Me estoy reencontrando conmigo misma después de días de fuga, de haber vuelto a jugar a las escondidas...
Me atrapé. Oh, sí, me volví a ver. Me volví a sentir, me estoy pudiendo rehabitar, y cómo quisiera no volver a perderme jamás.
Si hubiera una buena receta para que eso no suceda. Si hubiera una manera de que esta que soy en todo momento "recuerde", "sepa", tenga cierta certeza de su... de su lugar.
Una manera de evitar volver a caer en trampas, de mantenerme felizmente des-ilusionada de proyecciones falsas, en sintonía con la versión más humana (o acaso menos humana) y más honda de mí misma.
Algo que ahora me está sirviendo es pensarme en el ámbito de la clase (perdonen la recurrencia, es que es la novedad de esta época)... pensar en mis "alumnas", y hoy sí uso comillas porque de tan transparente que me siento no me hallo en ninguna etiqueta.
Decía, me sirve pensar en la clase, en ese salón de danza de piso curtido, perdido, solitario, en el barrio de Almagro... pensar en la ubicación de las chicas/mujeres que me están mirando/escuchando, en su grado de alertidad y en su grado de indagación hacia adentro, en el crédito que poco a poco empiezan a darle a sus palabras... Con sólo imaginarme esa circunstancia me re-coloco, no sabría cómo explicarlo de otro modo. Lo recuerdo todo. O casi.
No es que recupere información teórica, sino que entro en un estado de conciencia, un estado del cuerpo/alma que me limpia los ojos, me quita toda neblina, cualquier caleidoscopio, cualquier lente extraño entre el mundo y mis pupilas... y me permite estar, ahora sí, conmigo misma, y con el otro.
Me permite volver a apostar por una vida genuina.
¿Y ustedes? ¿Cómo vivieron el fin de semana? ¿Algún hecho o movimiento interno significativo que hayan vivido o sentido?
China seria
Mamá pensativa
China besa a mamá. Mamá risueña.
En esta nota: