No quiero pecar de charlatana, así que no vamos a seguir hablando de todo lo que queremos hacer... sin hacerlo. A los hechos.
Y ahora sí, les cuento que el domingo China probó el primer helado de esta temporada primavera/verano.
Salimos a desayunar al café-heladería que hay justo a la vuelta de casa, y ella no se anduvo con chiquitas. "¡Mami, quiero uno!", dijo señalándolos.
"No, China, helado, ¿te parece?", "¿Hace calor suficiente?, me dije, como no sabiendo de a ratos si estamos en verano o en invierno... y se ve que la niña estaba con la idea muy fija, porque marido terminó pidiéndoselo.
Eligió frutilla y dulce de leche; en el vaso más chico (que hoy día, ¡en ésa heladería cuesta $17!), o mejor dicho, la cantidad de contenido de ese vaso en otro de plástico, para que no se chorree.
Y así, tal como la ven, con ese gesto de felicidad que pone cuando los caprichos se les conceden, lo fue comiendo.
Obviamente después tuvimos que volver a casa a cambiar la remera, porque por mucho vaso de plástico, y por mucho cuidado que China le pusiera, terminó hecha un chiquero.
Y ahora mismo, sintiéndome rara y tensa (todavía estoy en la temática de "Alexis" ) levantaré mi culo de la silla... y asumiendo toda la COMPLEJIDAD de este mundo humano, de este "Wonderful World", entendiendo que una existencia calma y placentera es la mejor herramienta para procesar cualquier dolor y transformarlo en movimiento... vamos a seguir su ejemplo; ¿les parece?
¿Ustedes ya tuvieron ya su primer helado pre-verano? ¿Cómo vienen llevando los cambios en el tiempo?
PD: Voy a terminar de leer los comentarios de ayer. Cualquiera que quiera aportar más ideas o seguir la charla, puede hacerlo a través de mi email (inessainz@msn.com). Gracias.
En esta nota: