
Carla Peterson: "Fui mamá a la edad ideal para mí"
Lejos de la tele, se dedica a pleno al bebé de ocho meses que tiene junto con Martín Lousteau. Aunque su plan familiar se armó en tiempo récord, ella dice que fue mamá en su momento ideal
24 de octubre de 2013 • 10:23

Carla: camisa de seda (Chocolate, $690), jeans elastizados (Rapsodia, $689). Gaspar: shorts de algodón (Paula Cahen D''Anvers niños, $98). - Créditos: Anahí Bangueses Tomsig. Producción de Pía Rey
Va saliendo bastante bien.
¡¡Sí!! Mi mamá me ayudó un montón. Pero vieron que las abuelas de ahora son muy modernas, viajan, usan internet, ¡si hasta mi propia abuela de 87 me llama por Skype! Así que no es que están las 24 horas disponibles, tienen su vida llena de actividades también. Igual, tengo muchas amigas con hijos más grandes que me bancan muchísimo. El otro día, fui a un cumpleaños de uno de los hijos de una amiga y, en medio de los sandwichitos, le dije a otra amiga: "Te lo dejo un segundo y me voy a la peluquería a hacerme el color" (risas). Es que no hay tiempo que perder. Si hay alguien para darte una mano, tenés que aprovechar para hacer todas esas cosas que cuando estás sola no podés.
Tampoco lo largaría con cualquiera ¿eh? Lo que pasa es que mis amigas tienen muchos hijos, son muy confiables. Y tenerlo un ratito a Gaspar en un cumpleaños no les hace nada. Pobres, mis amigas... Igual, la verdad es que mi mamá y la hermana de Martín también nos ayudan un montón.
En realidad, no me sorprendí, pero hubo un momento en el que tenía mucho miedo, creía que no me iba a salir bien esto de tener un bebé, me puse realmente nerviosa. Pero después, en la práctica, se fue diluyendo y apareció otra sensación, mucho más placentera.
Un poco sí, pero ahí también te agarra la persecuta. Además, aparecen los miedos del parto. Yo entré en pánico. Si bien durante el embarazo venía un poco asustada, cuando llegó el día y estaba en la sala de parto, me agarró la locura y hasta pensé en escaparme (risas). Cuando estaba esperando en la salita, aunque sabía que ya estaba jugada, pensaba: "Yo me voy", y me imaginaba corriendo por Pueyrredón en bata. En serio, planeaba cómo escaparme...
En el momento, te parte la cabeza, enloquecés. Fue instantáneo: salí de la clínica diciendo que quería tener quintillizos. Es que ese momento es un flash, es lo más cercano a la locura que una puede vivir, algo te pasa, te cambia la cabeza.
Todavía nos cuesta creerlo. Nos miramos y decimos: "¿Qué hacemos nosotros dos con este bebé acá?". Somos padres, todavía vamos pensándolo. Lo miramos mucho, me pasa que me agarra nostalgia, no quiero que pase el tiempo. Aunque es un sentimiento bastante ambivalente porque, aunque me gusta verlo crecer, a veces quiero que se detenga el tiempo. ¡Y cada vez pasa más rápido! Te da una especie de vértigo. Todos lugares comunes, pero ciertos... Es re cortito el tiempo del bebito.
Ojo, que yo duermo un montón.
Sí... ¡y también duerme en mi cama! Bueno, es uno de los detalles que supuestamente hago mal.
¿Colecho? No sabía. ¡Me gusta esa idea! Ahora yo practico el colecho, ¿qué tal? Aunque empezamos a querer pasarlo a su habitación, se complica bastante la situación sin colecho. Pero sí duermo, porque, por más que se despierte, sigo durmiendo hasta las 10, 11 de la mañana. Hubo días en los que me aburría de dormir.
La verdad es que al principio ni te importa, pero yo siempre intenté mantener algunas cosas. Durante mi embarazo, caminaba, hice gimnasia no bien me dieron el alta, entreno y corro, también hago baile. Esos son mis rituales de belleza, no hay mucho más. Igual, me anoté en el gimnasio que está más cerca de casa para no dejarlo mucho tiempo solo.
No, lo dejo con la niñera o con mi mamá, no pasa nada. Él se adapta a mis ritmos también. Soy yo la que lo extraña.
Sí. Igual, el primer viaje fue a Villa La Angostura, cuando tenía 3 meses.
Es que es fácil viajar cuando es chiquito, y nosotros aprovechamos. Nos encantan los viajes y sabemos que quizás en un tiempo sea más complicado. Así que en los últimos ocho meses fuimos con Gaspar a Villa La Angostura, Francia, España e Italia.
Dicen que después es más difícil. Ahora son más las chucherías que llevás que otra cosa; pero, con la práctica, vamos reduciendo los bártulos. Ya tengo armado el kit de viaje.
Todavía no me pasa. Pero vamos bien, ¿vieron que una se va adaptando? Lo bueno es que podemos divertirnos, aprovechamos las posibilidades de trabajo y nos acompañamos.
La verdad, no puedo pensarlo. Hoy me doy cuenta de que, sin darme cuenta, terminé siendo madre en el momento ideal para mí. Ideal porque ya hice muchas cosas que tenía ganas de hacer, porque me encontré con una persona con la que nos podemos acompañar bien, disfrutando los dos. Nos ponemos de acuerdo, nos gusta vernos en este rol. Además como ya estamos más plantados en nuestras carreras, podemos manejar nuestros tiempos en los trabajos. Igual, seguro que siempre te acomodás, pero qué sé yo, hoy nosotros estamos tranquilos, disfrutando a full. No sé si hubiera tenido todo este tiempo en otro momento. Ahora tengo más seguridad, quizás antes me hubiera angustiado más no poder agarrar un laburo o perder la continuidad en la pantalla. Y ahora que lo veo, no hay nada en el mundo que me llene tanto, que me divierta tanto, que me guste tanto como ser mamá.
Eso último sería lo ideal. Sería buenísimo tener un laburo que me permita trabajar desde casa.
Sería muy aburrido, me parece.

Vestido con lazo (Carolina Müller, $5900) - Créditos: Anahí Bangueses Tomsig. Producción de Pía Rey
No, no. Ya está por dormir en su cuarto... Igual, supongo que voy a volver a la tele. Haré una cantidad determinada de meses, justo ahora estoy viendo eso. Tengo ganas, pero me va a dar bastante angustia volver a trabajar. Creo que le pasa a todo el mundo y hay algunas madres que tienen que volver sí o sí a los tres meses. Yo me hubiese muerto.
Creo que ya no hay una edad ideal, aunque sí, es un poco tarde. Por más que no me parece que el estilo de madre dependa de la edad que tengas sino de cómo lo vivís.
Ayyy, ¡qué temita ese! El mundo de las mamis del jardín francamente no es algo que me encienda demasiado. Para nada, les diría. Porque por más que ahora haya mamis cancheras, no sé, no me atrae. No puedo ni pensarlo. A veces ni siquiera tengo ganas de que vaya al colegio, le enseñaría en casa.

Vestido de algodón estampado a tono (Leandro Domínguez, $690) - Créditos: Anahí Bangueses Tomsig. Producción de Pía Rey
Naaaaaa. Me hago la progre y seguro que voy a terminar siendo la mami del cole número uno. Empiezan las decisiones y, aunque lo dudo muchísimo, siempre termino yendo a lo seguro, a lo clásico.
Me da muchísimo miedo decidir. Siento que todo lo que elijo para él lo modifica. Le pongo esta vacuna o no se la pongo, lo llevo a la plaza o al teatro, jardín maternal o niñera en casa... ¡Ayyyy!
Ufff, mucho estrés. Porque encima no es que yo me desespere por las nuevas técnicas, para nada. Es más, yo creo básicamente en las cosas tradicionales. No sé si es la palabra. Pero cuando no sé qué hacer, pienso: "¿Cómo hacía mi mamá cuando yo era chica? ¿Mi abuela con mi mamá?". Y ya está, para qué tantas vueltas si todo puede fluir de forma más natural, más simple.
No, todavía no. Por eso me cuesta pensar en eso y busco trabajos más cortos, más concentrados. Ojo, que me encanta mi trabajo, pero ahora estoy obnubilada con esta nueva vida.
No. Siento que siempre vamos a encontrar la manera de que tenga lo que necesite, de que no le falte nada. Si bien siempre me mantuve y cuando tuve que laburar mil horas para poder conseguir algo material lo hice, la plata no es algo que me haya movilizado. Soy más del monederito. Los bancos, el cajero y las tarjetas no son lo mío.
Un poco sí, otro poco no, no sé.
Sí, nos lo seguimos preguntando... "¿Cuánto tiempo hacía que estábamos juntos cuando decidimos ir a vivir juntos?". Re rápido, pero muy natural. Los dos estábamos con ganas de esto, de bajar un cambio. Además, la casa estaba, no tuvimos que ponernos a buscar. Se fue dando.
Sí, dos segundos...
No, por ahora no. Tengo este anillo que me regaló cuando cumplimos un año estando juntos, y yo digo que es como el de casamiento. Tal vez algún día, qué sé yo. Por el momento, planeamos hacer una megafiesta para el primer cumpleaños de Gaspar.
Lo asumo, pero, la verdad, no estoy muy involucrada. Lo que pasa es que si bien con Martín nos acompañamos cuando se necesita, cada uno siguió por su lado con el trabajo que siempre hizo. A ver, no... Estoy diciendo cualquier cosa, porque en realidad yo no estoy trabajando...
(Risas). No, no, porque yo sigo haciendo... Es cierto que ahora no estoy laburando, pero es sobre todo por Gaspar. Y yo sigo preparándome, tomo clases de baile, hago gimnasia, y no para ser la mujer del candidato a diputado, sino para volver a entrar en el talle de la televisión. En cuanto a ser "la mujer de", no creo que sea así. Los dos vivimos nuestros trabajos como lo que son y, de cierta forma, como les decía, lo hacemos como si estuviésemos solos, aunque acompañados. Él hace su trabajo, yo el mío, y después nos contamos cómo nos fue.

Vestido evasé con moño (Carolina Müller, $2499), pulsera con dijes (Vitamina, $198). Balerinas con volados (Sofi Martiré, $990) - Créditos: Anahí Bangueses Tomsig. Producción de Pía Rey
Sí. Yo no soy de las mujeres que opinan, que se meten y dan consejos. No lo hago porque no sé. Lo miro, lo acompañaré en lo que me pida, pero yo no entiendo nada de la rosca, de la interna, solo le pregunto: "¿Este es amigo tuyo, este no es amigo tuyo, es bueno, es malo?". No me voy a poner a opinar de política cuando nunca tuve idea ni nunca me interesó demasiado. Terminaría pareciendo una minita mirando fútbol y haciendo preguntas ridículas. Sí lo quiero acompañar en las cosas que son importantes para él, pero no necesita que vaya al cierre de campaña y lo abrace, no... Me muero de vergüenza...
Qué sé yo, recién ahora lo empiezo a ver con tanta exposición. Me gusta su trabajo, lo respeto mucho, lo admiro mucho, y sí, antes, cuando iba a explicar de economía a los programas, lo veía y me gustaba. Ahora, me sigue gustando.
No me la creo mucho, qué sé yo. Vieron cómo es esto del poder, la gente te sigue hasta que algo sale mal y te deja de seguir. Es parecido a lo que nos pasa a los actores, al estar expuestos y esperando la aceptación del público.

Buzo de morley (Paula Cahen D''Anvers, $440) - Créditos: Anahí Bangueses Tomsig. Producción de Pía Rey
Sí, él tiene la convicción. Pero yo creo que, en definitiva, o por lo menos a mí me gusta pensarlo así, a él lo llaman al igual que llaman a cualquier persona capacitada para cierta labor para hacer un trabajo. En este caso, es un trabajo en el que tiene que representar gente, pero es eso y punto, no es un acto heroico, es ir y trabajar. Hacer lo que sabe.
No, seguro que no. Yo lo veo cómo trabaja con las personas, conoce a mucha gente de la política por más que no sea del mismo sector donde él trabaja, y se lleva bien, se ponen de acuerdo, se puede trabajar. Es un trabajo normal, nuestro error es creer que los políticos son "the masters of the universe". Son gente común con ganas de trabajar para sacar adelante el país, nada más.
¡Ahhh, sí! Eso es bastante loco. Yo guardé la foto de la boleta en la Citanova, para mostrarle a Gaspar algún día. Él lo mira al papá cuando está en la tele, ¿eh?, y hace gestos.
Sí. Para mí, la tele argentina siempre está muy bien, tiene épocas de más o menos brillo, pero creo que hoy hay muchos buenos programas.
La verdad, la verdad, hoy está casi todo el día en el Baby TV. Pero cuando puedo, miro de todo un poco. No sigo un programa sino que me engancho con escenas. Veo la tele como un lugar al que pertenezco, como si fuera una casa mía que van decorando, pintando un poco, no sé...
No, porque verle los hilos sería como verle los trucos, y no, al contrario, a mí todavía me sorprende. Sé lo difícil que es renovarla, hacer cosas nuevas en poco tiempo, y nuestra televisión siempre está buscando una forma más. Cuando digo que la conozco, me refiero a eso, a que me siento parte de esa evolución, soy amiga de mucha gente del medio, sigo a mis amigos actores, festejo sus éxitos, es una especie de familia.

Remera a rayas (Paula Cahen D''Anvers niños, $158), shorts (Paula Cahen D''Anvers niños, $98) - Créditos: Anahí Bangueses Tomsig. Producción de Pía Rey
Cuando mamá se puede quedar con Gaspar, sí.
Eso. Ir al cine o al teatro...
Sí, estoy mirando mucho.
A comer vamos con él. Ese es un plan que hacemos bastante seguido.
Sí, es cierto. Te paso el dato gastronómico que necesites. Y de cualquier lado, no solo en Buenos Aires. Lo que pasa es que me encanta comer rico, salimos mucho a cenar afuera y somos de andar siempre buscando nuevos lugares divinos para sentarnos a comer o tomar algo. Y después me gusta recomendar los mejores. Soy especialista.
Me encanta, me encanta. También miro las recomendaciones que hacen en OHLALÁ!, ¿eh? Las marco y después voy a probar. Soy fan del canal El Gourmet y copio recetas para hacer en casa.
Ay, sí, qué horror. Pero feliz. Se me hizo re tarde. Chicas, las dejo que tengo que volver a casa.
Agradecemos a Baby Coming, Dorothy Jane, Mume Boskovich y a Yamila, de Tienda Fan, por su colaboración en esta nota. Los precios pueden tener modificaciones.
En esta nota:
SEGUIR LEYENDO


Cómo será el pago de las facturas de abril de las prepagas tras las medidas del Gobierno
por Redacción OHLALÁ!

Cómo decorar tu casa con antigüedades y muebles vintage
por Carolina Cattaneo

Conflicto entre Israel y Palestina: 5 documentales para saber más sobre lo que está pasando
por Laura Gambale

¿Por qué se celebra el Día de la Madre?
