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Ronda de mates





¿Me creen si les digo que uno de mis varios deseos de este último tiempo es comprarme un mate, una bombilla y un termo?
Hace días que vengo diciéndoselo a mi marido: "me dan unas ganas de venirme a la plaza con las nenas y tener mi matecito". Parece una boludez así dicho, algo demasiado común para estar siendo contado, no? Pero es que a mí el mate me daba casi arcadas antes; no me gustaba para nada. Y eso que insistía e insistía, pero NUNCA hubo caso.
No sé cómo fue, en qué momento del recorrido se produjo la inflexión, pero un buen día me dije: "qué importa si no sabe tan rico, lo divertido es chuparlo". Suena grosero, los del grupo van a seguir sumándome puntos (de queso).
Y no me río porque toso.
¿Toman mate? ¿Cuántas veces a la semana? ¿Con quién lo comparten? ¿Cómo lo acompañan? ¿Lo toman dulce o amargo? ¿Lo prefieren fuerte o bien lavado? ¿Algún consejo sabio para prepararlo?
Ayer mismo me siento en el borde del arenero y una joven de unos veinte años (que cuidaba a una nena que compartía rastrillo con mi tirana), me estira el brazo y me dice: ¿querés uno?
Me di vuelta en dirección a mi marido y ambos nos reímos. "¿Viste?", le dije en tono autoayudesco, "materializamos lo que pensamos (mucho)".
PD: La foto es de un diseño innovador de mate (de silicona) que el otro día me topé en una casa de chiches modernos: MATEO .Ganó en no sé qué concurso de diseño de objetos. Además de original, me resultó super amable al tacto y por cómo lo venden, muy práctico. ¿Me lo regalo o es demasiado?

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