Hola. Espero que tengan buen martes. Aunque el fin de semana ya quedó lejos, les cuento que el mío fue bastante movido en cuanto a actividades que de alguna manera se relacionan con La vida en verde. Cada vez que me pasa algo pienso: "ah, puedo hablar de esto en el blog". ¿Será porque mi visión ahora hace más foco que antes? Puede ser. Resulta que el sábado pasado fui a ver una comedia que transcurre en Texas y que se llama "Wake up Susan" Había conocido a una de sus creadoras, Brenda Howlin, mientras trabajábamos en la Feria del Libro y entre charlas vegetarianas me contó que estaba haciendo esta obra, que es un western que combina música country en vivo y una historia delirante de amor. Así que ahí fuimos con un amigo, al teatro Gargantúa, en el que me enteré que debutó Julio Sosa en 1949. (Este último dato no tiene tanto que ver pero me pareció interesante).
Cuando salimos, charlamos de la obra con mi amigo al que llamaré "M" y derivamos hacia el último post sobre el Informe de Igualdad Animal , y algunos comentarios que había recibido. La verdad es que después de tres años de vegetarianismo es habitual recibir las mismas preguntas y los mismos chistes. No tengo problema en responderlos y más si tienen buena onda, creo que eso es fundamental para que cualquier conversación funcione. "M" me invitó a un restaurante natural y orgánico que no conocía, en Montevideo y Corrientes. Cuando vi la carta quería probar todo y me costó decidirme. Pedimos tacos y quesadillas con vegetales varios, de los que recuerdo con mucho placer la cebolla caramelizada, una pasta de aceitunas y una opción caprese con rúcula. Delicioso.
Quesadillas vegetarianas
Le conté a M que había visto en las redes sociales circular una categoría de vegetarianos que sólo tienen sexo con otros vegetarianos, los "sexetarianos". La verdad es que me lo tomé con humor. Pienso que las categorías son útiles para simplificar pero a veces noto que se usan en forma exagerada. ¿Es necesario ponerle nombre a una preferencia? La nota que despertó la "polémica" es del siete de enero y salió en el blog "Strambotic" de España que además habla de por ejemplo "Qué clase de hierba fumaban los hobbits". Fue levantada por diarios argentinos cuatro meses después como novedad. En ella Débora, de nombre ficticio –pero de existencia real, jura el diario– cuenta los motivos para elegir parejas que no comen animales, por una cuestión corporal y también por ideología. La foto está tomada en Buenos Aires, de un festejo del Día de los Enamorados de la organización Anima Naturalis en febrero de 2011. Los carteles promocionaban beneficios, como por ejemplo, "l@s vegetarian@s son mejores amantes". De ahí a que se forme una categoría, creo, hay un largo trecho.
Me hago cargo de haber usado el término "flexitariano" para hablar de quienes comen carne cada tanto. Se trata de una generalización sobre un tema del que estamos aprendiendo y tiene muchos casos como ejemplo. Pero me parece que a veces las noticias confunden, lo que empezó como broma otros lo toman en serio y aprovechan para criticar a grandes grupos como "los veganos" y "los vegetarianos" basados más en prejuicios que en datos concretos.
Por otra parte es cierto que muchos elegimos parejas con las que tenemos algo en común. No es ilógico que la alimentación y cierta manera de ver la vida, sean un motivo al menos para empezar a charlar. M opinaba que era inevitable que, con el tiempo, un vegano fuera intolerante con los carnívoros. Yo lo pongo en duda. Creo que uno se suele vincular con personas de un nivel sociocultural similar porque comparte los mismos ámbitos pero eso no debería limitarnos. En mi caso, me gusta conocer gente diferente, hablar de distintas cuestiones y tener amigos sin que sea un factor fundamental con quiénes se acuesta o qué religión tiene, menos lo que come.
Está bueno compartir gustos y también lo contrario
Hay muchos temas que de repente tienen más visibilidad porque aparecen en la tele. Es una buena señal porque significa que despiertan atención y tiene espectadores. Pero ojo, convertirlo en un show sin contenido no es la mejor manera de mostrarlos. Invitar a dos proteccionistas con la promesa de hablar sobre explotación animal para obligarlas a discutir contra los que defienden el derecho de usar pieles que tiene Susana Giménez, con argumentos absurdos, lo único que hace es generar rating. Estamos necesitando más espacios para pensar en lo que comemos y en lo que usamos.
Milva Mazzochi, una lectora del blog, me pasó el programa de Oprah Winfrey en el que probaron con todo su equipo ser veganos por una semana. Está en inglés, no lo encontré con subtítulos pero es interesante ver cómo se aborda la experiencia. Invitan a distintos especialistas, entre ellos al periodista Michael Pollan y cubren los procesos de producción, muestran las alternativas sin carne, ni lácteos, ni huevos (todas industrializadas, me preocupó) y llegan al final con las conclusiones de cada uno de los participantes. Algunos deciden seguir con la dieta ya que se sienten bien y con más energía, un hombre de unos cincuenta años dice que también mejoró en la cama. La diferencia entre estos programas está en lo que aportan, en el de Oprah hay show y es gracioso pero además existe un respaldo de información detrás.
Espero los comentarios sobre todos estos temas y ojalá que se motiven para preparar unas ricas quesadillas con verduras de estación. Les mando un abrazo grande, en especial a la lectora Flor González, para acompañarla en este momento.
Gracias por los comentarios y sugerencias, las espero en kariuenverde@gmail.com
Kariu
En esta nota: