When in USA, think Dollar, not Peso

La verdad, no tendría que quejarme, porque, de verdad, no hay jeans como los argentinos.
Pero igual, ya lo comprobé, los jeans nunca son demasiados.
Sin miedo a exagerar, en mi placard debo tener 35.
Ojo, algunos desde 4to año de la secundaria.
Esos que uno va guardando bajo promesas absurdas de transformación (en shorts, en minis, en carteritas…)
Otros, con una sola postura. Los demasiado temáticos. Tipo, no sé, el de cintura altísima, que sólo cuando salís de una gastroenteritis aguda, te queda más o menos pasable.

Ayer Sofía y yo nos adentramos en el maravilloso, intrincado y misterioso mundo de los jeans neoyorquinos.
Chivi me había hablado de este store y como justo habíamos almorzado por el meatpacking, fuimos.

Skinnys for me, ankle flares low waist for her.
Debo decir, la genética ha sido generosa con una humilde servidora, y aún luego de 3 niños, puedo darme el lujo de meterme en unos chupines, y quedar digna.

Qué más se le podía pedir a una tarde?
Un hectolitro e café?
Una cheescake casi entera?
Reirse hasta el dolor de panza hablando de la vez que mi ex me hizo pagar la mitad de la pizza 4 quesos en Pizza Cero?

Bueno: