Me caí de jeta al piso. Así de simple. Iba en rollers. Por avenida Corrientes, con Luis, íbamos despacio, prudentes, como debe ser. De repente se me engancharon ambos patines y caí sin poder siquiera poner las manos.
Me dolía la boca, los dientes y empezó a salir sangre. Buuuu.
"No te puedo creer", decía sin parar.
Un taxista se quedo atónito y ante nuestra levantada de mano, huyó, quizá por miedo a que le manche el tapizado.
Finalmente uno se apiadó y nos llevo a la Suizo de inmediato.
Yo seguí repitiendo: "No te la puedo creer..."
Para hacerla corta, paseamos en medias de especialista en especialista. Conclusión: diente roto, tres puntos en el labio, nariz de Avatar y frutillas a granel.
No me puedo reír, eso es bastante difícil.
Hablo sin decir las letras P, B, F y algunas más que hacen que junte los labios. Digamos que si necesitan una ventrílocua para algún evento, me telefonean. Tengo disponibilidad horaria.
Antitetánica, puré de calabaza y hielo.
Una joda bárbara.
Hoy, radiografía panorámica a ver en que estado están los dientes.
Qué embole!
La que nunca se había caído de los patines.
No mando foto porque no van a poder dormir.
Voy a buscar hielo y, no, no es para el fernet...
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