
¿Cómo se atreve a ese amague el sábado y hoy me tiene moqueando nuevamente de sweater polera y botas de lluvia, eh?
¿Lo mejor del día?
-Estoy yendo en el auto porque al mediodía voy a La Plata, te busco y te llevo a la agencia.
¡Sí, sí, sí! Me gustan los llamados sorpresivos de este chico y ni que hablar subirme a un auto calentito con este día.
-Tomá; con lo temprano que es y lo que debés haber tardado en vestirte así tan linda seguro que no desayunaste.
Y me señala un cafesote enorme en el posavasos esperándome. ¿Encima tiene la bola de cristal? (Uy, sonó pésimo eso).
Si hubiese sido "mi" chico me le hubiese tirado encima con gran beso y abrazo en agradecimiento. Pero no.
-Gracias! Sos lo más.
Y abrí la tapita, metí el edulcorante (como si algo pudiese ser mas sweet todavía) y sonreí el resto del viaje.
Primavera, vení cuando quieras. A mí no me importa nada.
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