Salir del closet

Cuando hablo con gente a la que le pasó algo parecido por lo general coincidimos en que no es grave y es cuestión de que se acostumbren a nuestras elecciones, tan personales como las de ellos . En mi caso ya vivía sola pero no estuvo de más recordarle a mi familia que el atún también era pescado y que no daba lo mismo comer ravioles de verdura y jamón aunque apenas se notara el jamón.

Con el tiempo vi que mis hermanas agregaron otros elementos a su cocina. No sólo por mí, claro, sino por una búsqueda de ellas hacia una alimentación más saludable. Hoy sabemos las propiedades de semillas o granos que antes –no hace tanto- desconocíamos.

También los encuentros cambiaron. Las Navidades son diferentes a las de aquellas épocas en que consumíamos calorías dignas del Polo Norte y le agregábamos turrones para explotar como fuegos artificiales a medianoche. En la última hubo rúcula y cherry , piononos con vegetales y no faltó la acostumbrada ensalada de fruta .

Para el cumpleaños de mi cuñado mi hermana Bea cocinó pastel de papas y otro de zapallo, que estuvo increíble. La receta es muy simple:

1) Hervir 1 taza y media de lentejas previamente hidratadas el día anterior.
2) Hacer puré de 1 zapallo anco grande o una calabaza y echarle ½ taza de avena.
3) Rehogar 1 cebolla y agregarle las lentejas.
4) Agregar orégano, perejil, un puñado de sal marina y rodajas de aceitunas.
5) Colocar en un molde una capa de la calabaza, otra del preparado de lentejas y otro más de calabaza.
6) Llevar al horno media hora a cuarenta minutos hasta que se vea una capa dorada en la superficie. Se puede gratinar con queso.

Fui a muchos asados durante estos años, incluso a algunos en los que después de un par de vinos cantaban la marcha peronista. Si a pesar de las diferencias ideológicas pudimos compartir ese momento, ¿por qué no compartir una parrilla? Tuve la suerte de contar con anfitriones capaces de asar cebollas, berenjenas, batatas, calabazas, pimentones o choclos. Vi a carnívoros ortodoxos agregarle a su plato un poco de batata sólo porque estaba a mano y después servirse más porque quedaba rica.

Si hay algo que recomiendo, y me baso en mi experiencia, es la flexibilidad de ambos lados. Somos muchos los que no comemos carne -también los celíacos- entonces en un evento grande como un casamiento está bueno preguntar o tener una opción para ambos. Ni siquiera se trata de armar otro menú, sino de adaptar el que se tiene. A veces será un detalle como no ponerle salsa a las pastas o servir un plato que no contenga harina con gluten. Y si no, tendremos que llevar una vianda, lo importante será disfrutar el momento .

Hace un tiempo recibí este mail que guardé porque sabía que en algún momento lo usaría y creo que llegó ese momento. Es de Matías Iglesias, "Mataco" para los amigos, que llegó al blog porque le pasaron el primer post. "Si bien la revista apunta al género femenino, yo me siento parte del "todas" (?) No soy gay, sé que en otra vida lo fui, pero bueno, sigamos con el tema".

El tema es que a los 15 años decidió hacerse ovo-lacto vegetariano después de ver las cosas que publicaba en Facebook una prima vegana, que para la familia era la "loca revolucionaria". A él le había empezado a resultar raro comer a los animales que amaba. Después de varias charlas con su prima y con sus amigos, dejó la carne un 28 de diciembre aún con la oposición de su mamá.

Ahora tiene 19 y le gusta divulgar su estilo de vida cuando le hacen las preguntas clásicas de " ¿Por qué no comés eso? " Y aunque hay varias verduras que no le gustan, forma parte del "Clan Vegeta", y hace una invitación a los que quieran sumarse como lo hizo él, dejando paulatinamente las carnes rojas, blancas y consultando con nutricionistas (sin son naturistas, mejor) para que les den un punto de vista sin tantos mitos en el medio.

Eso es todo por hoy. Ahora que salimos del closet y nos sentimos mejor, espero que ustedes me cuenten su vínculo con las personas que tienen costumbres distintas a las suyas en cuanto a la alimentación. ¿Son tolerantes? ¿Los cuestionan? ¿Los aceptan? ¿Les importa? Me despido con otra despedida. Ayer murió el genial artista Carlos Páez Vilaró , un hombre cuya vida es tan increíble que parece de ficción. Se fue pintando hasta el último día y así lo quiero recordar.

Me pueden seguir escribiendo a kariuenverde@gmail.com
¡Besos!
Kariu