"No, María Inés, ¡¿cómo vas a pasar el fin de año sola?! Venite a casa o andate a lo de una amiga, con alguien, pero no sola". No sé si llegó a decirme: "vos estás loca", pero de seguro lo pensó.
"Sí, Salva (marido de mi madre, para ustedes). Quiero estar sola. Elijo pasar esta fiesta sola. Estoy bien, quedate tranquilo".
Voy a serles sincera. En un primerísimo primer momento, cuando empecé a coquetear con la idea de "sola por primera vez en una fiesta" (y en una de las consideradas grandes fiestas) me asusté yo también. Apenas. Yo misma me dije, sin dudarlo: vos estás loca. Pero dejé la ocurrencia decantando, y al rato, a las horas... ¿y por qué no? ¿Y cuál sería el problema? ¿Y si te diera fiaca trasladarte a lo de tu madre (que por otro lado, va a estar con amigos) o forzar una invitación a lo de una amiga? Ni hablar de emperifollarte para la ocasión... ¿Y si tuvieras ganas de estar sola, cuál es, cuál sería? Digámoslo de otra manera: ¿y si tuvieras ganas de estar con vos misma?
Sí, con vos misma. En sintonía pacífica, en jogging, comiendo una de esas ensaladas multicolores, con arroz, verduras y porotos que tanto te gustan, ¿realmente sería un problema?
¿Y si tuvieras ganas de no hacer nada? Pero ojo, no es un "(no) hacer nada" depresivo o sufriente. Es un dolce far niente , o un bel far niente . Es un ocio bello, dulce... silencioso.
Silencioso hasta ahí.
Porque acá hay otro detalle, no menor, que también te tienta: tenés, después de año y medio, un reproductor de DVD para mirar películas en una circunstancia decente. Cómoda. Echada en la cama, siendo aquéllas proyectadas en una gran pantalla (o al menos en una que es 4 veces más grande que la de tu computadora).
Y sí, el Año Nuevo será una fiesta para compartir con otros, pero, a ver, un momento, ¿acaso no venís de encuentro en encuentro en este último diciembre (y no sólo en diciembre, sino a lo largo de todo el 2013)? ¿Quién se puede ofender porque vos quieras festejar sola esta fiesta? ¡Nadie!
Y dicho y hecho.
Así transcurrió mi fin de año y comienzo del nuevo. Tuve mi primera experiencia de fiesta completamente sola. Y créanme: la pasé muy bien.
Y no justamente por las películas. Las películas me entretuvieron pero no cumplieron mis expectativas. En la primera no me cerró la historia (o peor, el protagonista se quedó con "la otra", con la chica con la que no quería que se quedara). Y en la segunda me agobiaron los diálogos a tal punto que dejé de verla.
Y me fui a bañar. Me di una ducha, una ducha fresca, y saqué fotos, y recibí el nuevo año sentada en posición de indio, en un intento de meditar o acaso meditando, no sé, pero bien liviana.
Mi madre me llamó varias veces. "¡Mamá, estoy bien!". En realidad, no quise asustarla diciéndole la verdad: que no sólo estaba bien, sino que debe haber sido una de las fiestas –del último tiempo- más disfrutadas.
¿Cómo arrancaron ustedes el año? Y ya que se vienen nuevos días de ocio, y yo estoy sedienta y curiosa: ¿cuáles fueron las mejores películas y libros que vieron/leyeron en el 2013? ¿Qué recomiendan para que mire o lea?
Obviamente no estuve con las niñas porque le tocaba al padre pasar el Año Nuevo con ellas, pero la tarde del 31 sí salimos. A pasear y a tomar helado. Y miren qué lindas (y grandecitas).
Ya sé que la foto no pega ni con cola con el texto, pero me impactó verlas tan crecidas:

Última tarde del 2013
PD: ¡Muy buen fin de semana! Como siempre, para escribirme en privado, me encuentran en: Ine Sainz
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