Bikini de tiro alto (Las Pepas, $399), gafas bicolor (Carla Di Sí, $1500), pulsera con dijes (Vitamina, $138), lona estampada (Tienda Fan, $420) - Créditos: Juampi Bonino. Producción de Pía Rey
Por Carola Birgin y Soledad Simond
Lo primero fue pedir un yogur casero con granola y frutas. Acto seguido, agarró el menú y, en silencio, lo leyó de principio a fin. El mozo se quedó esperando y, cuando cerró la carta sobre la mesa, la miró indagando. Pero ella no quería ninguna otra cosa que lo que había pedido: "Lo que pasa es que me encanta saber todo lo que hay", dijo, y dejó al descubierto su incansable curiosidad. Emilia Attias, la ex Casi ángeles, es profunda y liviana en dosis similares. Y así..., si bien advirtió varias veces que tal vez tuviera que irse pronto, pasaron tres horas y seguíamos conversando. De pronto, el "Turco" Naim, su marido, la llama por segunda vez. Entonces, ella le propone (usando todos diminutivos y tono amoroso) ir a entrenar, finalmente, juntos. Si no fuera por ese llamado, ¡todavía estaríamos charlando!
¿Qué entrenás?
De todo. Pero cuando estoy con mucho trabajo y no tengo tiempo, corro todos los días media hora y después hago aparatos.
¿Tu cuerpo necesita tanto?
¡Yo lo necesito! A mí me gusta entrenar, necesito liberar energías.
¿Si no te movés te ponés loca?
Un poco sí. Y si tengo tiempo libre, hago más cosas, tipo yoga. Y me encanta bailar. Me gusta mucho el hip hop. Tengo muchas ganas de empezar danza clásica por la postura, porque te alinea mucho.
Por tu personaje en Mis amigos de siempre , ahora jugás al fútbol; ¿tuviste que aprender o ya sabías?
Nunca había jugado en mi vida; había jugado al básquet, pero al fútbol no. Arranqué de cero. Pero lo mío es actuación, no es que tengo un coach, ¿eh? Cuando arrancamos, se me reían todos en la cara.
¿Y te alimentás de alguna manera especial?
Sí, lo fui aprendiendo. Ya desde chica sentía que no me gustaba comer carne, y cuando dejé de comerla, estaba a full con el trabajo así que no le pude dar mucha bolilla a mi alimentación y me hizo mal. En ese momento comía sano, pero no comía lo que tenía que comer. Hasta que conocí a Karina Fuks, una doctora deportóloga que amo; con ella aprendí , sobre todo, a saber qué es lo que mi cuerpo necesita, escuchándolo.
¿Cómo funciona?
Ella trabaja con una técnica muy interesante: tiene una cartuchera llena de frasquitos con muestras reales de alimentos de todo tipo: un pedacito de carne, harinas, frutas, chocolate... Y te hace sostener un frasquito en una mano mientras juntás los dedos de la otra con fuerza. Si ella logra separarte los dedos, entonces significa que ese alimento no es funcional a tu organismo, te resta fuerza. En cambio, si los dedos se mantienen juntos, tenés que sumar este ingrediente a tu dieta. Es algo personal. Ella hace de todo, es como una gurú. Me ayudó mucho, pero también yo soy muy de darme cuenta de qué es lo que me hace bien y qué es lo que no. Yo soy muy fuerte en ese sentido, no solo con la alimentación, soy una persona que registra qué quiere, y cuando sé qué necesito, allá voy, sin dudarlo demasiado.
Bikini de tiro alto (Las Pepas, $399), gafas bicolor (Carla Di Sí, $1500), pulsera con dijes (Vitamina, $138), lona estampada (Tienda Fan, $420) - Créditos: Juampi Bonino. Producción de Pía Rey
¿Por eso te casaste tan chica?
Sí, a los 22. Por eso y porque no me da miedo el amor, ni me da miedo sufrir. Me toca lo que me toca y lo acepto, soy muy abierta.
¿Y qué te da miedo?
¿Qué me da miedo? A ver... Soy muy de pensar en los demás y lo que yo pueda hacer sin darme cuenta que lastime al otro me da miedo. También tengo miedo a no poder realizar ciertos sueños.
¿Es el miedo a la frustración?
Puede ser, pero ni siquiera, porque siento que si no alcanzo algo tampoco lo viviría como un fracaso. Creo que podría abordarlo desde un lugar de oportunidad, de que en la vida se tenía que dar así. Tengo una profundidad muy grande, siento que tengo un alma más vieja. Entiendo tanto a las personas que me cuesta enojarme con ellas, porque aunque alguien me diga algo para herirme, es como un instinto que tengo: entendí en dos minutos por qué me dijo eso, entonces no me lastima. Listo, me dejó de enojar.
¿Te funciona? Porque a veces el enojo es una reacción necesaria...
Es que cuando es necesario, yo me re enojo, pero a veces también me da fiaca. Entonces, elijo no hacerlo, elijo que eso que me dijo la otra persona no me hiera, porque me da más pena el otro que lo que me pasó a mí. Me gusta estar bien, soy re práctica con esas cosas, la vida es simple para mí, la complejidad pasa por otro lado.
¿Por dónde pasa la complejidad?
Tengo muchas aristas y la cabeza muy abierta, lo espiritual te hace ser así. Eso te convierte en una persona rica y te ayuda a obviar todo lo que genera pérdida de energía. A eso apunta la espiritualidad.
Maxivestido de seda en franjas (Uma, $1590), pulsera con eslabones (María Rivolta, $290) - Créditos: Juampi Bonino. Producción de Pía Rey
¿Tu marido te acompaña?, ¿es un compañero espiritual?
Mitad y mitad. Él es muy energético, re canal, muy intuitivo, pero no tiene la sabiduría espiritual tan trabajada.
¿Cómo asociar este mundo espiritual con la bomba sexy?
Son como contrastes muy fuertes de personalidad. Lo que pasa es que entiendo que ahí está también la vida. Yo sé quién soy, en qué época mía estoy. Tengo mi costado más punk, pero nunca fue mi obsesión volverme un ícono sexual. Creo que tengo muchos otros sentimientos que me gusta sentir, expresar, y no quisiera que la parte sexy (que sé que la tengo y no la niego, de hecho me parece lo más) opaque todo lo otro.
¿Son opuestos que conviven armónicamente?
A veces me peleo. Yo soy muy romántica, por un lado; muy pisciana, mimosa y maternal y, al mismo tiempo, atrevida y pícara, mi lado más trashero. Reconozco que hay cosas que una vive en la vida que te dejan un poco agujereada, nada trágico, lo que nos pasa a todas... Y eso quedó en mí, entonces todas las emociones fuertes me gustan, me identifican un poco.
Ese costado oscuro, ¿te empuja a ideas autodestructivas?
¡Noooo, yo soy re sana!
Y hablabas recién del alma, ¿creés en vidas pasadas?
Yo creo en todo, en todo lo que pueda creer... ¡Soy la persona más esotérica que hay! (risas). Amo la astrología, estudié un montón, sé hacer cartas natales. Soy muy curiosa con todo lo que me interesa, muy ratón de biblioteca. Me tocó ser de esta manera, y a veces demasiado. Tengo una facilidad para percibir el mundo, para percibir la naturaleza, conectarme con los animales.
¿Y eso es algo que se tiene o no se tiene, o que se desarrolla?
Eso es algo que se tiene, y también es algo que se puede despertar. Yo he visto mucha gente que no era espiritual, y de repente se juntó con una persona que lo era y le empezó a abrir ese canal, o que le pasó algo en la vida y cambió. Son etapas de la vida, son vidas también. A veces, son almas muy jóvenes, hay que respetar. Pero no soy exigente, la gente no tiene por qué entender mi mundo espiritual.
Decías que es lo que te tocó.
Es lo que me tocó, a cada uno le tocó lo que le tocó, yo me siento abierta desde muy chiquita, por ejemplo, todo lo del más allá.
Top de lino (Dubie, $598), palazzo de lino y seda (Dubie, $1890), gafas de marco cuadrado (Carla Di Sí, $1400) - Créditos: Juampi Bonino. Producción de Pía Rey
¿Cómo entra ahí la racionalidad?, ¿algunas veces te traba?
No, soy muy entregada a las cosas en general. Tengo una manera de sacarle el jugo a todo, pero sí trato de usar mi razón para potenciar eso, porque aparte yo no soy prejuiciosa en general, ni con la gente ni con nada, soy lo antiprejuicio. Entonces, voy a encarar las cosas con la predisposición de creer. Soy una exploradora del mundo, de los vínculos, la vida y las relaciones. Todo me apasiona y el amor es mi inspiración.
¿Por eso invitaste a tu marido a estar durante la producción de fotos que hicimos?, ¡¿siempre va con vos?!
¡No viene nunca! Pero era domingo y el plan de salir a navegar con el solazo que había daba..., así que cuando vi cómo venía la mano, lo llamé. Al final, ¡la pasamos muy bien! Fue una buena idea invitarlo.
¿Cambió mucho el matrimonio en estos cuatro años?
A ver, algunas cosas por suerte sí, para bien. Otras no, porque es bastante fácil, nosotros nos llevamos muy bien naturalmente. Es una relación en la que a cada uno le atrajo el otro de primera, de mucho amor, y en la convivencia él es muy productivo, porque vivió muchos años solo, entonces, además de arreglar lo que sea, es de lavar y hacer esas cosas que a veces no hacen los hombres, es un genio. Tenemos una relación bastante simbiótica para la convivencia, con gustos muy parecidos, y eso también está bueno. Somos re aventureros y nómades, viajeros, nos gustan los mismos lugares.
Traje de baño con vivos a rayas (Lupe, $640), lentes con marco de carey (Infinit, $1200). Vestido a rayas con vuelo (Lacaste, $1290) - Créditos: Juampi Bonino. Producción de Pía Rey
¿Nunca estuvieron en crisis?
Sí, tuvimos. Aunque no muy fuertes, no. Pero sí nos han pasado cosas y hemos elegido, obviamente, dejarlas y poner adelante nuestro amor, nuestro respeto y diálogo. Yo estoy convencida de que lo amo, y ojalá sea para toda la vida, voy a pelear hasta el final por superar cualquier obstáculo. También puede pasar cualquier cosa, te podés enamorar de otra persona y que lamentablemente se termine. Aunque a veces esas cosas pasan para que una pueda reencontrarse desde otro lado. Uno va cambiando y es difícil estar en la misma sintonía siempre. Por eso, el diálogo es fundamental.
Encima, ustedes se llevan 20 años, en varias cosas deben estar naturalmente en etapas diferentes, ¿no?
Un poco sí, pero lo que pasa es que él es muy jovial para la edad que tiene y yo no tuve una vida muy normal, a los 12 años ya estaba trabajando. Ya a esa edad sabía que ser modelo era lo que amaba hacer.
¿Está en tus planes ser mamá?
Yo soy re maternal, pero no es un proyecto inmediato. Tengo mucho que hacer antes. Cuando sea madre, no voy a tener un solo hijo, y me voy a querer dedicar con toda mi energía a ese proyecto.
Y tu marido, ¿te banca?, ¿cómo se ve siendo padre tipo el Gato Dumas, a los 60?
Él no tiene problema. Yo soy así, muy adulta y madura, y el es muy jovial, todos sus amigos son o rockeros o actores o artistas. Mi marido es un adulto con un espíritu joven, tipo Mick Jagger; yo soy a veces más madura que él en muchas cosas.
Bikini de broderie (Jazmín Chebar, $750) - Créditos: Juampi Bonino. Producción de Pía Rey
Igual, con todo lo que aprendiste, si el Turco está muy viejito, podés jugar al fútbol con tu hijo (risas).
¡Claro! Fuera de broma, él me banca y me espera. Tampoco quiero superar mis 30 años para tener mis hijos, no quiero tener 35, los quiero tener por ahora. Pero tengo 26, soy re joven, con que espere a los 28, 29, los puedo tener tranquila. De hecho, toda mi vida yo pensé que iba a ser madre a los 21, por ejemplo. Pero cuando llegaba esa edad, decía: "Pará, pero todavía quiero hacer esto o lo otro". Siempre fui muy consciente. Me escucho mucho a mí misma.
¿Cómo es esa sabiduría interna?
Siento qué cosas me van a hacer feliz en la panza, soy muy sensible. Por suerte, aprendí a cuidarme un poco y estoy conectada a full conmigo misma. Siento que tengo que esperar un poquito más, pero no por la edad, yo ya me siento preparada para ser madre desde hace mucho, de hecho, lo deseo mucho, pero sé acá (se señala la panza) que mi energía tiene que ir hacia otro lado ahora. Cuando sea madre, voy a querer vivir intensamente la maternidad, quizás estar un año en una playa o un campo con mi hijo, no quiero hacerlo en plena vorágine. Me quiero entregar a eso, lo quiero disfrutar, sin perderme nada. Vivirlo instintivamente como un animal, para ver lo que me pasa.
Maquilló Fabiana Pereyra para Bettina Frumboli con productos Lancôme.
Peinó Walter Pampín para Civilesmanagement.
Agradecemos a Mume Boskovich, Agustín Puente, Tienda Fan y a Guillo por su colaboración en esta nota.Los precios pueden tener modificaciones.