Poné el despertador una horita antes...vale la pena - Créditos: Corbis
Por Denise Tempone
Cada mañana, mientras nos enredamos en las sábanas repasando mentalmente nuestras obligaciones cotidianas, perdemos de vista lo sexy que pueden ser esos minutos que le robamos a la rutina. Aunque no te des cuenta, mientras maquinás sobre la almohada cada ítem pendiente en tu agenda, una perfecta ocasión para comenzar el día con un shot de energía incomparable duerme a tu lado. Mirá bien, volvé a elegir cómo te vas a despertar y aprovechalo. Por miles de razones, un mañanero puede ser el mejor comienzo de una gran jornada. Al que madruga...
-Sentidos reseteados
Abrí los ojos. Prestá atención a tu sensibilidad de recién levantada. Si te fijás, te vas a dar cuenta de que en ese momento del día oís los ruidos más fuerte, y hasta sentís aromas con más intensidad. Eso también le pasa a tu piel. Es mucho más fácil estremecerte cuando recién te despertás. Esto sucede porque el cerebro, que estuvo varias horas en reposo, recibe más claramente cualquier estímulo. Después de una larga noche de descanso, tus sentidos se "resetean" y reaccionan más intensamente. Esta es la razón por la que el mañanero es tan contundente.
-Pilas recargadas
Recordá cómo te sentías ayer a la noche y comparalo con cómo te sentís ahora, que volvés a ver la luz del día. Por esta diferencia, nunca va a ser lo mismo la calidad del sexo cuando estás a minutos de caer fulminada sobre el colchón que cuando recién estás arrancando. Incluso si (¡maldito estrés!) te estás levantando cansada, una sesión de remoloneos de a dos puede despabilarte más rápido que cualquier café. La razón es que jugar, tocar y acariciar a tu pareja te libera de los restos de tensión física o mental que puedan haber quedado acumulados por el cansancio. El contacto juguetón con el otro disipa la ansiedad, te predispone a arrancar con entusiasmo, te recarga.
-Efecto hormonazo
Hace unas horas, eras una zombi, pero ahora, algo comienza a cambiar. Tu ritmo circadiano, que es ni más ni menos que el ritmo biológico, está alertando a tu cuerpo de que es hora de entrar en acción. Tus glándulas comienzan a liberar el nivel más alto de cortisol del día, una hormona que nos hace estar más enfocados, alertas y presentes. En este contexto, apenas unos roces con él bastan para comenzar un juego de a dos que estimula la producción de un poderoso cóctel de hormonas, que está compuesto de endorfinas (conocidas como las hormonas de la felicidad) y de oxitocina (sustancia relacionada con una profunda conciencia de pertenencia al otro, de apego y cuidado). Semejante combo crea un sensacional bloqueo del estrés y estimula el sistema inmunológico durante el resto de la jornada. Mejor que cualquier desayuno, ¿no?
-Ternura encendida
El mañanero es estremecedor, pero de un modo distinto. Tiene más que ver con la ternura que con lo salvaje, porque, progresivamente, activa tus partes más sensibles y te conecta con un grado de enamoramiento más intimo. Te hace sentir querida. Esa sensación de ser amada enciende tus aspectos más positivos y te convierte en una persona menos enroscada. Si encarás el día con un ánimo elevado, es menos probable que te neurotices con nimiedades. Un buen mañanero crea esa nube rosa que acompaña a las mujeres felices todo el día.
El mañanero perfecto
Preparate: tené en cuenta que un auténtico mañanero se suele hacer sin haber bajado un pie de la cama, cuando todavía no hiciste contacto con el mundo real. Por eso, si tenés la intención de que tu mañana sea caliente, lo mejor que podés hacer es prepararte la noche anterior tomando una buena ducha antes de irte a dormir. Después, untá tu piel con una crema hidratante con algún aroma que te guste. ¡Y lista para la acción de la mañana siguiente!
Madrugá: prepará el despertador para que suene una horita antes, y si él no se da por aludido, diseñá otra manera de hacerlo "levantar" en todo sentido. Para comenzar, liberate del pijama y, de a poco, andá comunicándole a su cuerpo que estás completamente desnuda. Podés comenzar con un leve roce de pies, o aprovechar su recién estrenada sensibilidad corporal acariciándole uno por uno los dedos y las palmas de las manos mientras tu cuerpo roza el suyo. A medida que comience a desperezarse, podés incorporar movimientos más intensos y masajes. Todo debe ser realizado con calma.
Aprovechá: seguramente ya hayas notado que tu chico se levanta siempre (o casi siempre) listo. Esto se debe a un tipo de erección automática que no está relacionada con la excitación sino con un mecanismo espontáneo de su cuerpo que garantiza la oxigenación de los cuerpos cavernosos de su amigo. Es algo así como un service natural que su organismo hace cada noche para mantener su equipo en forma. Pero no te confundas, el hecho de que esté alerta no significa que ya esté listo para actuar. Ese hecho es meramente físico y no psicológico, por lo que para mantenerlo se necesita algo más.
Conectate: no importa si este round matinal "pintó" o fue premeditado. Como sea, no le pongas expectativas. Usalo como una excusa para conectarte con él, para robarle un momento a la vorágine. Después de todo, se trata de expresar amor y ternura. Aunque si pinta algo más hardcore, adelante.
Disfrutá: lo ideal es terminar este "recreíto matinal" con un rico desayuno juntos, en el que tal vez puedan repasar y compartir la agenda y las preocupaciones del día. Bañarse y vestirse de a dos es también una manera de acompañarse en la reincorporación al mundo real. También, un mensajito de texto, mail o llamado fugaz puede ser suficiente para mantenerse tildados en esas emociones con las que arrancaron el día. Y quién sabe, tal vez hasta repitan a la noche?
Enemigos matutinos (Ojo!)
¿Vos qué preferís? ¿Cómo le ponés onda al mañanero?
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