En 1963, dos años después de haberse levantado el Muro, John Fitzgerald Kennedy daba en la entonces dividida capital alemana uno de los últimos discursos de su vida y dejaba una frase para la historia: “Todos los hombres libres, no importa dónde vivan, son ciudadanos de Berlín. Yo, como hombre libre, tengo el orgullo de decir ‘Ich bin ein Berliner’ (soy un berlinés)”.
Hoy, 55 años después, esa frase sigue siendo el símbolo de la democracia, la unión postcomunista y el vigor de un pueblo sufrido que supo levantarse. La libertad que tanto anhelaron sigue siendo la cualidad que más se percibe al visitar la ciudad.
Berlín es alternativa, cosmopolita, espontánea y vanguardista. Y así lo vive su gente. Si tenés ganas de sentirte parte, te proponemos un circuito alejado de los lugares turísticos y tradicionales, para vivir y ver la ciudad con ojos de berlinesa. Así que..., ¡willkommen!
1. Kreuzberg
Sobre las orillas del río Spree, vas a encontrar miles de barcitos para ir por una de sus famosas bier - Créditos: Meme Castro
Acá no vas a encontrar grandes monumentos ni atracciones turísticas, todo pasa por el lifestyle. Calles que muestran su rebeldía en grafitis y fachadas decadentes. Bares, mercados, puestos de döner (o shawarma) y locales con ropa vintage. Este barrio, donde en sus comienzos se asentaron turcos, okupas y punks, es un referente en movimientos sociales que luchan día a día para evitar la gentrificación (término que habla de la puesta en valor de un barrio, que lo vuelve una zona cara y atractiva para gente con mayor poder adquisitivo).
¿Qué visitar?
Mercado Turco de Maybachufer: es una fiesta para los sentidos, para comprar de todo y deleitarte con especialidades gastronómicas como pinchos, bocaditos de hojas de parra, delicias turcas o frutos secos. Ropa, accesorios, flores, juguetes, toda la oferta convive bordeando uno de los canales del río Spree. ¡Dejate llevar por los aromas de las especias, como en un viaje sensorial a Estambul! Está abierto los martes, viernes y sábados.
Créditos: Meme Castro
Bar Ankerklause: los berlineses disfrutan mucho el aire libre, y los parques y biergarten –terrazas donde se sirve cerveza– están a la orden del día. Durante el rodaje de Bastardos sin gloria, se solía ver seguido a Quentin Tarantino en este bar que da sobre el canal, justo al lado del Mercado Turco. Un oasis urbano con terraza incluida. Además, sus fanáticos no pueden dejar de visitar el Tarantino’s Bar en Mitte, con toda la parafernalia del mítico director.
Markthalle 9: cada jueves, entre las cinco de la tarde y las diez de la noche, vas a encontrar en Markthalle 9 un patio de comidas para probar platos y productos orgánicos y de comercio justo. Esta iniciativa reivindica la comida callejera sana, sabrosa y barata. Tacos mexicanos; ceviche peruano; dumplings tailandeses o bollos rellenos coreanos. Un lugar ideal para descubrir culturas y sabores.
Badeschiff: quiere decir “barco de baño” y es una piscina flotante que revolucionó la ciudad y demuestra cómo Berlín se reinventa cada día. Ubicada en la sección de East Harbor del río Spree, se convirtió en el bar de playa más original de Europa. La piscina se desarrolló a partir del casco de un buque y mide 8 x 32 m. Es un lugar ideal para disfrutar en verano donde siempre hay distintos DJ. Está abierto al público todos los días, de 8 a. m. hasta la medianoche. Además, podés alquilar tablas de stand up paddle. La entrada cuesta €5 para adultos, €2 para menores y es gratis para menores de 6 años.
Prinzessinengarten: desde hace algunos años, el término “agricultura de guerrilla” es usado para denominar la utilización de las tierras públicas en desuso con un nuevo propósito: volverlas sostenibles cultivando su suelo. Berlín es, junto con Londres y Copenhagen, pionera en este movimiento. En Kreuzberg se destaca este jardín ecológico a pocos pasos de la Oranienstrasse, la calle más hipster. Un oasis en plena ciudad. Un jardín urbano colaborativo y colectivo donde trabajan vecinos y voluntarios que usan este espacio para plantar frutas y verduras y compartirlas con la comunidad. Hay además un lindo café bajo la sombra entre las aromáticas.
Parque Gleisdreieck: en 2006, el ayuntamiento de Berlín se propuso convertir el Gleisdreieck, un antiguo triángulo ferroviario en desuso, en un parque urbano que uniera sus barrios periféricos. La creación fue una de las mayores expansiones de la ciudad e integra en 20 hectáreas diferentes generaciones y estratos sociales en torno a un modelo de ciudad sostenible y relacionada con la naturaleza. Rampas de skate, espacios para parkour, canchas de básquet y fútbol, hamacas, bares, espacios con parrillas y mil y una actividades en las plazas de madera (spielplätze) tan características de Alemania.
2. Neukölln
Klunkerkranich, un bar que está en el último piso del estacionamiento de un shopping, ideal para ver caer el atardecer - Créditos: Meme Castro
Este barrio es uno de los más buscados por su gran oferta de galerías de arte, cafés y restaurantes. Las propuestas novedosas se multiplican día a día y desplazan de a poco a los antiguos vecinos para que entren artistas y bohemios.
¿Qué visitar?
Klunkerkranich: un lindísimo rooftop bar y jardín urbano con vistas a la ciudad que revolucionó el barrio y es el punto de encuentro de las tardes berlinesas. Desde ahí, se pueden apreciar las mejores vistas de Berlín, con la famosa Torre de Televisión. Una vez en la terraza, dejate sorprender por la huerta, que combina flores, aromáticas, frutas y verduras. Es una buena opción para los chicos, que pueden jugar al aire libre en el arenero. ¿La cerveza más pedida? Quartiermeister, que dona parte de sus ganancias para financiar emprendimientos locales. El trago de moda es el Club Mate, hecho a base de nuestra bebida nacional.
Tempelhof: el antiguo aeropuerto de Tempelhof, creado en los años 30 como modelo de lo que debía ser la arquitectura del Tercer Reich, dejó de funcionar en 2008 y se convirtió en uno de los parques públicos más visitados, con 360 hectáreas de recreación, superior en tamaño al Central Park de Nueva York. Su antigua pista de aterrizaje hoy es un circuito de 6 km, ideal para andar en skate, bici o rollers y hasta para hacer windsurf y kite sobre tablas.
Pero no solo eso: también tiene un jardín orgánico comunitario, un patio cervecero y una exposición de fotos que relata la importancia de este aeropuerto donde se llevó a cabo el “Puente Aéreo”, la operación para abastecer a Berlín Occidental durante el bloqueo soviético. Actualmente, parte del parque se usa como campo para refugiados de la guerra en Siria.
El Tiergarten, el megapulmón verde de la ciudad, es ideal para caminatas o paseos en bicicleta - Créditos: Meme Castro
¿Quién hubiera pensado que el barrio burgués iba a posicionarse como el lugar de las nuevas tendencias? En Charlottenburg abundan las mansiones, hay extensos jardines bordeados por el famoso parque Tiergarten y está el Palacio que le da nombre al barrio. El Oeste vuelve a estar de moda y las opciones mezclan lo chic con la modernidad. La Ku’damm, su arteria principal, se llenó de gente en busca de nuevos espacios de ocio y entretenimiento.
¿Qué visitar?
Charlotenburg - Créditos: Archivo OHLALÁ!
Bikini Berlin: este centro comercial abrió en 2014 y rápidamente transformó su entorno. Fue el primer concept mall de la ciudad y tiene una decoración moderna y minimalista. Sorprende su entrada con luces de neón y lentejuelas, mientras que en el interior lo que abunda es la madera y el cemento. Recorrerlo permite descubrir diseñadores locales y muchos pop-up stores con gran rotación.
Hotel 25 Hours + Monkey Bar + Neni Restaurant: tres de las mejores nuevas propuestas del Oeste están dentro del 25 Hours, un hotel boutique de diseño en el que abundan los detalles novedosos y donde todos quieren alojarse. En el último piso hay dos opciones para públicos diversos: hacia la derecha, el Monkey Bar –votado como el mejor bar de hotel de toda Europa–, que está decorado como una jungla urbana en sintonía con las increíbles vistas de sus enormes ventanales hacia el Tiergarten y el Zoológico. Está abierto desde las 15 y es ideal para ver el atardecer. Por la noche hay DJ sets bien variados. En el mismo piso, pero hacia la izquierda, está el Neni Restaurant, especializado en cocina suiza y del Medio Oriente y para el que hay que reservar con bastante anticipación. Su bar ofrece una completísima variedad de gins. Dos lugares bien diferentes unidos por las mejores vistas de la ciudad, en los que te vas a cansar de sacar fotos.
Si sos fanática de la música, no dejes de visitar el Hotel Nhow, el primer hotel musical de Europa. Su ubicación, muy cerca de la MTV y de grandes discográficas, lo vuelve el elegido por los músicos de todo el mundo. Cuenta con dos estudios de grabación profesionales y un servicio de préstamo gratuito de guitarras eléctricas.
En la Hauptstrasse 155, en Schöneberg, está la casa donde vivió David Bowie entre 1976 y 1978, fascinado por esta ciudad y enamorado de la escuela Bauhaus. Los álbumes que compuso aquí forman parte de la famosa “Trilogía de Berlín”, que incluye “Heroes”, una historia de amor entre dos personas que se conocen en el Muro. Una visita ideal para hacer con auriculares.
Más info
Créditos: Meme Castro
Cómo llegar
Desde Buenos Aires, hay vuelos de KLM con escala en Ámsterdam a partir de $38.000, de Air France con conexión en París a partir de $43.000 y de Lufthansa con escala en Frankfurt a partir de $45.000.
Cuándo viajar
Lo ideal es hacerlo entre mayo y septiembre para poder disfrutar del buen clima. El verano en Berlín es de lo mejor, con mil actividades gratuitas al aire libre y para toda la familia.
Dónde dormir (precios en base doble por noche):
Alquiler de departamento en Kreuzberg por Airbnb, desde $800.
Holiday Inn Alexanderplatz, $2400.
Hotel 25 Hours, desde $4500.
Regent Berlin en Gendarmenmarkt, desde $5000.
Hotel Adlon, el más lujoso de la ciudad, ubicado justo frente la Puerta de Brandemburgo, desde $7000.