
"Ya no tengo tanto en común con mis amigas de toda la vida"
Con el tiempo los grupos de amigas se van ampliando y puede ser que empieces a compartir más cosas con gente nueva que con las del colegio. ¿Cómo enfrentar esta transición?
4 de noviembre de 2013 • 00:16

Hay momentos en que te distancias de tus amigas de siempre - Créditos: Corbis
Por Marina Herrmann
Especial para OHLALÁ! web
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Nuestras amigas de la infancia y la adolescencia son lo más. Son las que estuvieron con nosotras la primera vez que nos rompieron el corazón, las que se quedaron fines de semana enteros viendo películas románticas para que volvamos a creer en el amor y las que nos bancaron cuando sentíamos que nadie nos entendía. Siempre pensaste que tus amigas eran las mejores y que iban a estar con vos el resto de tu vida, pero de repente pasaron los años y te encontrás con que ahora preferís pasar más tiempo con gente nueva.
Te sentís un sapo de otro pozo total, sobre todo si sos la única del grupo a la que le pasa eso, pero ¡no te angusties! Aunque te cueste creerlo es normal y no sos la única que vive ese proceso. En la adolescencia la amistad se vive como el centro de la vida y las relaciones con los amigos son lo más importante. A esa edad los vínculos son muy intensos y (un poco) dramáticos. Pero cuando crecés y dejás la adolescencia atrás se definen mejor tu personalidad, tus gustos, intereses y valores, y puede ser que ya no coincidan con lo de tus amigas tan queridas. La peor parte es que vos no las dejas de querer por eso, siempre las vas a querer, pero las cosas que compartís ya no son las mismas.
Como sabemos que ese momento es muy doloroso, hablamos con algunos especialistas para que nos expliquen por qué pasa esto y cómo podemos hacer para vivir este proceso de la manera más natural posible.
¿Por qué no compartís más cosas con tus amigas?

Siempre vas a querer a tus amigas del colegio y de la infancia - Créditos: Corbis
Suena fácil una vez que te lo explican, pero con los sentimientos nada es tan sencillo como parece. Por más que podemos entender que la gente cambia con el tiempo y es difícil que nos sigan gustando e interesando las mismas cosas a todos, nosotras quisiéramos que nuestras amigas sigan siendo las mismas, y vivir la amistad como cuando éramos más chicas. Por eso la angustia es tan grande cuando nos damos cuenta que nos divertimos más con las novias de los amigos de nuestros novios que con nuestras amigas de toda la vida.
Adriana Guraieb, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y autora del libro "Peter Pan y sus mujeres, acerca de los hombres que se resisten a crecer", nos explicó que en los primeros años la amistad tiene mucho que ver con la presencia y la cercanía física, y por eso nuestros grupos se forman con los amigos del colegio o del barrio. "Más tarde la vida se va ocupando de separarnos. En la infancia el apego es más con los padres que con los amigos. En cambio, en la adolescencia los amigos son esenciales y protagónicos en el desarrollo de la identidad. Después cuando llega la primera juventud, una vez finalizado el colegio, los caminos se empiezan a bifurcar y se van buscando grupos de pertenencia que compartan intereses y estilos de vida", explicó.
Por eso empieza a pasar que las que están de novias prefieren hacer programas con sus novios, y las que no, quieren salir al boliche. O que una se queda embarazada y se empieza a rodear de grupos de mujeres con cochecitos: "Te encontrás con la realidad, porque en la adolescencia se idealiza mucho la amistad. No todos los afectos se pueden mantener como nosotras los deseamos. Te podés encontrar con una amiga que no ves hace muchos años y darte cuenta que ya no tenés nada que ver, o al revés. Porque no se puede vivir en la juventud de recuerdos, y hay muchos amigos que quedan como un recuerdo hermoso", agregó.
A diferencia de otro tipo de relaciones, lo mejor de la amistad es que es libre: "La amistad no es un contrato eterno sino que hay que renovarlo" , explicó Luis Kancyper, miembro titular de APA. "Es una hermandad elegida, donde ambos tienen que elegirse recíprocamente. Si no es correspondido no se puede mantener y no se puede imponer de una persona a otra. En el amor está el deseo de dominar y no perder al otro, en cambio entre amigos no se puede dominar e imponer porque se termina", aclaró.
Ana Delgado, miembro titular en función didáctica en APA explicó por qué en la adolescencia las amistades son más dramáticas e intensas: "El si mismo está puesto en el otro, entonces todo es dramático y hay muchas ofensas. Pero las relaciones posteriores, aunque no sean tan pasionales, porque son más maduras, pueden ser igual de profundas. Además, pueden ser muy genuinas, de compartir experiencias, de mucha solidaridad, pero no tienen ese tinte tan personal, casi como si el otro fuese una parte de uno mismo", explicó.
" Las amigas de toda la vida han sido testigos, y son la que más han estado al lado tuyo, pero el nivel de profundidad no tiene que ver con estar al lado sino con el nivel de cosas compartidas. A veces uno puede tener amigos íntimos y profundos a los que ve una vez por año, o verse poco, porque depende de lo que compartan cuando se ven y del nivel de intimidad", agregó la especialista.
También dos personas se pueden alejar o puede haber una ruptura por motivos más específicos: "Cuando hay una amistad hay algo recíproco donde ambas se eligen. En esa elección reciproca hay algo de admiración, confianza y lealtad. Hay empatía, que sería ponerse en los zapatos del otro y ver lo que le pasa para acompañarlo. Cuando algunos de estos afectos no aparecen más hay una caída, una ruptura, y momentos de desilusión y pérdida de confianza, lealtad y de entrega, que es vivido como traición", explicó Kancyper.
No lo vivas como el fin del mundo

En la vida siempre aparecen personas nuevas para compartir experiencias diferentes - Créditos: Corbis
"Al principio puede ser que no se viva como una cosa natural, sino como una traición, como "no me llama tanto", "antes hacíamos tal cosa y ahora no", o "ahora tiene otras amigas". Puede haber culpas o que se dejen de lado entre sí. Luego se toma conciencia de que nadie traiciona a nadie, sino que es el proceso de crecimiento de cada uno, y que las cosas cambian", agregó Delgado.
Para Guraieb hay que "poder reflexionar que no es falta de voluntad, que no es un malestar, sino que el punto de encuentro emocional se ha ido transformando en una distancia , por las diferencias de vida que han tenido una y otra persona. La diferencia se va instalando", explicó.
Para la especialista puede pasar que dos amigas que fueron íntimas tengan estilos de vida muy diferentes, por distintas circunstancias, por ejemplo que una tenga una situación económica muy cómoda y la otra no, y que cada vez se haga más difícil que compartan salidas, vacaciones o programas. "Es parte de la trama de la vida. Pero también hay gente que se vuelve resentida por las circunstancias que le tocaron", dijo.
"Esto es algo que escucho todo el tiempo en mi consultorio, y es muy difícil que la gente que le pasa lo hable con el resto de sus amigas. Pero es una distancia elocuente que habla sin palabras. Entonces empiezan a buscar amigos nuevos que hacen las mismas cosas, y se van armando las afinidades de ese momento" concluyó Delgado.
A vos, ¿te pasó algo así con tu grupo de amigas o te seguís viendo con las mismas?
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