Con Nacho nos mudamos juntos a principios del 2011. Compramos una heladera y un lavarropas, y recolectamos muebles de familiares que no usaban. Nacho jugó al carpintero y construyó un módulo para la tele, y también una mini biblioteca en un rinconcito del pasillo. La llenamos de detalles lindos, pintamos una pared de naranja, y así, un poco chueca pero con onda, quedó armada nuestra casa.
Cuando mis abuelos vinieron por primera vez a comer, María, mi abuela, me dijo "yo llevo el postre". Me pareció una idea espectacular, porque ella cocina riquísimo y sus postres son siempre elaborados (si cocino yo, el postre siempre es fruta, si la hubiere).
En fin, trajo unos moldecitos con budines individuales de chocolate amargo, para ser servidos con una salsa de naranjas casera y gajos de naranja. Cuando los vi, en vez de pensar "mmmm que rico" pensé, con terror: "no tengo platos de postre ni tenedores de postre ni cucharitas y le voy a arruinar el diseño del plato, que a ella le encanta hacer".
Así que servimos los budines en mis platos gigantes que tienen recetas de pastas (fettuccini alfredo, polpettone di donna rosa, todas recetas en italiano que jamás leí), con tenedores grandes que lavamos y secamos para volver a usar. Ese día se comió en plato grande y aquí no pasó nada, pero la próxima vez que fui a visitar a mi abuela, me regaló una cajita con 8 cucharitas de plata, y unos platos de postre.
Resulta que estos platos y estas cucharitas fueron regalos de su casamiento, y me gusta tenerlos porque creo que son de buen augurio. Me encanta que los hayan tenido durante más de 60 años, que los hayan usado para recibir a sus amigos, y tenerlos yo ahora para cuando vienen los míos. Lo mismo las cucharitas, que guardo en su cajita para ocasiones especiales.
En la época que se casaron mis abuelos no se usaba hacer lista: cada uno te regalaba lo que quería, y lo exhibías en una habitación el día de tu casamiento, para que todos pudieran ver lo que te regalaron. Esto, según mi abuela, era un laburo bárbaro, y es una suerte que no se haga más, porque había que tener mucho cuidado de que todos los regalos se vean bien y que ninguno tenga protagonismo sobre los otros, no vaya a ser que alguien se ofenda. Además, muy frecuentemente te clavabas con algo que no te gustaba, o te regalaban veinte bandejas pero ningún vaso, y no se podían cambiar.
Nosotros decidimos usar parte de los regalos para la luna de miel, y parte en algunas cosas que perduren. No necesitamos muchas cosas porque nuestro departamento ya está armado (aunque no despreciaría algún mueblecito lindo), pero además me gustaría tener un juego de platos, una lámpara o algo así, que haya sido un regalo de casamiento, y verlo todos los días. Algo regalado con amor por personas queridas.
El otro día hice pequeño recorrido por dos compañías que hacen listas: AyNic y Wedcompany.
Acá se los muestro.
Ahhh y no les conté... ¡ya nos hicieron el primer regalo!
Mi vecina y amiga Pía nos hizo este cuadrito apenas se enteró de que nos casábamos. ¿No es lindísimo? Lo hizo con una caja de bocaditos Cabsha, una blonda, y unos muñequitos para torta que compró en un local de decoración. En mi casa tiene un lugar protagónico sobre la mesita del living.

Sofi
PD: Nos gustaron los dos lugares pero nos decidimos por Wedcompany, porque nos viene bárbaro lo de la luna de miel, porque el casamiento está agotando nuestros fondos.
PD2: Cuando digo cosas como "nos gustaron" o "decidimos" entiendan que generalmente se trata de mí sola. Hablo en plural como si Nacho participara de las decisiones, pero por lo general le da igual.
PD3:
S: ¿Te parece hacer la lista acá?
N: Si, buenísimo.
S: ¿O preferís acá?
N: No, como quieras.
S: ¿Y qué querés poner en la lista?
N: No se, elegí vos.
S: ¿Querés que te cuente el cuento de la buena pipa?
N: Dale, como quieras.
S: ¿Te parece que me case disfrazada de pajarito?
N: Como vos quieras.
S: ¿A vos te compro un disfraz de Tortuga Ninja entonces?
N: No, de Wolverine.
S: ¿Te parece hacer la lista acá?
N: Si, buenísimo.
S: ¿O preferís acá?
N: No, como quieras.
S: ¿Y qué querés poner en la lista?
N: No se, elegí vos.
S: ¿Querés que te cuente el cuento de la buena pipa?
N: Dale, como quieras.
S: ¿Te parece que me case disfrazada de pajarito?
N: Como vos quieras.
S: ¿A vos te compro un disfraz de Tortuga Ninja entonces?
N: No, de Wolverine.
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