Cada día son más las personas que encuentran provecho en la práctica del Yoga y la Meditación, desde muy temprana edad. En Estados Unidos, la fundación del famoso director David Lynch impulsa programas de meditación trascendental en las escuelas para bajar los niveles de estrés. En Argentina hay colegios que implementan clases de Yoga dentro de su currícula, y a la vez, hay solicitudes de padres y profesores en Change.org para que el proyecto se extienda a todas las escuelas y se convierta en ley.
Sobre estos temas y sobre los beneficios del Yoga en los más chicos, le pregunté a Flor Rapisardi, ella es Consultora en Terapias de Bienestar, focalizada en Yoga, meditación, flores de Bach y alimentación natural, tanto para adultos como para niños y adolescentes. Antes de dedicarse por completo al Yoga, estudió Lic. en Periodismo, hizo algunos Postgrados: en Análisis de Opinión Pública, Comunicación y Gestión Cultural y mientras tanto trabajó en varias organizaciones y como consultora de empresas en arte y comunicación.
Hoy Flor aplica sus conocimientos, y a través de sus varios programas itinerantes (encuentros de bienestar, meditation at work, Yoga + arte para niños, encuentros especiales sattva) expande estas disciplinas no solo al público en general, sino también en empresas.

Flor Rapisardi. Consultora en terapias de bienestar.
-En qué beneficia a un niño hacer Yoga?
-Yoga para niños no es yoga adaptado, sino que está diseñado específicamente para ellos y lo que hacemos es incorporar lo lúdico en las clases/ talleres y sesiones individuales. En el yoga para niños se integran juegos, danza, artes plásticas, música y también en mi caso alimentación natural. A través del juego, introduzco el Yoga y de esa manera ellos lo van integrando a su vida diaria de una manera absolutamente natural. Los niños son los verdaderos maestros.
Los beneficios son múltiples: ayuda a la concentración, a tomar conciencia corporal, a desarrollar flexibilidad, equilibrio, fuerza; colabora con la postura y la respiración, ayuda a aumentar la autoestima, a regular los miedos, estrés, ansiedad, cansancio. Neutraliza el exceso de actividad-agresividad, colabora en el desarrollo de la expresividad de sus sentimientos y estimula la alegría, la diversión y la integración.
-¿Tiene algún límite de edad? Cualquiera puede hacerlo?
-En lo personal yo trabajo mayormente con niños entre 4 y 10 años. Luego a partir de los 11, 12 años ya nos acercamos a una clase con mayores similitudes a la de un adolescente, donde podemos enfocarnos más en las posturas, en la relajación y meditación. El Yoga es para todos, luego siempre se conversa con los padres del niño para evaluar las condiciones particulares. Entre los 4 y los 10 años básicamente juegan, se divierten, sin un esquema demasiado estructurado de la clase.
-¿Por qué decidiste vos dedicarte a enseñarles a ellos?
Trabajo tanto para adultos como para niños. En ellos percibí un aprendizaje tan intuitivo que me acercó de una manera natural. Viven en el presente, en el aquí y ahora y nos enseñan a los adultos a seguir conectando con ese niño interno. Me interesa proponerles un espacio lúdico para conectarse con el juego al 100%, ya que percibo que actualmente existen pocos espacios donde verdaderamente no se sientan exigidos. Las clases y talleres a pesar de tener alguna mínima estructura, tienen mucho de improvisación de acuerdo a lo que percibo y vaya fluyendo ese día.
Es fantástico que desde pequeños puedan transitar la experiencia del Yoga como camino de autoconocimiento, les ayudará y acompañará para el resto de sus vidas. Tienen tantas actividades que pierden contacto con el juego simple, la creatividad, el cuerpo. Trabajamos con figuras de animales, cartas yoguis, música, arte, para canalizar su expresividad, emociones y algunas recetas bien simples de alimentación natural para comenzar a acercarse a las verduras, frutas, legumbres y semillas.
-¿Qué diferencias notás con respecto a los adultos? Con respecto a cómo repercute en su comportamiento.
En los adultos se va generando con el tiempo un acercamiento a la filosofía del Yoga, como ciencia de autoconocimiento y es un proceso más consciente, donde aprenden a administrar su energía principalmente. Los adultos en su mayoría se acercan por patologías específicas y en un 90% por estrés, ansiedad y una sensación de vacío, infelicidad.
Los niños vienen a jugar y les repercute directamente en su forma de vincularse, en la baja de ansiedad, en adquirir herramientas de forma inconsciente que luego serán muy útiles para el desarrollo principalmente de la adolescencia. Al comenzar a escuchar su respiración, a jugar con su cuerpo, empiezan a conocerse más profundamente, a confiar en ellos mismos y en los demás, a compartir y ser más amorosos, como así también a liberar, soltar esas emociones perturbadoras.
-¿Es más fácil mejorar temas de postura a esa edad?
-Con respecto a la postura obviamente cuando más chico empieces a conectar con tu cuerpo repercutirá en la salud a nivel integral y más aún aquellos que tienen problemas de columna por ejemplo. Es increíble pero ellos solitos se van parando más derechos, aprenden a relajar sus músculos y a través de la respiración a aumentar su capacidad respiratoria.
Igualmente con los niños de 4 a 10 años no hago hincapié en las posturas como un chico de más de 12 años, donde podemos hablar con otro lenguaje y además porque a medida que van creciendo se sienten más atraídos a las posturas que incorporan mayor complejidad. En los más pequeños es juego puro, se vienen a divertir, pero indirectamente lo van incorporando y lo llevan a sus hogares, comparten con la familia todo lo que experimentan, es maravilloso ser parte de ese proceso.
¿Qué sabés del proyecto de tener Yoga en las escuelas?
-Sinceramente se que hay un interés importante en este tema, pero no conozco profundamente en qué estado se encuentra en este momento. Hay muchas escuelas que incorporaron el yoga como taller, de hecho yo he participado y estoy evaluando unas propuestas para este año, pero desconozco en qué etapa se encuentra el proyecto de ley.
Es genial poder trabajar en la escuela porque los avances son increíbles, a veces cuesta lograr formar grupos en talleres fuera de la institución porque tienen tantas actividades que la constancia y regularidad no es tan frecuente, en cambio en el colegio ya están allí, disponibles para que todo suceda y además colaboramos con algunos puntos de interés que las instituciones desean abordar a través de esta maravillosa ciencia milenaria.

Flor Rapisardi. Consultora en terapias de bienestar.
Muchas gracias Flor. Yo me despido de ustedes, les deseo feliz día y comparto una de sus frases:
"Para mi la vida es un fluir de experiencias, un juego constante. Aprendo a cada segundo, en cada respiración siento la vida a flor de piel y me di cuenta que el secreto esta en PARAR y escuchar lo que está sucediendo. DISFRUTAR AQUÍ Y AHORA lo que estoy sintiendo, siendo coherente y fiel con lo que me pasa."
Recuerden que me pueden escribir a kariuenverde@gmail.com
Kariu
En esta nota: