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Tareas que vivo pateando




Hay una serie de actividades, de tareas que no son ni estrictamente obligatorias (como lo es el trabajo, como lo es la crianza) ni tampoco placenteras (bueno, también la escritura lo es, como las tareas maternales... y otras tantas).
Tareas como hacerte chequeos médicos de rutina (sobre todo si sos una persona vital y confiada, no muy fanática de rutinas preventivas), tareas como coser un botón. ¿Ustedes se hacen tiempo para coser botones? ¿O para mandar el saco a la tintorería?
O hacer determinado trámite en la AFIP o en la ANSES, trámites que siempre pueden postergarse, eso una cree.
Tareas, en fin, que quedan como suspendidas en el éter... en Post-it(s) que parecen eternos... hasta que un día, así como existen esos arranques de orden y limpieza y una se entrega a la revancha, existen momentos en los que una se decide: "¡Vamos a sacar turno para el dentista de mis hijas, dale!".
Vamos a cumplir con todas esas obligaciones menores que solas, por separado, molestan apenas, como el ruido de la heladera, pero a medida que van acumulándose, ya sí hacen notarse. Ya son ruidosas como los taladros de los técnicos de la luz... o de hecho, como el ruido de MI heladera, que no es para nada sutil... y a la que mal no le vendría la visita de un técnico. ¡Otro pendiente en mi lista!
Por este motivo y porque me había comido la película de una Mujer Maravilla que no se toma vacaciones, que puede irse a la playa y continuar no sólo escribiendo en el blog (que es un porcentaje menor de mi trabajo), sino, además, escribiendo un guión o sosteniendo el taller a distancia, semana que viene he decidido tomarme un parate.
Es un parate organizacional.
Soy caótica, pero en mi caos encuentro maneras de recuperar el orden.
También quiero evaluar y avanzar con una serie de entrevistas para el blog, algo que no quiero anticipar de momento. Prefiero darles la sorpresa.
Y créanme, van a agradecer que me tome estas vacaciones (ah, sí, Mujer Maravilla tiene que deslizar el comentario: "la tercer semana que me tomo en casi 5 años") porque en mi lugar voy a dejar unos textos que hace rato me venía preguntando: "¿con qué excusa los subo?"
El texto del próximo miércoles, dicho sea de paso, aportó su granito para que yo me tome este descanso.
¡Voy a extrañarl@s!
¿Cómo llevan ustedes estas tareas y trámites? ¿Cuántas de ellas o ellos tienen pendientes? ¿Cuáles?
Y desde ya, feliz día a todos los niños. Cada vez le doy menos bolilla al Día del Niño porque todos los días son sus días... ¡y nuestros días! Disfrútenlos, disfrútense a diario... más allá de los mandatos comerciales. ¡Los abrazo!
¡Feliz día a ella y a todos!

¡Feliz día a ella y a todos!

PD: Y si alguno necesitara contactarse por privado, como siempre, me encuentra en inessainz@msn.com

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