedes pueden formar su propia opinión, y aconsejarme imparcialmente.
Sofi
En esta nota: