A veces creo que me debo vacaciones.
Que nadie como yo, merece una semana, no más, de playa, sin hijos, ni marido, ni socias, ni pacientes.
Cinco, seis o siete días de nada.
Bueno, llamaremos "nada" a:
-Martines
-Playa al mediodía
-Shopping descontrolado e indiscriminado
-Amiga con quien compartirlo
-Amiga, que no tendrá hijos, y así, los temas de conversación no girarán en torno a los mismos
-Que el room-service se ocupe de nosotras
Y así.
A veces creo eso. Como hace dos horas, que llamé a American, reservé dos pasajes, le avisé a Sofía y en un mes nos vamos.
Así.
En esta nota: