Así, tal cual las ven, estaban el viernes por la mañana. Antes de que madre saliera de casa.
China me había rogado que reproduzca las trenzas que el día anterior le había hecho mamá de Ámbar y se había pegado unos brillitos de fantasía al costado de los ojos. Se lo había pegado a ella, y a su hermana.
Ah, sí. No se trataba de un arrebato de coquetería exclusivo de hija mayor -que sería fielmente copiado por la más chica- sino de una idea de las dos. Las dos venían jugando, pretendiendo, fantaseando con ser mellizas.
Con ser idénticas.
Debería haberlas corregido. Fantaseaban, en rigor de verdad, con ser gemelas.
Cuando subí al 26 -era pasada la 1 del mediodía, volvía del taller a casa- abrí celular y me percaté de que había llamada perdida. De Violeta. La llamé.
-¿Pasó algo?
Pasó que el juego que había arrancado a las 10 a.m. había seguido hasta la 1 del mediodía. Con Lupe convencida de que tenía que entrar al colegio, a la escuela primaria.
-Te quise llamar para que le expliques, porque no me hacía caso. Decía que ella era hermana melliza de China, que no iba al jardín. Que no quería ir al jardín. No quería quitarse el guardapolvo blanco (su hermana tiene 2).
-¿Y cómo lo resolviste?
Pareciera una situación fácil de resolver, pero no me resultaba tan insólito que Violeta me hubiera llamado, dado que conozco el grado de fanatismo que Lupe puede ejercitar por un capricho.
-Fuimos al colegio y la auxiliar de la puerta le explicó que era muy chica todavía para primer grado. Que ella tenía que ir al jardín, que bla, bla... Y recién ahí entró en razón.
Una anécdota graciosa, al fin de cuentas. Un juego de niños que arrancó entre China y Ámbar, hace un mes atrás, y que ellas probablemente sigan jugando.
¿Acaso quién no soñó o fantaseó con ser tener una hermana gemela?, me terminé preguntando, subida al colectivo. Y no tardé en apuntarme en una nota en blanco:
¿Me hubiera gustado tener una hermana gemela?
El sueño de confundirse y fundirse con/en otro. De hermanarse hasta igualarse.
La nota quedó grabada, llegué a proyectar un texto dándole lugar a la maternidad de mellizos, trillizos, gemelos... pero el sábado al mediodía, al salir de una intensa sesión de terapia, le di una vuelta de tuerca simbólica a mi interrogante.
Ah, sí. Me hubiera encantado tener una hermana gemela, no sólo por todo lo que podría compartir con ella, sino por todo lo que me gustaría que haga por mí... Sí. Fantasía descabellada.
Pero cómo me gustaría por momentos tener una doble, una hermana gemela, que pueda hacer lo que yo no puedo, pensé.
Que pueda ponerle el pecho a ese examen del destino, que por mucho que una haya estudiado su teoría, en la práctica cómo cuesta.
Que sepa decir "BASTA", "hasta acá", "me cansé".
Que sepa mandar al diablo... sin culpas. Sin culpa por no ser comprensiva, y todo lo "buena" que se espera de ella.
Y la lista podría seguir... Podría escribir un listado de hartazgos, de situaciones que vengo soportando y que desearía esa hermana encarne.
La realidad es que, aun teniendo una hermana gemela, aun con la compañía de muy buenas amigas, aun con la compañía de una buena madre, padre, aun con todo el Universo abrazándote, nadie puede ahorrarte el trabajo de ser vos misma.
Y no sólo nadie puede, sino que si eso sucediera, te estarías perdiendo lo más lo más jugoso, lo más interesante, lo más nodal de esta particular vida.
Por supuesto que, de la mano de otros, reflexionando juntos, abrazándonos, alentándonos, comprendiéndonos, no juzgándonos duro (ah, qué alivio cuando eso sucede) los desafíos de crecimiento son más llevaderos.
Y los logros, más reconfortantes.
¿Qué piensan? ¿Fantasearon ustedes con una hermana gemela?
A modo de juego, ¿qué les gustaría que una hermana gemela hiciera por ustedes? ¿O qué les gustaría poder ustedes hacer y decir, que no están pudiendo?
PD: Estoy leyendo un libro con un planteo muy interesante. Lo recomiendo. Ya voy a hacer algunas citas. "¿Dónde está mi tribu? Maternidad y crianza en una sociedad individualista". De Carolina del Olmo.
PD2: Como siempre, para contactarse por privado: inessainz@msn.com . Y entre julio y agosto se abre nuevo grupo del taller "Un cuerpo que dicta" (a distancia). Info por FB
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