Frenar un poco. Parar la pelota. Darle al cuerpo el descanso que necesita.
Hace tiempo que venía a full, sin prestarle tanta atención al cansancio de los músculos, o a las pocas horas de sueño. Como tenía suficiente energía, seguía adelante y dejaba asuntos pendientes por resolver, total, estaba ocupada. Pero durante el fin de semana me bajaron las defensas y la gripe me recordó que era el momento de cuidar mi salud.

A cuidarse y tomar conciencia. Foto: Latin Stock
En el libro, "La enfermedad como camino", de Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke, dice:
"La gripe, al igual que el resfriado, es un proceso inflamatorio agudo, o sea, expresión de la manipulación de un conflicto. Para hacer nuestra interpretación, no queda sino examinar los lugares y las zonas en los que se manifiesta el proceso inflamatorio. Un resfriado siempre se produce en situaciones críticas, cuando uno está hasta las narices o se le hinchan las narices. Tal vez haya quien considere exagerada la expresión de «situación crítica». Naturalmente, no nos referimos a crisis indecisas, las cuales se manifiestan con símbolos de una importancia proporcionada. Al decir «situaciones críticas» nos referimos a aquellas que, no siendo dramáticas, son frecuentes e importantes para la mente, que nos producen sensación de agobio y nos inducen a buscar un motivo legítimo para distanciarnos un poco de una situación que nos exige demasiado. Dado que momentáneamente no estamos dispuestos a reconocer ni la carga que suponen estas «pequeñas» crisis cotidianas ni nuestros deseos de evasión, se produce la somatización: nuestro cuerpo manifiesta ostensiblemente nuestra sensación de estar hasta las narices permitiéndonos alcanzar nuestro inconfesado objetivo, y con la ventaja de que todo el mundo se muestra muy comprensivo, algo impensable si hubiéramos dirimido el conflicto conscientemente. Nuestro resfriado nos permite apartarnos de la situación molesta y pensar un poco más en nosotros mismos. Ahora podemos ejercitar la sensibilidad corporal".
Prosigue:
"La abundante mucosidad que al principio todo lo obstruía y que congestionó las vías de comunicación debe diluirse a fin de que algo empiece a moverse y a fluir. Por lo tanto, cada resfriado hace que algo vuelva a moverse y marca un pequeño avance en nuestra evolución. La medicina naturista, muy acertadamente, ve en el resfriado un saludable proceso de limpieza por medio del cual se eliminan toxinas del cuerpo; en el plano psíquico, las toxinas representan problemas que también se resuelven y eliminan. Cuerpo y alma salen de la crisis fortalecidos, para esperar la próxima vez que estemos hasta las narices".
¿Cómo enfrento este asunto? Estoy en un proceso de limpieza, entonces freno y me hago cargo de mis problemas y de mi cuerpo. En la práctica, ayer volví de trabajar y me acosté. Como tenía algo de fiebre, cancelé un compromiso y dormí por el resto del día. No tomé ningún medicamento, si la fiebre ayuda a la depuración, prefiero dejarla que actúe, sin interferencias. Según el doctor naturista Luis María Delupi, salvo que la fiebre supere los 40°, es mejor no tomar pastillas y utilizar paños fríos o una ducha de agua tibia para equilibrar la temperatura. Nada me impactó más que la concepción de la sabiduría de la naturaleza, también en nuestro cuerpo. Nuestra responsabilidad consiste en darle los mejores alimentos para permanecer en un estado de salud, pero si enfermamos, hay que prestarle atención al mensaje. Tenemos una tendencia a la autosanación, y al interrumpir el proceso, tapando los síntomas, tal vez lo que hacemos es extender el tiempo que tardaremos en curarnos o en descubrir qué era lo que quería decirnos esa enfermedad. El cuerpo es sabio, confío en esa sabiduría y me conecto con ella desde el amor.
Lo que sí hice fue tomar té de jengibre y una sopa muy rica con acelga y verdeo, hoy tengo una reunión con mis amigos, y mañana volveré al ruedo pero más tranquila. Sé que mi proceso durará el tiempo que sea necesario.
Al té de jengibre lo preparo de una manera muy simple, prefiero comprar la raíz en lugar del polvo, corto un pedacito, lo rallo, lo pongo en agua hirviendo por unos minutos, 5 a 10, y aprovecho para disfrutar del vapor que se genera. Lo acompaño con unas gotas de limón. Como todo, no conviene consumirlo en exceso, sobre todo si se tiene problemas de presión alta. Entre sus propiedades, es desinflamatorio, por lo que es útil para los dolores menstruales, produce calma, ayuda a disminuir el estrés, alivia mareos y nauseas, y el calor que genera en nuestro cuerpo, colabora para combatir gérmenes y ayudar a la depuración.

Jengibre rallado. Foto: Latin Stock
Antes de despedirme les cuento que la próxima semana les hablaré sobre un proyecto muy interesante que se está realizando en este momento, un documental que se llama La salud bajo control. Les dejo un adelanto de lo que se viene.
No hice ninguna referencia al fútbol, con un título tan futbolero. Ando un poco desencontrada con ese deporte pero el domingo espero que ¡por fin! gane Argentina.
Me pueden escribir a kariuenverde@gmail.com
Abrazo grande.
Kariu
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