
Diseño de indumentaria para niñas
Anita Hechtlinger crea prendas, obras de arte, y da talleres para nenas sobre costura creativa. Nos inspira su modo de usar el diseño para transmitir valores y mensajes positivos
6 de septiembre de 2015 • 00:05

Anita Hechtlinger - Créditos: Julia Gutiérrez
Anita Hechtlinger es una mujer que viene con un plus. Decir que es diseñadora de indumentaria, emprendedora, artista y docente es poco, porque todo lo que ella hace tiene un bonus track que florece a fuerza de su entusiasmo y compromiso social.
Dejó Bahía Blanca para estudiar Diseño de Indumentaria en la UBA. Y si bien tenía en claro su objetivo, la vida tenía otros planes para ella.
Le ofrecieron trabajar en el área de Producto de la empresa que tenía la licencia de Yves Saint Laurent en Argentina, así que dejó los apuntes de lado y aceptó el desafío. Pero después de una temporada renunció, quería volver a la facultad. Lo logró por poco tiempo, la necesidad se impuso y otra vez colgó las materias, para trabajar en la industria textil. Hasta que un día dijo "basta". ¿Por qué?, digamos que Anita es una mujer atenta a lo que le pasa y se hace cargo de eso; sintió que había cumplido un ciclo y que ese ya no era su lugar.
Con el título de diseñadora de indumentaria bajo el brazo –finalmente, se recibió en la ORT–, notó que todo su conocimiento estaba en la cocina del producto, le faltaba el después. Entonces, estudió Producción de Moda y abrió una productora con una amiga; juntas, idearon la primera feria de diseñadores independientes, que se llamó "12 Horas". En un galpón juntaron a doce diseñadores, de las 12 del mediodía a las 12 de la noche. Algo inédito allá por el año 2000. Y otra vez apareció esa vocecita que le ponía fin a una etapa; la sociedad se disolvió.
Bienes para hacer el bien
La marca propia no estaba en sus planes, solo sucedió. Desafiando el manual del emprendedor, Anita no tenía un peso en el bolsillo, en cambio, la creatividad y el ingenio sobraban; buscó fabricar con poca materia prima. Así nació su firma de ropa interior, Bienes Gananciales. Pero eran algo más que calzones, como ella los llama, se trataba de productos conceptuales. "Tuve la necesidad de darle un sentido a lo que estaba haciendo, quería acercar a las personas", explica. Destinó un 50% de la producción a prendas masculinas y el otro 50% a femeninas y creó diseños frescos y alegres. La idea prendió fuerte y Anita pasó de ir a comprar un metro de tela a la calle Lavalle a contar con dos locales y una pequeña fábrica.
Pero otra vez se coló lo imprevisto, su madre se enfermó de cáncer. Buscó cómo hacer algo productivo con el dolor y asumió un compromiso: usar su marca para transmitir un mensaje. En cada prenda colocó una etiqueta que decía: "Bienes Gananciales, además de vestirte y protegerte pretende concientizarte en el cuidado de tu salud", al darla vuelta, aparecía una pregunta: "¿Cuándo fue tu última visita al ginecólogo?". Un día, la encargada de un local que vendía productos de Bienes la llamó: "Acá estoy con una persona que te quiere saludar", era una mujer que, después de ver la etiqueta en su bombacha, fue al ginecólogo, le detectaron cáncer de útero, la operaron y se salvó.
Enseñar a dar las manos
En 2012, empezó con "Pequeñas diseñadoras". Anita, que alguna vez quiso ser maestra jardinera, recibía en su taller a niñas para desarrollar proyectos de costura y descubrió una nueva pasión: "Me hace muy bien vincularme con las nenas, lo que hago con ellas no es diferente de lo que haría con una hija y acá se multiplica por mil", cuenta con una sonrisa. En sus clases, la moda solo es una excusa para la creación. Anita evoca su infancia y el placer de jugar a coser. Pese al éxito del negocio, decidió bajar la persiana de Bienes Gananciales. Ya sabemos, esa vocecita...
Siguió con Pequeñas, encaró algunos trabajos artísticos y dio vuelo a su veta solidaria. Llevó sus habilidades al Hospital Gutiérrez para alegrar a los chicos; allí, las tijeras y las agujas están prohibidas, entonces incursionó en el origami. Cada jueves, las camas del hospital se llenan de estrellas y corazones de papel, esa es la prueba de que por allí pasó Anita, escuchando su voz interior y haciéndose oír.
Taller Pequeñas diseñadoras
Es un taller de iniciación al diseño y la costura para niñas de 6 a 12 años que apunta a todo el proceso creativo. Además de poner en valor lo hecho a mano, Anita crea experiencias. En el proyecto "amigo pata", las nenas hacen dos muñecos con medias: uno para ellas y el otro lo donan al Hospital de Niños.
Más info: pequenasdisenadoras@hotmail.com.•
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