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(y no digo mucho más)





Sentarme a escribirles hoy viernes, después de una semana de trabajo arduo -aunque calmo-, es como ponernos a picotear algo rico después de una clase de danza maratónica.
No sé si la comparación es la más apropiada, pero créanme que la sensación (en el cuerpo) se le parece.
Podemos vaguear sin culpas, improvisar frases fáciles y remolonas porque ya hicimos lo suficiente (por este tramo). Y los incluyo a todos los comentaristas que casi a diario están ahí, del otro lado, esmerándose por dar de sí lo más interesante, lúcido, honesto, profundo (a veces ingenioso, como ayer) que tienen.
Un honor, además, que elijan este espacio para expresarse.
Y dicho esto (¿vieron cómo repito "y dicho esto"?), les cuento que ya señé salón para la fiesta de 4 de China... y pre-inscribí a Lupe en sala de 2 años.
Mis hijas están creciendo. Me conmueve eso... me gusta, me enorgullece. Y a la vez quisiera poder congelarme en un abrazo con sus cuerpos menuditos, puros, elásticos, inocentes, tan de estreno. No quiero que se me escapen de los brazos... No quiero perdérmelos.
¿Dónde quedan las nenas cuando se hacen mujeres?
(... y no digo mucho más porque moqueo)
¿Ustedes cómo están? ¿Cómo se están sintiendo hoy? ¿Sus hijos, sobrinos? ¿Algún plan o intención interesante para el finde? ¿Alguna idea que les quedó dando vueltas? ¿Algún mini hallazgo que estén teniendo en el último tiempo? ¿Alguna expresión de deseo que todavía no hicieron? ¿Alguna puteada reprimida? ¿Alguna duda existencial o práctica? ¿Alguna recomendación de película?
Los quiero. GRACIAS ¡Y feliz día!

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