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Propuesta postural




Entre mi estado zombie y el calor que hace no sé qué voy a lograr escribir hoy. Tengo una duda existencial antes de ponerme a desarrollar cualquier tema: Lupe se queda dormida sin hacer provechito (después de tomar la teta, claro), ¿me aconsejan algo al respecto? ¿La dejo durmiendo? El punto es que ese provechito que quedó adentro la molesta, eso pareciera.
Bueno, pasando a otro tema. Disfrutar, el desafío blog de la mamá, o el desafío de la mamá del blog, o como sea. "Hacé algo que te divierta, aunque sea un ratito", me decía ayer por la tarde mi vieja. "Sentirte rara, físicamente dolorida y hormonalmente revolucionada es lo que todos esperamos que suceda. Pensá que con China no podías ni siquiera detenerte en cómo te sentías". ¡Cierto!. "¡Voy a pedirme una lágrima al café de la esquina!", dicho y hecho. Me senté con China en su mesita de juego y tomamos un café de los nuestros. ¡Viva!
Y ahora sí, el tema que hoy quisiera que reflexionemos: ¡la postura de nuestros cuerpos! ¿Somos conscientes de ella? Ahora, por ejemplo, en este mismo instante, mientras yo tipeo y vos estás leyendo, ¿cómo está tu columna, tus hombros, tu mandíbula, tu pecho? No digo que nos tiremos en el suelo a relajar y respirar, sino que al menos, unos segundos al día, cada 2 horas, lo que fuere, dediquemos a pensar: ¿estoy cómoda haciendo esto? ¿es ésta la mejor postura que puede adoptar mi cuerpo (haciendo lo que está haciendo)? El otro día miraba un par de fotos de la maternidad y me asusté de lo encorvada que me encontré. Cierto, todo el stress del parto/cesárea, de los primeros momentos, más 1 mes y medio de incertidumbre y reposo previo, todo eso hizo que vaya perdiendo mi eje vertical, la conciencia del enraizar desde el cóccix hacia el tope de la cabeza (coronilla). Pero más allá de estas cuestiones (digamos técnicas, por llamarlas de alguna manera), el punto es que cuando estamos muy pendientes de nuestros pensamientos (casi siempre, lamentablemente), perdemos conexión con la comodidad de nuestro cuerpo. Y generamos malos hábitos posturales que después (literal y metafóricamente) son un dolor de cabeza.
Hoy propongo que digamos poco pero desde ese lugar. Desde un lugar pausado y muy consciente, de mucha comodidad corporal. ¿Hacemos el intento?
PD: ¿Qué me dicen del bracito de Chini cuando era bebé?

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