Sanó el cuerpo pero en lo emocional me quedó trabajo por hacer. Quedé corrida de eje, desencontrada conmigo misma, no pudiendo verme. Un movimiento similar al que tuve apenas empezado el invierno. Días de cuestionármelo TODO: pareja, trabajo, incluso –y sobre todo- la vocación, que en mi caso pareciera lo más delineado... (y sin embargo).
"Pero esta noche hermana duda, dame una tregua", como canta Drexler.
Llegué a desconocerme en el aspecto físico-estético. Suelo estar muy a gusto con la imagen que me devuelve el espejo, pero resulta que vi en un videíto casero y "oops, estoy horrible, cuántas canas (urgente salí a comprarme tintura), qué torcido está el diente, cómo me titilan los párpados, etc".
"Reíte de vos", me dije. Y la pucha, no había caso, me sentía rígida, recibiendo de regreso a las Señoras Expectativas, muy ofendidas, que cómo las había mandado al diablo, que ellas trabajan en equipo con mis deseos, que si lo que quiero es hacer el corto, o el largo, o la publicación del libro, y bueno, que me escuche y actúe en consecuencia, y no las siga retando. Que vamos, que no me dé por vencida, a organizar los tiempos, a regular la energía, a tomar más riesgos.
Creo que el balance de estos días será positivo. Quiero decir, todo indica que se trata de una angustia productiva. Por lo menos hacia la tarde del domingo, mientras merendábamos en un cafecito palermitano, pude empezar a poner en palabras algunos caminos, soluciones, ideas, puntas a seguir, contactos. Luego fuimos a una librería y seguimos anotando nombres, direcciones, a tener en cuenta.
Ya de noche pude hacerme reiki y me fui alineando con la Mosca Muerta (mi vocecita sabia). Creo que será cuestión de un par de días hasta que vuelva a reencontrar el volante de mi nave (de mi cuerpo y alma), para continuar el viaje y sobre todo: seguir disfrutando (volver a hacerlo).
¿Cómo están ustedes? ¿Cómo vivieron el finde? ¿Ahora cómo se sienten?
De vuelta al ruedo
No quiero perder el goce creativo
Volver a hacerlo
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