Tapado con mangas amplias (Garza Lobos, consultar precio) - Créditos: Juampi Bonino. Producción de Pía Rey
Por Teresa Elizalde
Hace unos años, cuando Agustina no tenía hijos, mataba el tiempo en su camarín con alguna película. Pero ahora, mientras espera que la llamen para maquillarse, hace los últimos preparativos para el cumpleaños de su hija. Llama al cotillón, se encarga de la comida, hace listas interminables.Protagonista de Mis amigos de siempre, Agustina volvió a la actuación después de años de estar en su casa. Y volvió diferente: más madura, con dos hijos (Muna, de 5, y Nilo, de 2), separada y con el pelo cortísimo.
Volviste a la tele después de muchísimo tiempo...
Sí, años.
¿Cuántos? ¿Cuatro?
Sí, cuatro años. Es un montón. Y dos niños.
¿Cómo llegaste a la televisión?
Yo era fanática de Flavia Palmiero. Y en uno de los programas, La ola está de fiesta, salió un casting. Buscaban una nena de 10 años. Mi prima, que en ese momento tenía 10, empezó a volver loca a la madre para que la llevara. Y yo quería ir. Mi mamá me decía: "¿A qué vas si no buscan a nadie de seis años? Sos muy chiquita". Fui y me anotaron en el casting. Había 3500 chicas del Conservatorio Nacional de Danza, buscaban a una nena de 10 años. Yo bailaba en mi casa y tenía seis. Era imposible quedar. Y quedé.
En un año, Muna podría empezar en la tele.
No, no. Muna no podría empezar. La televisión y el medio de hoy no son los del año 89, 90, cuando yo empecé. Hoy se expone a algo mucho más voraz y terrible de lo que yo viví, con el plus de que es la hija de Gastón Pauls y Agustina Cherri. Digo, no me parece que estén dadas las condiciones. Yo era una nena que no sabían quién era. Una nena que fue a un casting, que quedó, que tenía ganas y cuyos padres le dijeron que sí.
Vestido con top bordado y falda de gasa (Bimba vintage, $1200), Pulsera con eslabones de nácar (Bimba Vintage, $270), Stilettos de charol (Josefina Ferroni, $1900).
Trabajás desde los seis y nunca paraste, ¿cómo te sentiste al volver?
Bien; en realidad, los primeros años de estar fuera de la pantalla no lo sentí, no tenía mucha necesidad de volver. Ya en el último tiempo, cuando Nilo cumplió un año, empecé a sentir la necesidad de salir de mi casa. También por el medio, porque si te vas mucho tiempo, es riesgoso. Y eso también me ayudó a decir: "Bueno, es el momento". Ya venía diciendo que no a varias cosas durante esos cuatro años y no quería que dejaran de llamarme.
Vestido con top bordado y falda de gasa (Bimba Vintage, $1200), pulsera con eslabones de nácar (Bimba Vintage, $270), stilettos de charol (Josefina Ferroni, $1900) - Créditos: Juampi Bonino. Producción de Pía Rey
Para los que te vemos desde afuera, volvió otra.
Sí, totalmente.
¿Te choca eso?
Me doy cuenta de que hay un cambio y hay una evolución mía en estos cuatro años, que crecí. La maternidad me ayudó a pensar, a tener otras prioridades. A ver el laburo desde otro lugar. Hoy, estoy mucho más relajada en un montón de aspectos. Había gente que no veía desde hacía tiempo, y al verme, se preguntan: "¿Dónde estaba?, ¿qué hizo de su vida?, ¿qué pasó en estos cuatro años que no nos enteramos?". Y lo cierto es que pasaron muchas cosas que también me hicieron volver con ganas, y supongo que eso también se refleja, quizás, en la energía o en las ganas reales que una tiene de volver al laburo.
Aparte, tuviste muchísima exposición durante muchísimo tiempo.
Lo que pasa es que yo empecé desde muy chiquita y nunca frené. Hice una cosa detrás de la otra. Terminaba uno, me llamaba el otro, terminaba uno, me llamaba el otro. Y los embarazos me cayeron como "wow, es momento de parar la pelota". Porque estaba metida en una que no podía frenar. Yo creo que inconscientemente lo venía pensando, laburar y laburar, porque el día que tuviera hijos me iba a quedar en mi casa el tiempo que quisiera. Y me quedé. Con todo lo que eso implica. Les dediqué todo mi tiempo a mis hijos.
Tus hijos van a un colegio Waldorf, sos vegetariana y, por lo que contás, una madre bastante dedicada.
Sí, es que cuando algo me interesa, me involucro a fondo. Voy con todo.
¿Cuánto hace que sos vegetariana?
Y, ocho años.
Vestido con top bordado y falda de gasa (Bimba Vintage, $1200), pulsera con eslabones de nácar (Bimba Vintage, $270) - Créditos: Juampi Bonino. Producción de Pía Rey
¿Fue por Gastón el cambio?
Un poco sí. A mí me atraía el tema, pero cuando empezamos a convivir se me empezó a complicar porque él, simplemente, no comía carne, y yo decía: ¿qué cocino? Y empecé a rebuscarme y a buscar cosas porque él no iba a estar todo el día a lechuga. Hacía una tarta, un pastel de quínoa, y no me hacía un churrasco para mí. Empecé a comer lo que cocinaba para él. Igual, te soy sincera, empecé con esto porque no tenía idea de qué darle de comer a Gastón. Algo tan básico como eso. El tema es que en el medio agarré un libro de cocina vegetariana y empecé a investigar, aprendí de comida macrobiótica, hice un curso. Me lo tomé en serio.
¿Y con los chicos también?
Sí, los chicos son vegetarianos. Sigo el tema con una pediatra antroposófica. Les di teta hasta el año y medio. Dentro de mi casa tienen una alimentación estricta y consciente: no toman gaseosa, no consumen lácteos ni carne. Pero si van a un cumpleaños y quieren comer un chizito, que lo coman. Pero hay algo del organismo de ellos que no lo tolera. Igual, es un esfuerzo. En mi casa, la leche de almendras se hace todas las mañanas. Hay un día para cada cereal. Toman maca y espirulina. Lo que yo digo es que de mí sí dependía la alimentación de mis hijos hasta los tres años, que es hasta cuando sus órganos se siguen desarrollando. Ahora, si en cinco, siete años quieren comer carne, que lo hagan. Quieren tomar leche, que lo hagan.
¿Y cómo fue el cambio de dejar el afuera, la exposición, y meterte en el mundo de los niños, en la intimidad?
Brutal. Totalmente brutal. Estuve cuatro años en mi casa sin hacer nada, pero nada. Fue el mejor parate de mi vida. Lo disfruté muchísimo, pero obviamente en algún momento estuvo la necesidad corporal de salir. Porque tampoco soy ama de casa, y llega un momento en que la casa me invade, se me cae encima y digo: momento de volver. Y lo hice con miedo, con esta cosa de que nunca había trabajado teniendo hijos. Pero bueno, mi hijo cumplía dos en diciembre, dije: dos años que estuve entera para él, ahora sí.
Vestido lencero de chifón (Las Pepas, $799), gargantilla (Condimentos, $350) - Créditos: Juampi Bonino. Producción de Pía Rey
Laura Gutman dice que el puerperio dura dos años.
¡Bueno, vamos, soy la chica Gutman! Y lo disfruté muchísimo. Hace rato que me venían llamando. De hecho, había un proyecto de Telefe también, pero había algo con la cantidad de veces que a mí me había llamado Adrián, la paciencia que me tuvo, algo con la historia, con el elenco, y dije: quizá sea el momento de tomar coraje. Tuve una reunión con Adrián ocho meses antes de empezar a grabar, y me dijo: "No tengo nada, pero quiero que estés vos con el pelo corto, y bancalo, no lo muestres". Faltaban bastantes meses, y todo ese tiempo estuve en mi casa y me mostré muy poco. Y cuando volví, fue "sorpresa"
Y además, volviste separada... ¿Cómo cambió tu vida?
Mi vida no cambió en absoluto.
Pero no puede no cambiar. Alguien que se separa cambia. Como mínimo, cambia la logística de una casa...
Realmente no se modificó mi vida. Tengo una gran, gran relación, pero gran relación con Gastón. De hecho, hoy viene a dormir a mi casa porque es el cumpleaños de mi hija. Y vamos a estar todo el fin de semana juntos. Es raro que se entienda, pero tiene que ver con que cuando a veces las cosas no están bien, poner un freno a tiempo hace que todo pueda mejorar. Fue esa sensación de decir: "¿Es lo que los dos queremos ahora? ¿Es lo que nos hace bien? Bueno, intentémoslo".
Sombrero de paño con tachitas (La Mercería, $880), vestido bordado (Bimba Vintage, $2000), stilettos de glitter (Sofi Martiré, $980 - Créditos: Juampi Bonino. Producción de Pía Rey
¿Y te hizo bien?
Sí, nos ayudó a comunicarnos mejor, a descansar un rato. No está mal.
Gastón varias veces hizo público su problema de adicción. ¿Cómo llevaste el tema? ¿Cómo te afectó?
Son cosas personales que él se anima a hablar mucho más que yo. Yo puedo decir, porque estuve al lado de él, que, más allá de todas las cosas que se dicen, es un tipo que yo volvería a elegir cada segundo de mi vida. Es el tipo más leal, más sincero, más padre. Lejos, el mejor. Y también está bueno poder decir: "Bueno, un toque de descanso porque no quiero que algo que está tan vivo se rompa". A veces, la rutina te hace entrar en una..., entrás en un mecanismo de "me vine a trabajar y no sé cuándo fui al supermercado, no sé en qué momento hice cosas". Y así con todo. No sé en qué momento le dije "buen día". Y no tenemos ganas de que sea así. Nuestra relación es otra cosa. Lo que pretendemos es otra cosa. Seguimos buscando eso. No es que nos desencontramos, no. Es que como los dos queremos eso, lo mejor ahora es parar.
Como su mujer, ¿cómo lo acompañás en momentos tan difíciles?
Creo que en esos momentos te sale una fortaleza especial. No sé si la tenía y la escondía, si la encontré en ese momento. No sé.
Ni me imagino lo difícil que debe de ser.
Sí, muy difícil. Realmente muy difícil. De hecho, hay grupos de ayuda para familiares de adictos. Pero yo estoy convencida de que todo lo que se encara responsablemente y se estudia siempre es más liviano. Yo me involucré, intenté aprender qué es realmente una enfermedad. Qué es lo que una tiene que hacer como familiar, en qué lugar ubicarse. Me parece que llenarte de recursos hace que, cuando tengas que enfrentarte con el conflicto, tengas un poco más de herramientas para moverte. Muchas veces, tenía todas mis herramientas y no podía utilizarlas porque me desbordaban otras cosas. Yo quiero que él esté bien. Entonces, hay algo que te aflora, que te sale, y la otra persona también lo ve y se da cuenta de desde qué lugar una se acerca. Yo tengo que agradecerle a Dios que Gastón está perfecto, fueron muchísimos años, pero, bueno, las adicciones son enfermedades que no tienen cura. No tienen cura. Si vas a vivir bien el tratamiento, tenés que ir, le tenés que dar bola, tenés que estar encima. También es admirable que una persona que padece esa enfermedad tenga el coraje y la fuerza de vivir su vida en tratamiento, y eso a mí me genera un lado admirable, de decir "wow, hay que estar". Es cierto que la familia, los hijos, las parejas ayudan a que uno tenga motivación para decir "quiero estar bien". Pero hay algo de uno que si uno no quiere, no sucede. Hasta que alguien no quiere empezar a estar bien, no hay mucho para hacer.
Vestido bordado (Bimba Vintage, $2000), stilettos de glitter (Sofi Martiré, $980) - Créditos: Juampi Bonino. Producción de Pía Rey
Eso es lo duro también, porque decís: "Estás mal, ¡arrancá!".
Una de las primeras cosas que me dijo una profesional fue: en el momento en que vos te quieras comparar al lado de su enfermedad o de su adicción, eso es lo peor que podés hacer, porque vas a salir perdiendo. Es así. Entonces, también qué hacer, cómo acompañar sin salir una lastimada.
La relación con un adicto atraviesa todo.
Sí, estás en la enfermedad de la adicción. Todo se vuelve tóxico. Pero como también existen relaciones tóxicas. Yo me involucro en todo lo que me gusta. Lo mismo pasó con la alimentación de mis hijos, o cuando me hice vegetariana. Cuando me involucro, me tenés, y cuando no me involucro, nada. Son extremos. Me pasa o no me pasa.
¿Cómo te imaginás a futuro?
Me encantaría escribir, dirigir. Yo tengo mi recuerdo diciendo: "Voy a hacer cine cuando sea grande". Pero este es el momento de hacer tira; además, me permite ahorrar, porque después...
No te ves haciendo una tira.
Haré una tira, descansaré, haré otra tira, pero hacerlo 20 años seguidos, no. Ese es el momento de empezar a ordenar y de decir: "¿Qué tengo ganas de hacer? ¿Qué elijo?". Quiero estudiar dirección de cine, estudio. Quiero llenarme de otras cosas que no sean las que hice, lo hago.
¿Estás satisfecha, entonces?
La vida me puso en este lugar. Me siento mucho mejor ahora, a los 30, con esta vuelta a la tele. Quizás este cambio también tenga que ver con eso. Con la madurez que te genera la maternidad, tener hijos, estar en tu casa, ver, pensar. Ver desde afuera, sentir desde afuera. Y eso está buenísimo.
Fotos de Juampi Bonino. Producción de Pía Rey
Maquilló y peinó Alejandro Vieytes. Agradecemos la colaboración de Mume Boskovich, Agustín Puente y Ariel Zamora en la realización de esta nota.