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Erica Rivas: "Creo que el amor es divino, pero no es absoluto ni para siempre”

Consagrada en cannes por la película relatos salvajes y a punto de estrenar una obra de teatro, la actriz nos habla del éxito y el fracaso y del amor.




Por Carola Birgin y Agustina Vissani
Vestido con tablitas (Pepe Jeans, $980).

Vestido con tablitas (Pepe Jeans, $980). - Créditos: Hernán Cristiano. Producción de Cin Palacio.

Llega tarde, malhumorada, con una expresión desencajada. Y no es para menos: viene de quedar atascada con su auto en un piquete en el puerto. Mientras nos cuenta el suplicio que fue hoy llegar desde su casa en Maschwitz hasta este bar del Microcentro porteño, es imposible no pensar por un instante en los ataques delirantes de su álter ego, María Elena Fuseneco, en el ya clásico "Casados con hijos". Ella siempre almuerza acá, porque le queda cerca del teatro donde está ensayando su próxima obra, llama al mozo por su nombre y pide ¡papas fritas con huevo frito! Satisfecha, sonríe sin culpa, aunque cambia de opinión y vuelve a llamarlo: "Yo sé que a vos te gusta que pida siempre esto, pero hoy mejor no –le dice con complicidad–. Traeme una tortilla chiquita sin jamón, con un tomate al medio y limón". Nos reímos un rato y bajamos un cambio. De a poco, la actriz se desviste del hastío urbano para iluminarse de glamour, y entonces aparece la Érica Rivas de gala. Es cuando le pedimos que nos cuente sobre su reciente experiencia en el Festival de Cannes, adonde fue en rol de diva total, como protagonista de la nueva película de Damián Szifrón, Relatos salvajes.
En la alfombra roja, se veía como que te sentías una reina...
Sí, ¡me sentía una reina! Fue alucinante.
No era la primera vez que ibas, ¿no?
No, ya había ido a acompañar a Rodri (su ex pareja Rodrigo de la Serna) una vez, pero de compañía, ¿vieron?, que no es lo mismo... Igual, había sido muy fuerte la experiencia. Aquella vez fue muy emocionante porque nunca había visto una cosa igual: los aplausos, gente tan importante que una admira tanto, y todo el tiempo pensaba que si yo lo viviera como protagonista, no podría entender la magnitud que tiene, porque una está nerviosa por tantas cosas. Pero pude, parece que pude. También tengo casi 40, es distinto, la vez anterior tenía 30.
¿Y cómo fue ahora?
Lo máximo. Sentí que estaba en lo más alto de lo alto. No había nada más arriba. Esto nunca lo soñé, porque ni siquiera me hubiese animado a soñarlo, mi imaginación no podía llegar a tanto. Entonces pasa, y es tan, pero tan bueno que, por momentos, te agarra la persecuta de "no puede estar todo tan bien, seguro que ya va a venir la mala noticia". Es todo tan lindo que te preguntás: ¿qué más después de esto?
Pero mientras sí disfrutaste el momento y la jugaste de diva...
¡Claro! No da hacerte la intelectual a la que no le importan los flashes. Si estás ahí, te importan. ¡Me pongo todo y ya fue!
¿Te gusta esa parte?
No es lo que más me gusta. Me pone un poco nerviosa, tensa. Sí me gusta cuando tengo que buscar tranquilamente qué me voy a poner y tengo tiempo. Me gusta elegir la ropa, pero eso de tener una fecha y estar teniendo que conseguir un vestido acorde... Y encima estaba a full con los ensayos porque en agosto estreno Ojo por ojo y venimos desde hace meses preparándola. Igual, Francia es la meca de lo fashion, te resuelven todo, aprietan un botón y ya está, llaman a los mejores maquilladores, los mejores peinadores, no necesitás ocuparte de nada.
Tapado de pelos (Pepe Jeans, $2900), Remera de algodón (Vitamina $220), Pantalón floreado (Como Quieres Que Te Quiera, $481)

Tapado de pelos (Pepe Jeans, $2900), Remera de algodón (Vitamina $220), Pantalón floreado (Como Quieres Que Te Quiera, $481) - Créditos: Hernán Cristiano. Producción de Cin Palacio.

Contanos de la peli, ¿aceptaste el papel enseguida?
Al toque. Ni lo pensé porque lo conozco a Damián (Szifron), es amigo y sé lo que está poniendo en su trabajo.
En Relatos salvajes hacés de una novia que estalla de celos, sacada. ¿Qué te dejó este personaje de mujer despechada?
Muchas veces, el recorrido emocional que vos hacés como actriz es un camino que ya tenés más o menos mangiado. Pero otras no. En este caso, yo no soy celosa, entonces el desafío fue explorar a una persona que sí puede llegar a tener esos ataques de celos, ver hasta dónde llega. Y eso también es un aprendizaje, es sentir compasión hacia la gente que sí pasa por ese mundo y ver que es un infierno.
Que no seas celosa, ¿implica que sos una mujer muy segura?
En esto. Ahora. Por ahí mañana me pasa que me agarra un ataque de celos, no sé. Pero hasta acá, como que mi naturaleza no fue por ahí. Tengo otras trabas, pero los celos no...
Bueno, ¡eso te habrá facilitado bastante las cosas durante los 10 años que estuviste con un sex symbol como Rodrigo de la Serna!
Sí, no saben las cosas que me morfé en ese tiempo, imagínense...
¿Ahí te hiciste "no celosa"? ¿A la fuerza?
Desde siempre fui así. En mi familia somos cuatro hermanos y pienso que mucho de este aprendizaje viene de ahí. Si sos celosa con cuatro hermanos, olvidate, porque tu padre no tiene ni siquiera las manos para acariciar a todos al mismo tiempo. Yo creo que el amor es divino, es algo hermoso sin dudas, pero no es absoluto ni para siempre.
Con otras áreas que no son de la pareja, ¿tampoco sos celosa?
Con mi hija sí podría ser celosa. Más ahora, que Miranda tiene 13 años y ya ni le interesa mucho pasar el tiempo conmigo.
Fuiste madre muy joven...
Sí, a los 25. Muchas de mis amigas recién ahora están teniendo hijos. Yo no sé si hoy podría tener el arrojo que tuve a esa edad, ahora sería una madre sobreprotectora, mucho más hinchapelotas.
¿Querés tener más hijos?
Sí, me dan ganas... ¡para que me vuelva a querer alguien! Porque cuando tienen 13 ya no te quieren (risas).
Izq: polera de lana (Paula Cahen D’Anvers, $1270), Babucha con botones (Paula Cahen D’Anvers, $460). Der: Vestido largo (Complot, $549), Botas combinadas (Vitamina, $1498).

Izq: polera de lana (Paula Cahen D’Anvers, $1270), Babucha con botones (Paula Cahen D’Anvers, $460). Der: Vestido largo (Complot, $549), Botas combinadas (Vitamina, $1498). - Créditos: Hernán Cristiano. Producción de Cin Palacio.

Y antes, ¿nunca sentiste ganas de volver a ser madre?
Sí, pero era muy miedosa. Cuando sos madre, te agarran todos los miedos. Y además el cuerpo, yo trabajo con mi cuerpo. Cuando tuve a Miri no me llamaba nadie para trabajar, hasta pensé que iba a tener que volver a la facultad de Psicología (Érica estudió dos años de Psicología antes de dedicarse de lleno a la actuación). Fue una depresión...
Obvio que mi hija cambió mi vida, todo eso que dicen de descubrir el amor más puro te pasa y es cierto, pero hay toda otra cosa de entrega, de la tristeza de no poder hacer lo que quería hacer... No sé, se me revolucionó todo y después me daba mucho miedo volver a pasarlo, fue muy fuerte para mí.
Pero una vez que te consolidaste de nuevo en la profesión, ¿no creías que habías conquistado un montón de cosas ya?
No, yo no creo en la conquista de las cosas. Nunca. Siento que todo puede cambiar en dos minutos, que la gente se puede olvidar de vos de la noche a la mañana. Como decíamos antes, cuando tuviste la posibilidad de vivir la escena también desde el lado de la "no protagonista", podés descubrir una zona oscura desde donde vos mirás y hacia donde vos mirás, que no es el brillo del protagonista. Yo sé lo que es haber bajado una obra de cartel porque no fue nadie a verla, ¿entienden? NADIE. Estar maquillada y lista para salir al escenario y no hacerlo porque no hay público. Digo, yo no me olvido porque es parte de mí, porque adoro haber pasado por eso, adoro haber estado ahí, porque amaba esa obra, la había hecho yo, era un proyecto mío. ¡Ni siquiera cobraba por hacerlo!
¿Por qué adorás haber hecho gratis una obra que no fue a ver nadie?
Porque... No sé si a ustedes les pasa: ¿no adoran a sus ex? Está eso de "yo la pasé". Dentro de mí, como actriz, está ese recorrido, ese dolor. Es una zona que está inaugurada. Entonces, que hoy Almodóvar me diga cosas hermosas es algo que disfruto de otra manera. Cuando veo a la gente que le va bien de una, en todo, me da miedo, porque no hay nada atrás de eso. Los fracasos son situaciones que una tiene que parir, y está bueno conocer ese dolor.
Así como en Cannes sentiste que no te quedaba nada más arriba, en ese momento no tenías nada más por debajo. ¿Creés que hoy podés vivir la vida con tal gratitud porque en otro momento te pasó lo otro?
Claro, porque entendés que ni el éxito ni el fracaso son realidades absolutas. No es lo uno o lo otro, son las dos cosas. Y todo me sirve como actriz, y ni hablar como madre, como mujer. Esos dolores son parte de mí, si alguien me quiere sacar esos recuerdos, lo mato. Son míos..., ¡los necesito!
A veces está bueno dejar algunos momentos negros atrás...
Quizá sí, pero siempre tienen una razón de ser. Si pensara que eso malo que me pasó no sirve para nada, no tendría sentido nada. Para algo es que una tiene que vivir esto. Poder imprimirlo, poder atravesarlo.
¿Lo decís desde un lugar intelectual o espiritual?
No lo digo desde un lugar u otro. A esta edad, a esta joven edad, hay dimensiones que se volvieron una sola. Antes, estaba todo disgregado: me alimentaba intelectualmente en la facultad donde estudiaba, espiritualmente en alguna terapia... Eran capas que se superponían, ahora siento que las experiencias son dimensiones que se volvieron una sola.
Ese "para algo", ¿tiene que ver con otras vidas, con otros momentos?
No, tiene que ver con el ahora, con esta vida. Es una manera en la que yo pienso la vida. De algunas cosas que me pasan o me pasaron todavía no me llegó la respuesta a ese "es para algo", a veces todavía no sé los porqué, pero ya lo voy a entender.
Suéter de lana (Complot, $620)

Suéter de lana (Complot, $620) - Créditos: Hernán Cristiano. Producción de Cin Palacio.

Hablando de lo que ya pasó: ¿cómo vivís el fenómeno Casados con hijos y eso de verte perpetuada en un mismo papel que hiciste hace tiempo? ¿María Elena Fuseneco es una mochila para vos?
Para nada, yo lo vivo con felicidad, se dio así. Hoy no tengo nada mejor para ofrecer en la televisión, así que me parece maravilloso que sigan pasándolo, me gustaría que pudiéramos hacer muchos más capítulos y que hubiera más para mostrar, pero no sé por qué no se puede. De lo que sí estoy segura es de que no es una mochila, no es algo pesado, no es una carga, no me molesta que me encasillen.
¿Estás en pareja?
Estoy en pareja.
¿Hace mucho tiempo que están juntos?
Y, hace ya ocho años, un montón.
¿Casarte no?
Noooo, eso es del siglo XIX...
Nunca pasaste por la situación "casamiento".
No, no quiero. Me pondría muy nerviosa. Además, me da mucho miedo.
¿Casarte te da miedo? ¿Por qué?
No sé, es como que pienso: "¿Por qué le tengo que decir esto que siento a tanta gente? ¿Qué sentido tiene? ¿Por qué?".
¿Tiene algo que ver en esta postura el hecho de que después de una relación de tantos años te separaste? ¿Se te juega algo de descreimiento del amor?
Nooo, soy re Susanita. Me dio pena terminar una relación de amor tan puro. Pero es algo que sucede. Y no soy de las que se quedan con la nostalgia o con la pregunta eterna de por qué no fue. Hay que desterrar esa necesidad del "para siempre", ¿por qué todo tiene que durar para siempre? Lo que fue, fue hermoso. Tuvimos una hija que es la cosa más linda que me pasó en la vida. ¿Qué voy a decir? ¿Me voy a quedar con el "qué lástima que no fue para siempre"? Pedir más, siempre necesitar más, me parece que no da. Lo mismo con todo.
Tapado de pelos (Pepe Jeans, $2900), Remera de algodón (Vitamina $220), Pantalón floreado (Como Quieres Que Te Quiera, $481)

Tapado de pelos (Pepe Jeans, $2900), Remera de algodón (Vitamina $220), Pantalón floreado (Como Quieres Que Te Quiera, $481) - Créditos: Hernán Cristiano. Producción de Cin Palacio.

¿Con qué otras cosas?
Bueno, ahora se me viene a la mente lo que hace mi novio. Él es arquitecto y hace casas de madera, y todo el tiempo me hace replantear esa cosa italiana que yo traigo arraigada del ladrillo, del hormigón armado, que la vivienda dure una eternidad, hasta después de vos, incluso. ¿Por qué todo tiene que durar tanto?
Un cambio de paradigma...
Sí, ya conocerlo y ver lo que él hace y cómo encara las cosas me cambió todo.
¿Qué es hoy la "casa de madera" para vos?
Para mí, es vivir el presente, no querer proyectar tanto. No es que no me guste proyectar, pero sacar eso de "para siempre". Porque, además, ¿saben lo que me pasa? Que no sé si me va a gustar siempre lo mismo. Está bueno poder cambiar, permitirte la posibilidad.
Maquilló y peinó : Ema Miño.
Agradecemos al hotel Home Palermo, a Casa Chic y a Paula Marinangeli por su colaboración en esta nota.
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