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Cinco placeres culposos

¿Cuál es el artista que escuchás pero que te da vergüenza admitir? Acá, los elegidos por los usuarios.

18 de marzo de 2010 • 17:39

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General y contradictoriamente, aquello que nos causa mayor placer también nos genera culpa. Los ejemplos saltan a la vista en nuestra vida cotidiana, no hay necesidad de enumerarlos. En cuanto a lo musical, hay muchos artistas que nos gusta escuchar pero que tienen ese no-se-qué que los hace impresentables y que, por ende, nos provocan vergüenza. La comunidad de OHLALÁ! admitió sus placeres culposos y aquí los compilamos en una lista. Si todavía no lo hiciste: ¡sincerate y dejá tu opinión!

Valeria Lynch
La cantante argentina encabeza lista de los intérpretes que tienen esos temas que siempre tarareamos y entonamos con pasión pero que nunca jamás escucharíamos en público. "Más, me das cada día más" (del Paz Martínez), "Mentira" o "Qué ganas de no verte nunca más". En la misma categoría: Los Pimpinela.

Luis Miguel
Cantante latino (o hispanoparlante, para no dejar afuera a Enrique Iglesias) con muchos hits melosos y pegadizos. Luismi es el más impresentable; lo sabemos pero no podemos dejar de cantar "No culpes a la noche, no culpes a la playa..." y hacer el correspondiente pasito. En la misma categoría: el mencionado Quique, Emmanuel Ortega, Christian Castro y Ricky Martin.

Daddy Yankee
Las cualidades movilizadotas y evangelizadoras del reggaeton son innegables pero: ¿quién se anima a confesarse fanático de Daddy Yankee o La Factoría? En la misma categoría: los grupos de cumbia como Amar Azul y un poco de cuarteto terminan de completar el combo latino de pudor musical.

Britney Spears
¿Por qué da culpa escuchar a la princesa del pop? ¿Qué es lo que genera vergüenza de ella? ¿Su historia? ¿Sus derrapes? Britney fue nombrada reincidentemente por los usuarios: sus temas son más que pegadizos pero nos cuesta asumir sus cualidades positivas. En la misma categoría: otras cantantes pop internacionales como, por ejemplo, Christina Aguilera o Paulina Rubio.

ABBA
Los clásicos de los suecos más famosos del pop pueden escucharse una y otra vez hasta el cansancio, sin embargo, es muy difícil admitirlo. Lo más cerca que estuviste de la confesión fue cuando los bailabas en alguna fiesta de la secundaria y te sabías todas las letras. En la misma categoría: bandas retro (setentosas y ochentosas) como los Scorpions o los compatriotas de ABBA, Roxette.