
Yo sé que debería ser un poco más clara. Yo sé que los detalles son la parte más interesante de leer.
El problema es que, como dije ayer, no hay "algo" para contar. No es que un día pasó tal cosa y eso desató el problema. No. El asunto es (y casi que es lo que peor me tiene) que no pasó nada. Simplemente estamos así, pésimamente.
Yo sé que las relaciones (y más las de años) tienen buenos y malos momentos.
Conozco las crisis, y sí, yo sí considero que muchas veces son una buena oportunidad.
Pero no sé. Esta vez no la siento así.
Desde que Nicolás y yo volvimos a estar juntos, hay algo en el aire que me dice que los buenos momento son forzados.
Es complicadísimo volver al modo "amor" después de tanto enojo.
Claro que nos sentamos a hablar y nos sinceramos, y lloramos y nos odiamos y reconciliamos, claro que sí, pero hay una parte de mí que no se entrega a la decisión.
Me siento una cobarde y una mala persona, por no poder blanquear esto con él.
Me sucede que me da pánico que el pibe diga "OK, hasta acá llegué".
Qué mezquindad de mi parte, no? Lo sé
Pero para qué les voy a mentir, no? A esta altura del partido...
Eventualmente lo hablaré, no soy tan desastre, pero qué miedo me da.
Es eso.
No hay anécdotas significativas que contar.
Y esa es la parte más triste: que a pesar de que no haya pasado nada grave, está todo mal.
Es que, hay amor después de la infidelidad?
En esta nota:
SEGUIR LEYENDO


Qué es la cultura de la cancelación y qué significa estar “cancelado”
por Ludmila Moscato

Estrés. El costo que pagan los líderes por ocuparse de su equipo

Podcast. Una oportunidad de engagement para los emprendedores
por Milagros Conzi

ESI para padres. Todo lo que tenés que saber para poder hablar de sexualidad con tus hijos
por Denise Tempone



