¿Existe la magia? ¿Dónde está? ¿Cómo se puede encontrar?
Aldana Chiodi y Dino Feldman la descubrieron en los viajes.
O tal vez antes, en un recital de Charly García a finales de los 90' que los unió y desde entonces no se volvieron a separar. Juntos llevan recorridos miles de kilómetros, conocieron países y culturas de cuatro continentes y tienen un proyecto de magia y educación al que ahora se sumó un invitado permanente: su hijo Tahiel.
En su departamento de Villa Devoto y en medio del ritmo que le impone la llegada de un bebé preparan la salida de su primer libro: Magia es viajar que está en etapa de preventa y en el que cuentan las experiencias a lo largo de estos años y el proceso por el que dejaron de ser los que ahorraban todo el año para darse el gusto de viajar, para convertirse en viajeros que trabajan y disfrutan del camino.
Dino Feldman estudió Ingeniería en Sistemas y le atraía la magia, Aldana se había recibido de Geógrafa Social en el profesorado, después se dedicó al periodismo y a la edición. Cuentan que el primer viaje fue en auto a Mendoza y el siguiente lo hicieron a Europa, aunque habían planeado ir tres meses, el corralito les dejó veinte días y gusto a poco. Les encantaba viajar pero cada vez que volvían Dino se sentía atrapado, le costaba tener que atenerse a la rutina y al trabajo que había elegido. Pasaron diez años hasta que ella le propuso dejar su emprendimiento en sistemas que no estaba funcionando. "¿Si no es ahora, cuándo?" y se tomaron en serio el desafío de viajar como una forma de vida.
Dicen que ahora trabajan más que antes, que por ahí son las dos de la mañana y siguen escribiendo, contestando mails. Dino trabaja como mago en un restaurante y siente que esa es su verdadera vocación. Aldana continúa con el periodismo y maneja los horarios. Ahora pueden disfrutar de empezar la mañana con Tahiel, aunque terminen agotados.
Ese cambio -atravesado por la magia- lo cuentan en el libro. También hablan de lo que les pasó cuando comenzaron con su proyecto social. Decidieron llevar charlas y shows de magia a escuelas rurales, hospitales y orfanatos para regalar sonrisas a chicos y grandes. Además suelen visitar espacios educativos y centros comunitarios en los que muestran fotos y cuentan cómo son las personas en otros lugares del mundo. Esa es su manera de colaborar para acercar culturas distantes y borrar los prejuicios acerca de lo desconocido, mostrar que existen entre nosotros más similitudes que diferencias.
-Es lindo preguntarles a los chicos qué quieren hacer de sus vidas, cuáles son sus sueños. Les mostrábamos a los chicos de una escuela rural en San Luis, que en Mongolia hacían cosas parecidas. -cuenta Aldana mientras Dino trabaja o atiende a Tahiel.
Descubrimientos y prejuicios
En el libro aparecen los viajes por Europa y Asia. Después las historias del proyecto por Sudamérica y África. Es inevitable que entre tantos momentos hayan tenido algunos malos, pero los buenos ganan por mayoría. La satisfacción de encontrar amigos nuevos, saber que siempre hay gente dispuesta a dar una mano en donde lo necesiten, sea en Mozambique o Ecuador. Las "historias de dedo", la sorpresa de hacer couchsurfing y que la gente tuviera la confianza de dejarles las llaves de su casa.
-Mucha gente le tiene un poco de miedo, cuando empezamos nos decían que estábamos locos, abrirle la puerta a alguien que no conocemos. Y cuando te metés en ese mundo lo ves como algo re común. Nos pasó en Polonia que el chico nos dejó la llave de su departamento y se fue por cuatro días. Esa fue la primera de muchísimas veces. Después de eso nos dimos cuenta de que era normal, nosotros no estábamos acostumbrados. Y cuando volvimos lo empezamos a hacer. No quiere decir que no pueda pasar nada malo. Pero hay algo que se llama intuición, y no me preguntes por qué pero funciona, como cuando hacés dedo.
-Existe un prejuicio acerca de las personas que viajan, o que tienen mucha plata o que son hippies a los que no les importa nada. ¿Los enfrentan, les importa?
-Es algo común. A nosotros nos pasa, mucha gente opina que viajamos porque somos mantenidos, tenemos fortuna o somos hippies. Nosotros les contestamos lo mismo, no necesitás tener mucho dinero, necesitás tener ganas. Hay un montón de opciones para viajar con poco dinero. Nosotros generamos dinero mientras viajamos, hacemos shows de magia a cambio de alojamiento, o pasamos la gorra, o nos contratan para shows privados, o vendíamos imanes con fotos lindas que habíamos sacado. Hay gente que trabaja online desde cualquier lugar del mundo, fotógrafos, diseñadores, ingenieros.
-¿A Dino viajar lo cambió mucho, en qué consistió tu cambio?
-Yo creo que a veces uno le exige mucho a los viajes: va a venir una luz y me va a iluminar y voy a solucionar todas mis dudas. No, por ahí eso no pasa pero uno cambia su forma de ver las cosas. Descubrís cosas que no sabías que podías hacer. Tenés más tiempo para pensar en cosas que no pensás en tu rutina diaria, tenés más tiempo de leer o escribir. Corroboré que todo o casi todo es relativo y que antes de opinar sobre algo que estás mirando, tenés que analizar el contexto. Había un montón de cosas que tenía incorporadas y no son tan así. Por ejemplo que no se vive el futbol como en Argentina, y pasamos el Mundial 2010 en Holanda y no podíamos creer que una ciudad estuviera tan decorada y que festejaran tanto. Está bueno antes de opinar, analizar esa relatividad. Es difícil pero en el viaje uno trata de mirar con otros ojos.
Comer, comer y comer
Una de las experiencias que más acerca a las personas es la posibilidad de compartir una comida con ellas, de conocer sus costumbres en la mesa. Aldana y Dino guardan en su memoria la posibilidad de haber comido con una familia de clase media en la India, con la mano y sentados en el piso. En la foto, además, aparece un mexicano que se alojó con ellos. Una de las costumbres que les llamó la atención es que las mujeres esperan a que el hombre de la casa termine –aunque esté en otra habitación- para empezar a comer.
Tradición en la India. Comida deliciosa y con los dedos. Foto: Magia en el Camino
Quedaron fascinados con la cantidad de sabores intensos, los platos son muy condimentados y picantes en su mayoría. Un plato muy típico es el Thali: arroz, chapati (pan sin levadura) y curries diferentes, muchas con verduras o legumbres, sazonadas con especias típicas.
Thali delicioso. Foto: Magia en el Camino
En su paso por la ciudad de Jodhpur, también en India, visitaron a Amil y Rehka y tomaron un curso de cocina con ella. Aprendieron a preparar chapati y naam indio, rice biriyani, raita, pakoras, masala chai, fried dal y otros curries.
Curso de cocina india. Aromas y sabores. Foto: Magia en el Camino
Es muy económico comer en la India. En el kiosco de Vicky, un chico indio que vendía omelette y tortillas de papas, podían almorzar por menos de un dólar y hasta firmar su libro de visitas.
Almuerzo sobre huevos. Dino y Aldana. Foto: Magia en el Camino
En China también es común encontrar puestos callejeros. Hacen una torre de canastitas de bambú apiladas sobre un recipiente con agua hirviendo y así cocinan "Jiaozi" al vapor, también conocidos como "Dumplings". Son bollitos de masa muy económicos rellenos de cerdo, de verdura o de brotes de soja. Se pueden bañar en salsa de soja y se venden por unidad o de a ocho, lo que alcanza para dos personas.
Dumplineras en China. Foto: Magia en el Camino
Los famosos dumplings. Foto: Magia en el Camino.
En Tailandia probaron Pad-Thai, que no tiene nada que ver con Steve Jobs. Es una mezcla de tres clases de fideos ya hervidos o cocidos al vapor, y salteados en una plancha con huevo, salsa de pescado, brotes de soja y cilantro Todo eso se consigue por un dólar hasta en lugares turísticos, como en el corazón de Bangkok.
Pad-Thai en Tailandia. Foto: Magia en el Camino.
En su viaje por América Latina les llamó la atención que todos los platos en Ecuador tuvieron "verde". ¿En qué consistía ese verde? En plátanos que se emplean en gran parte de la cocina.
Empanadas de verde: masa de plátano aplastado y relleno, generalmente, de queso. Foto: Magia en el Camino
Tampoco dejaron de probar el Ceviche ecuatoriano, siempre acompañado con arroz, como casi todas las comidas de los países andinos.
El colorido de la cocina ecuatoriana. Foto: Magia en el Camino
Hay muchas más fotos en el blog, también de la comida tradicional europea, en "Sabores del Mundo" pero Aldana me recomendó que pruebe esta receta que comparto con ustedes y se llama Dal
Cada tanto, mientras estaban de viaje se daban algún gusto y tomaban café con torta y se preparaban una pizza para no extrañar las costumbres de Buenos Aires. Costaba adaptarse al desayuno de Asia, en donde toman como si fuera un almuerzo, sopa con fideos y verduras. Pero se animaban a probar de todo y después volvían con ganas de seguir comiendo lo que más les había gustado. Encontraron un mercado en Belgrano que tiene especias, (Ciudad de la Paz y Juramento). También tuvieron la costumbre, como en China, de comer todo el tiempo semillas como snack. Pero al parecer, allá son más ricas. Tuvieron que adaptar su mente a liberarse de los prejuicios, a saber que en muchas regiones de China el perro no es una mascota o a ver que en Venezuela desde chicos comen todo frito.
Lo principal es que aprendieron a ser más abiertos en muchos aspectos, a dejar un mensaje de esperanza a los lugares que van y supieron liberarse de las trabas y los miedos para encontrar su propia magia en el camino, algo que desde el blog y el libro "Magia es Viajar", alientan a descubrir.
Isla Olkohon. Rusia. Foto: Magia en el Camino.
Tahiel sonríe, nosotros también. Foto: Magia en el Camino
¡Muchas gracias Magia en el Camino! Si les interesa leer más del Blog pueden visitarlo acá: http://magiaenelcamino.com.ar/ y participar de la preventa del libro que se edita en forma independiente.
También pueden ver la charla que dieron el año pasado en TEDxCiudad de Corrientes: