


Y finalmente el sábado fuimos al barrio "17 de noviembre", en Villa Celina, La Matanza. Éramos Pilar al volante, Rocío de acompañante, Rossana, mis hijas y quien suscribe.
Lo curioso fue que cuando llegamos al que sería nuestro lugar de trabajo (la guardería y comedor donde funciona el centro comunitario) descubrimos que no sólo no había niños esperándonos, sino que directamente estaba cerrado.
"Es que hoy los nenes están con sus madres", me explica Agustina, de HLI, que nos guía, "pero no te preocupes que ya van a ir apareciendo, nosotros avisamos que ustedes venían".
Y así fue... para nuestro alivio.
Me ocupé de pedirle a una sola mujer que trajera a sus hijos y mientras abríamos los tuppers con sandwiches, uno a uno, o en grupitos reducidos, fueron cayendo lo 15/20 niños -algunos acompañados de sus mamis- con quienes pasaríamos jugando toda la tarde.
El trabajo más duro -de pintura- lo pateamos para dentro de unas semanas porque todavía no teníamos en mano los tarros de pintura donados... y además, nos pareció que previamente debíamos definir algunas cuestiones estructurales, como por ejemplo: "¿podrá hacerse o no una ventana...?". Estamos hablando de una estructura de 5x5 toda cerrada.
Fue una jornada para conocer el espacio en detalle, para empezar a hacer un listado pormenorizado de sus necesidades (hoy está casi pelado) y armar una estrategia inteligente para conseguir muebles y demás materiales.
Y ante todo una primera oportunidad para abrirnos y ENCONTRARNOS con las mujeres y sus hijos. Jugando, pintando, cantando, riéndonos... haciendo el ridículo, de ser necesario.
¡¿Qué cómo nos sentimos?! Rossana terminó entre emocionada, dolida y enamorada de un tal Alan, un niño grandote con una dulzura semejante a su tamaño. A Pilar nunca la había visto tan compenetrada, tan pensativa, craneando los movimientos y contactos que tocaría para seguir adelante; Rocío estaba sonriente, movilizada de un modo discreto, tímido (fiel a ella), mis hijas en su salsa... y yo me sentí PLENA. Involucrada, hiperactiva (por momentos excediéndome, sí, la garganta me quedó a la miseria), atenta. Todas igualmente transpiradas... tocadas por la conciencia de una realidad precaria, pero gratamente sorprendidas por la amabilidad y buena educación de la mayoría.
Con la certeza de que esto recién empieza, de que el encuentro con Sol y "Hagamos lo Imposible" va a ser fructífero, lo está siendo... y de que en el interín, además de dar una mano, estaremos creciendo y nuestros cuores ensanchándose. Así suene cursi o azucarado.
¡Gracias Yerco, Jonathan, Brian, Alan, Luis, Roger, Joseline, Nicole, Verónica, Rocío y todos los otros cuyos nombres me estoy olvidando!
¡¿Cómo vivieron ustedes su finde?! ¿Cómo están arrancando la semana?
En esta nota: