Pioneros. Crearon una cervecería hace 20 años y ya tienen 52 franquicias

Un día como cualquier otro, en 1998, en la ciudad de Mar del Plata Leo se encontró en un semáforo con Pablo, un ex compañero de la facultad. Cuando se ponían al día sobre qué había sido de sus vidas Leo mencionó su nueva pasión por cocinar cerveza, un hobby que compartía junto a su esposa Mariana. Y ¡oh, casualidad! o más bien, causalidad, resultó que Pablo estaba explorando con intenciones comerciales ese incipiente mundo cervecero. Así fue que lo invitó a conocer el garage donde la pareja producía la alquimia y Pablo se entusiasmó: les propuso sumar conocimientos y juntos, animarse a convertir el hobby en un emprendimiento. Sería cuestión de adquirir las herramientas, construir sus propios equipos y ampliar la visión de negocio para poder llevar la producción casera a otra escala.

Así nació Antares, con la misión de producir cervezas artesanales que respeten los métodos de producción originales, ponderando los sabores y aromas fieles a cada estilo. El nombre es un homenaje a la estrella más brillante de la constelación Escorpio que fue utilizada, durante siglos, por los navegantes de altamar para guiar sus destinos.

Los fondos para la inversión inicial surgieron de sus pequeños ahorros, a los que sumaron una deuda que pudieron tomar con la tarjeta de crédito. Además Mariana y Leo Rodríquez hipotecaron su casa y con eso sacaron un crédito de 40 mil dólares. También les pidieron préstamos a amigos y parientes y entre todos juntaron 100 mil dólares para la inversión inicial que incluía la fábrica de cerveza, cuyos equipos diseñamos y construimos nosotros mismos. Y la remodelación del local.

El local original de Antares tenía capacidad para 100 personas aproximadamente y durante los primeros meses vendían a lleno un total de 6 mil litros de cerveza por mes.

"No teníamos ninguna experiencia en tener algo propio ni tampoco nos habíamos imaginado, hasta la génesis del sueño/ del proyecto, en tener una empresa. No nos veíamos como emprendedores hasta que nos nació el bichito de querer compartir nuestra cerveza con otras personas", comenta Leo. Pero juntos aprendieron a superar los primeros desafíos hasta consolidar una empresa que ya lleva veinte años y que acaba de lanzar un producto super novedoso: la cerveza Atlántica elaborada a base de agua de mar con una nueva tecnología que permite desalinizarla.

"Al principio nos no sabíamos cómo iba a reaccionar la gente, si iba a ser bienvenido nuestro producto", recuerda Mariana. "Nos parecía que iba a ser muy difícil que tuviéramos clientes pero por suerte desde el primer día fue muchísima gente, tal vez porque el local era lindo y por la novedad", cuenta.

"Una fábrica de cerveza en Mar del Plata hace veinte años era algo muy novedoso, entonces la aceptación, contrariamente a lo que pensábamos, estuvo resuelta desde el primer día", agrega Leo.

En cambio, lo que pensaban que les iba a resultar fácil, hacer la cerveza, vieron que no resultó como esperaban. "Nosotros creíamos que estábamos poniendo una cervecería, entonces nos enfocábamos casi exclusivamente en la cerveza y orientábamos casi toda nuestra energía a producirla. Subestimamos un poco la dificultad que iba a tener el resto de las disciplinas de poner un negocio. Nos encontramos con que era mucho más difícil de lo que pensábamos. Nos sorprendió por la complejidad", afirma Leo.