El viernes finalmente conocí a Aline. Sí, se había ofrecido a ayudarme con la torta y bueno, era una linda excusa para conocerla en vivo y en directo. Cuando abrí la puerta, me sorprendió reconocer esa misma frescura que irradian sus palabras (Pucca me lo había advertido) en su cuerpo. En su sonrisa limpia, en la postura derechísima de su espalda y en su piel.
Soy una observadora aguda de las pieles de las personas, no me pregunten por qué.
Cuestión que cuando le digo, "che, qué piel divina tenés", ella minimiza mi comentario con un leve gesto de la cara y acto seguido acota: "Encima estoy indispuesta, me acaba venir". Como diciéndome: "Cómo podés verme divina, si yo me siento hinchada como un sapo, Inés".
Por un segundo, esfuerzo de mi memoria mediante, recordé aquello de lo que me estaba hablando.
Aaajájá.
Y me sentí una marciana. Inhumana. Rara. En parte asexuada.
¡¿Hace cuánto que no tengo sensaciones similares?! ¿Desde abril del año pasado tal vez? ¡¿Puede ser que tarde tanto en regularizarme?! No, no se ilusionen, no hay tirana x 3 por un rato largo, larguísimo, larguisísimo (sino eterno).
Pero volviendo a lo nuestro, ¿cómo puede ser que un proceso tan odiable, pesado, cargoso para la mayoría de las mujeres durante su vida fértil, de golpe se torne tan AÑORADO (cuando por H o por B desaparece)?
Sí, señores, así es.
Extraño sentirme hecha un sapo, con esa contundencia en el vientre de que ALGO SANGRA y en parte -o mucho- DUELE.
Reventar o creer.
¿A Uds. les pasó lo mismo? Les pregunto a las mamás. Perdonen por este tema femenino-cliché, varones, pero hoy nos toca. Y en general: ¿Cómo se llevan Uds. con esos días de repentino aumento de la sensibilidad? ¿Cuáles son los PROS y las CONTRAS? ¡¡¡¿Cambia en algo la vivencia del "período" después de la maternidad?!!!
* Muffins by Pucca.
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