Lo confieso: hace tres meses no sabía quién era Sergi Torres. Pero tengo la suerte de trabajar en una radio en la que siempre estamos atentos a compartir contenidos interesantes. Por eso, cuando me hablaron de él, no dudé en ponerme en contacto para aprovechar su visita a la Argentina y entrevistarlo. Autor de libros como “Lanzarse al vacío” y “Un puente a la realidad”, da charlas y escribe sobre amor y libertad de la propia conciencia, sobre asumir que tenemos en nuestras manos la oportunidad de ser felices en el momento presente. Vi sus videos -hay muchos en Youtube- y algo se movió en mí, las palabras me resonaron, son simples, a veces parecen demasiado obvias, pero a la vez hay complejidad porque implica observarlas, pasarlas por el corazón, y llevarlas a la acción.
Y para eso se necesita valor.
Hay seres que tienen luz. Son de alguna manera, “despertadores”. Yo creo que todos podemos serlo si nos proponemos jugar ese papel, me refiero a que si bien lo que dice Sergi Torres tiene llegada a miles de personas, no es especial por sí solo, no es un iluminado o un profeta, él no acepta ese jugar ese papel. Pero la razón de que tanta gente lo siga y compre sus libros, tiene que ver con que el reflejo que él nos devuelve, y que nos hace indagar en quiénes somos y aceptar que habitar el presente es lo más maravilloso que nos puede pasar.
¿Y quién es Sergi Torres? preguntarán los que todavía no lo averiguaron. Bueno, él dice que lo está investigando. Desde su infancia más temprana, en su España natal, se planteaba preguntas existenciales que no compartía con nadie y que lo motivaban a buscar más allá de las estructuras. Pero hizo lo que la mayoría, estudió, trabajó y se anestesió por un tiempo hasta que sintió que esa vida no lo llenaba. Los ataques de pánico fueron indicadores de que su proceso iba por otro lado y tenía que transitar un proceso hacia su espacio de libertad.

"La felicidad no está en la persona que está al lado. Ya tenemos todo lo que necesitamos para ser felices. Foto: Sergi Torres.
-No sé qué es ser un ser humano. Yo lo puedo definir en base a una época, la que estamos viviendo, en base a mi cultura, a lo que yo he vivido, pero si soy honesto, y miro ahora qué es ser yo, no tengo la más remota idea, es una espacio abierto para ser investigado, y esa investigación ofrece un espacio de libertad al que no estamos acostumbrados. La libertad es un espacio de reconocimiento con uno mismo, cuando te das cuenta de lo que tú eres lo que eres ahora, sin añadidos, eres libre de todos los conceptos, ideas, creencias, filosofías, religiones, etc. Cuando lo descubrimos en nosotros mismos, es inevitable no descubrirlo en el otro. Si yo soy libre, tú tienes que serlo también, esa libertad te la ofrezco porque me la estoy ofreciendo a mí. Porque si estoy libre de mis conceptos, cuando te miro a ti, también estoy libre de mis conceptos acerca de ti. Todo está unido en un mismo proceso de indagación.
-Imagino que no hay un solo camino para llegar a eso, ¿no?
-Hay tantos caminos como seres humanos están en su propio camino. Significa que ahí donde está cada uno es el lugar perfecto para el descubrimiento de sí mismo. No hay nada incorrecto, ni que esté mal, cada uno está en su proceso. No hay nada correcto, ni que esté bien. Cada uno está en su proceso con emociones, relaciones, situación económica. Ahí ese punto es perfecto para hacer ese vuelco de mirar hacia afuera, a mirar hacia adentro. Ese espacio, ese camino es perfecto para el descubrimiento de uno mismo.
-¿Cómo fue tu proceso hacia ese espacio de libertad?
-Para mí fue toda una revolución. Yo ya tenía mi trabajo, tenía mi carrera ya cumplida, mi sueldo fijo. Era fisioterapeuta, pero había algo interno que no estaba lleno hasta que llegó un momento en que esto me superó y a través de experiencias, y de descubrir que detrás de todo lo que vemos hay un mundo que no vemos, me sirvió para dar un salto y escucharme realmente. Todos adentro tenemos una voz que nos dice lo que tenemos que sentir, cómo sentirlo, pero tenemos miedo. No estamos acostumbrados a lo simple. Lo simple es vivir lo que estoy viviendo ahora. Lo complejo, el pensamiento que surge y me dice, “ah no, no me gusta lo que estoy viviendo ahora porque me siento insatisfecho”. Nunca aterrizamos del todo en el punto presente de insatisfacción, el punto es asumir y sentirla plenamente. Cuando esa insatisfacción se llena, se realiza, y empiezo a descubrir quién soy en realidad. Eso se convierte en complejo, apenas nadie quiere sentirse tal como se está sintiendo ahora, todos están buscando un futuro mejor, cuando el presente es lo único que tenemos para poder vivir.
-El punto es ¿cómo calmar esa ansiedad por el futuro?
-No es necesario calmar esa ansiedad. Porque esa ansiedad te está enseñando qué hay detrás de esa ansiedad. Y detrás de la ansiedad hay ausencia de ansiedad. Pero nadie quiere ir hacia esa ansiedad, porque culturalmente pensamos que sentirse ansioso es malo. Pero es malo si yo evito constantemente esa ansiedad, pero si asumo mi ansiedad, termino descubriéndome a mí mismo.
-¿Es posible amar incondicionalmente?
-La posibilidad está, lo que yo me pregunto es: es posible no amar incondicionalmente? Y la respuesta es, lo hemos conseguido, hemos conseguido lo imposible, porque en realidad lo sano, lo que nos lleva a la paz y a un cuerpo sano, una mente sana, una emoción sana, es esa apertura de aceptación, de mirarnos a los ojos, reconocernos y amarnos. Eso lleva a una sociedad sana. Lo que estamos haciendo, es totalmente artificial, es para darnos un aplauso y dejarlo de hacer ya.
-Estamos acostumbrados a que una pareja dure poco.
-Porque poseemos el amor, lo hacemos nuestro. Cuando yo intento amarte a mi manera, mi chispa se va poniendo gris porque paso de abierto a darte, a aferrado a ver qué me das tú. Empieza una negociación emocional y es cuando la relación se opaca. Puede regresar pero tengo que empezar a mirarme y ver cómo me estoy relacionando conmigo mismo, si estoy ejerciendo esa actitud de apertura y amor conmigo mismo, cuando yo lo consigo, es imposible que no os ame, porque estaré en amor.
-¿Cómo se hace para afrontar el dolor? ¿Es necesario hacerlo?
-Sintiéndolo. Cuando uno se dispone a enfrentar el dolor descubre que no es malo, sino que es una llamada a través de la cual la conciencia es atraída, vuelve hacia uno mismo porque el dolor le está llamando la atención. “Estate presente”. El dolor es uno de los grandes indicadores que nos llevan a restaurar nuestra conciencia. Pero como nuestra humanidad no sabe sentir dolor hoy en día, porque es intenso y tememos a la intensidad, lo que hacemos es anestesiar ese dolor y lo convertimos en sufrimiento. El dolor es presente y el sufrimiento es la estela que deja el dolor una vez que lo dejamos en el inconsciente o en el pasado. Cuando me abro a asumir mi propio sufrimiento, esa estela me va llevar a un dolor original, si lo puedo asumir sintiéndolo, me daré cuenta de cómo es asumido por sí mismo, y se convertirá en presencia, en paz.
-¿Qué busca la gente cuando va a tus charlas?
-La gente que viene a escucharme se está buscando a sí misma, muchos no lo saben y creen que están buscando lo que Sergi Torres les va a decir. Para mí es una gran responsabilidad que en mis palabras, esté siempre la invitación a asumir cada uno la responsabilidad entera de la propia existencia humana.
Pasamos muchas horas de nuestra vida buscando la forma de estar mejor, de ser felices. Vamos a terapia, buceamos en herramientas alternativas, damos vueltas sobre el pasado y planificamos un futuro ideal en el que seremos más plenos si tenemos lo que queremos, pero tal vez la clave de la felicidad no esté tan lejos. Sergi Torres, tuvo en sus manos la oportunidad de continuar con lo que le habían enseñado, lo que suponía que tenía que ser la vida, o enfrentar el dolor y el miedo, y la conciencia de que podía morir en cualquier momento, (de que a cualquiera le puede pasar), supo que tenía muchas preguntas, pocas respuestas, pero que había una conciencia universal que lo trascendía y que él era parte de algo más grande. Entonces pudo aceptar el presente y vibrar en la energía del amor.

"Necesitamos de las emociones para saber lo que sentimos. Y cuando las sentimos las rechazamos por miedo. No hay nada de malo en sentir tristeza. Foto: Sergi Torres.
Agradezco mucho a Sergi Torres por su calidez y sus palabras. Los invito a escucharlo y a reflexionar sobre sus propias elecciones y procesos. ¿Están dispuestos?
Pueden ver la entrevista completa en:
Me encuentran en kariuenverde@gmail.com o Kariu en Verde
Kariu
En esta nota: