Si por algo elegí escribir acerca de Carolina fue porque sentí que ella y sus papás eran un buen ejemplo.
Carolina es mi vecina, hace tiempo fantaseaba con tocarle el portero eléctrico a su mamá sólo para registrar su ensayo, pero al sentarme a charlar con Ana (madre y psicóloga) sentí que, además del registro en video, también debía entrevistarla. A ambas.
Confieso que había tenido la duda. Veía a la nena tan abocada a su rutina, que me era inevitable preguntarme: "¿estarán sus padres presionándola para que toque como toca?"
Y no. No sólo no había presión, sino que, como ella terminó diciendo: "Si en algún momento la cosa se fue un poquito para el lado de la exigencia, (...) mi tarea como mamá fue justamente distenderla. Nosotros no tenemos la expectativa de que llegue a determinado lugar. Lo que más nos gustaría es acompañarla adonde ella quiera llegar. Vamos detrás de ella."
Ahora bien, no todos los niños tienen tal claridad en relación a un deseo duradero, a un deseo de esos que llegan para-quedarse-en-el-tiempo. Son necesarios ciertos estímulos (incluso lo fueron en el caso de Carolina), que los niños transiten actividades, variadas, que experimenten, que conozcan, para que el deseo aflore, se manifieste.
Y ahora cito a Ken Robinson en su segunda charla TED (2010):
"Creo que hacemos un uso muy pobre de nuestros talentos. Muchas personas pasan toda su vida sin ninguna idea de cuáles pueden ser sus talentos, o si tienen alguno. Me encuentro con muchas personas que no creen ser realmente buenos en algo (...).Y creo que hay muchas posibles explicaciones para esto. Entre ellas, la principal es la educación, porque de alguna forma, la educación aleja a muchas personas de sus talentos naturales. Y los recursos humanos son como los recursos naturales; a menudo están enterrados. Tienes que ir a buscarlos (...) Tienes que crear las circunstancias donde ellos surjan por sí mismos."
Sin volver a entrar en la discusión en relación al paradigma del sistema educativo (debate, por supuesto, que hay que seguir profundizando y difundiendo), aceptando que la escuela de mi hija está dentro del paradigma que Ken Robinson critica, asumiendo que ella se tiende a aburrir en las clases: ¿qué alternativa, en relación a lo que da el colegio, puedo hoy ofrecerle?
"Lo importante es ofrecer alternativas", me dijo Silvia, la directora del jardín, cuando después de preguntarme cómo China venía llevando la primaria, le conté que mi hija se quejaba del hecho de escribir tanto y no jugar casi nada.
"Todavía no quiero llevarla a ningún lado, sale del colegio con ganas de seguir jugando con sus amigas". Y me gustó que me remarcara: "salir y jugar con sus amigas ES una alternativa".
¿Necesita mucho más que jugar con sus amigas en este primer año? No es casual que las veces que le ofrezco: "¿querés hacer danza o dibujo?, lo primero que ella me responde es: "¿con quién, con Clara, con Ámbar?"
El año que viene, además, entrará (con suerte) junto a Clara a un instituto público de arte, 3 veces por semana. Desistí de anotarla en inglés de momento y más allá de si la anoto o no en un taller, quiero confiar en lo que hacemos en la casa, juntas. No quiero dejar de escuchar música con ella, de elegir lápices o crayones y tirarnos al piso a pintar, de mirar películas, etcétera.
Sí, ya sé, el desafío es estar atenta. Ofreciendo sin saturarlos, ni convirtiéndose en la pelota de sus pedidos (como comentaban el otro día).
Saber acompañarlos, reconociéndoles sus pasos. Como ese cuento del punto (Gracias, Ale, ¡copio el video!) en el que el simple reconocimiento de un adulto ayudó y estimuló al niño más que cualquier técnica.
¿Ustedes qué piensan? ¿Cómo acompañan a sus hijos? ¿Qué tipo de actividades alternativas o complementarias les interesan para ellos?
En casa los dibujos de mis hijas decoran la cocina
PD: Padres que quieran aportar su punto de vista, pueden escribirme a elespaciodelpapa@gmail.com Si quieren escribirme por privado o por taller a distancia (hay vacante): inessainz@msn.com
PD2: En breve se viene texto del hijo de una de ustedes. ¡Muy buen arranque de semana!
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