A veces Buenos Aires amanece nublada y parece que se avecinara una tormenta. En esos momentos de incertidumbre, antes de caer la primera gota, me dan ganas de irme a una playa alejada o vivir en el campo y tener una huerta, dejar de preocuparme por la economía, la devaluación y depender de lo que mis manos construyan, literalmente. La fantasía está a mi alcance pero siento que es una manera de escapar, de encerrarme en mi individualismo, y dejar que me ataque la ansiedad por el futuro.
En medio del ruido de la ciudad y la tensión de este fin de año atípico, recuerdo las palabras de una persona que en agosto me dijo: "estamos en permanente movimiento de fuerzas, lo que nos pasa es lo mejor que nos puede pasar, tiene que ver con un aprendizaje como sociedad, como humanos". Cuesta verlo así, pero encuentro cierta razón en esas palabras. Prefiero creer en la causalidad y sentir que vamos a salir fortalecidos, que la sensación de haberlo vivido, en realidad, es una oportunidad para que los resultados sean diferentes.

I want to believe.
Somos una conciencia viva, nunca antes y gracias a los avances de la tecnología, tuvimos la opción de expresarnos en tiempo real y formar con nuestro pensamiento colectivo, una única conversación. Podemos usar las redes para hablar sobre escándalos mediáticos o para involucrarnos, informarnos, reflexionar, tomar decisiones. Por mi parte, estos últimos días leí muchos artículos y opiniones para tratar de entender la actualidad más allá de los intereses de quienes hablan. Trato de ser cauta en lo que comparto y comprenderlo desde una perspectiva histórica: no es accidental que tanto en Venezuela y Argentina, como en Guatemala, donde directamente se eligió a un cómico conservador, se haya virado hacia la derecha neoliberal.
¿Cuál es nuestro margen de acción? Es una pregunta que me ocupa y me preocupa. ¿Cómo nos adaptamos a los cambios? Ayer un amigo alemán que se enamoró de Buenos Aires, del tango y su gente, escribía que a pesar de toda su locura, iba a extrañar la ciudad, y a los seres que la habitan, "más resistentes que cualquier tipo de cucaracha". Que se entienda bien, aunque no parezca, es un piropo. Resistimos, porque aprendimos a hacerlo, porque tenemos un pasado oscuro que superamos y que todavía duele porque dejó ausencias, pasamos por crisis, por inflaciones y devaluaciones, todavía se siente cerca la época de los trueques, los patacones y los lecops. Y hablo del lugar que habito pero lo extiendo a las otras provincias.
Desde que nos levantamos, tenemos la capacidad de elegir lo que queremos. Saber a quién beneficiamos con el consumo nos vuelve más conscientes, al comprar a pequeños productores podemos conocer a quien le damos nuestro dinero. No sentirnos dueños de la verdad nos permite escuchar al otro, tener empatía, buscar el acuerdo dentro de las diferencias, o aceptar que no existirá un acuerdo, y aún así, respetarnos como personas. No quedarnos satisfechos solo con lo que decimos y accionar también es una cuestión de actitud.
Espero que este gobierno también realice el mismo ejercicio, el de escucharnos, de abrirse a recibir críticas y atender nuestros reclamos. Y respetar las leyes y las instituciones porque así, imperfecta como es, la democracia sigue funcionando. Las críticas en torno a la designación por decreto de dos jueces tuvieron su efecto.
Me interesa saber cuáles son las medidas que se tomarán en materia de medioambiente, las propuestas y proyectos, más allá de las promesas electorales. Quiero que este espacio también sea útil en ese sentido. Así como 195 países se comprometieron en "El acuerdo de París" a generar medidas que contribuyan a disminuir el cambio climático, regular la minería, el monocultivo y el uso de agroquímicos es importante para mantener el equilibrio de la naturaleza. ¿Será eso posible? La medida tomada por el Ministerio de Agroindustria acerca de la eliminación de las retenciones en las exportaciones y la reducción al 5% en la soja es probable que multiplique los cultivos en el país. Todavía estamos lejos de tener una agricultura orgánica y de consumo interno, pero no ponerle trabas a los emprendimientos familiares y alentarlos podría ser un buen comienzo.
I want to believe, decía el poster de Mulder en la serie X Files (¡que vuelve en 2016!) y es mi frase de cabecera. A pesar de las nubes, yo también quiero creer que podemos CREAR un lugar mejor al que tenemos, "con" o "a pesar de" el gobierno de turno. Como en este programa de Canal Encuentro, Mentira la verdad, que me encanta volver a ver, en donde mencionan una famosa pintada del Mayo Francés, que la política sirva para luchar por lo imposible.
¡Se acercan las fiestas! Para el próximo post prometo alguna receta navideña. Por el momento les propongo que hagan un licuado de sandía y pepino, que es sublime.

Me pueden escribir a kariuenverde@gmail.com
Kariu
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