Día ohlalero
El editorial de junio de la directora de OHLALÁ!, Teresa Elizalde
6 de junio de 2014 • 12:26
Hacía tiempo que veníamos con la idea de juntar a todo el plantel ohlalero. A todas las colaboradoras que mes a mes hacen la revista desde sus casas, sugieren temas y escriben muchas de las notas que publicamos. La idea la propuso Sole Simond y prendió enseguida. Así que apenas tuvimos fecha –costó mucho porque había que coordinar muchas agendas– nos pusimos a trabajar en el encuentro. ¿Qué queríamos? Poner en palabras el ADN ohlalero, hacer un balance de lo que hicimos en estos seis años y trazar un futuro posible. Así fue que un martes, a finales de abril, nos encontramos en el Hotel Palacio Duhau-Park Hyatt (¡gracias de nuevo!) con treinta mujeres de las áreas más diversas: periodistas, publicistas, artistas, sociólogas… Entre todas, trabajamos sobre los valores de la revista: claridad, comunidad, calidad de vida, tendencia, sorpresa. Debatimos sobre la necesidad de bajar la exigencia. Hablamos sobre nosotras, mujeres reales que valoramos la vida simple. Cada una contó cuál había sido la nota que más le había gustado escribir y por qué. Y lo que más se destacó fueron las historias de vida, los relatos en los que hay experiencia y aprendizaje. Hablamos sobre el ser mujer hoy y sobre la búsqueda de una nueva identidad femenina.
A medida que pasaban los días, entendí la magnitud del evento. Todas las que estábamos ahí llegamos con un camino recorrido juntas y con una motivación simple pero poderosa: consolidar una comunidad de pertenencia, afianzar un círculo que se formó hace seis años, que crece cada mes y se fortalece todos los días. Dimensioné lo que significaba, más allá del trabajo que habíamos hecho, que treinta mujeres se sentaran a pensar a la mujer de hoy. Que renovaran su compromiso con ustedes, lectoras, que todos los meses nos siguen y forman parte de este mundo ohlalero. La idea del encuentro era potente, y así quedó demostrado después, en esa cadena que comenzó en la redacción y se amplió hasta cada una de las que estábamos ese día ahí.
Por eso, en el fantaseo posterior y con la adrenalina que produce este tipo de situaciones, surgió la idea de hacer un "día ohlalero" (#diaohlalero): elegir un día y un lugar (cuando haga un poco más de calor, claro) y autoconvocarnos. Juntarnos todas, las que hacemos la revista, las que trabajan desde sus casas y ustedes, que son miles y miles, en una megarreunión ohlalera, adonde cada una lleve lo suyo, lo propio, para compartir y potenciar la fuerza de esta comunidad que nos impulsa y nos motiva.
Flor Bertotti, nuestra chica de tapa, nos dijo algo en la charla súper ilustrativo: "Es una cadena. Estamos todos atados. Si yo me tiro para acá, te tiro a vos, si vos te vas para atrás, yo me voy para atrás. Estamos todos vinculados". Ella hablaba de la importancia de hacer sentir bien al otro. De la misma manera, nosotras también estamos unidas: somos una comunidad que cree en una forma de vivir la vida. Y entre todas podemos generar un cambio. Porque sabemos que una simple idea puede modificar algo de nuestro mundo. Vamos por el día ohlalero, entonces. Lo decimos en voz alta. Tal vez se dé.
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