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Vecinos





Ah, bueno, ¡pero cómo comentaron! Hasta Juana apareció, que nos tenía abandonadas, sniff, sniff. ¡Pero paren un cacho que me voy a poner celosa, chicas!
Hablando en serio: ¡¡¡FELICITACIONES, MER!!! Te confieso que, por un segundo, sólo por un segundo, me contagiaste un poquito de tu susto y dudé. ¡¿Pero viste?! ¡¿Viste que funcionaría?! Yo me involucro MUCHO con los posts cuando no soy la autora, me involucro mucho hasta que veo que funcionan, ahí me corro (Manuk y Gnoma pueden dar fe).
Y hoy quiero que hablemos de VECINDADES. Yo estoy chocha con el nuevo barrio. Rarísimo porque no deseaba vivir donde hoy vivo, me parecía ajeno y lejano... Y sin embargo cuando me mudé, descubrí que estaba viviendo justo a la vuelta, JUSTO, del departamento donde vivía la Nonna, mi bisabuela. Fue como reivindicar algo profundo en mi familia. Uh, pienso en ella y se me viene una nostalgia. Recuerdo sus manos calentitas y arrugadas en el velorio de mi tío... y las pocas ganas de seguir viviendo la vida después de aquella sacudida (...).
¡Qué se iba a imaginar la Nonna que terminaría siendo su vecina!
Y además del recuerdo de ella, tengo: un chico amoroso en el 7mo que el otro día me sacó la ropa del lavarropas y me la dobló toda, de la manera más prolija que se imaginen. En el 4to está la mamá de Martina, una nena de la edad de China (no me olvidé de vos, Lu) que el otro día me dijo en el ascensor: "¡Wncontré tu blog!". "¿Yo te hablé de mi blog?", le pregunté perdida. No, no, ella lo había encontrado sin que yo se lo dijera, ¡oh!
También está la vecina de al lado que es todo un misterio. Tendrá unos cuarenticortos, vive sola y por cómo se viste pareciera que se dedica a algo serio. Y siempre pienso, cuando estoy hasta las manos con las nenas: "¿Qué estará haciendo sola la vecina todo este tiempo, maldita sea?!!!"
¿Y quiénes más? Las mamás de los compañeros del jardín de China. No son vecinas del edificio, pero hay un par que están muy cerca. Y ayer, por ejemplo, me mandé con las nenas a merendar a la casa de una de ellas, Miriam. Estuvo bueno.
Y ya, parece poco pero es muchísimo. Ah, si, no quería olvidarme de la chica del café, la chica que no sonreía... que ahora empezó a aflojarse y sobre todo cuando la mira a Lupita (ah, sí, querías protagonismo, Lu, acá lo tenés), cuando la mira a Lu... ¡se mata de la risa!
¿Qué me cuentan de sus vecinos? ¿Algún dato interesante, jugoso, alocado de las personas que viven arriba, abajo o cerca? ¡Ah, tengo juego para proponerles a mis vecinas blogueras!

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