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Espiritualidad y cultura en la India

Recorrimos el norte de este país intenso y de raíces sagradas de la mano de traditional India Tours y South African Airways




Un clásico turístico en el Taj Mahal. simular que lo sostenés de la puntita para la foto

Un clásico turístico en el Taj Mahal. simular que lo sostenés de la puntita para la foto - Créditos: Gentileza Fermán Carullo

Por Soledad Simond
Cuando me preguntan sobre viajar a la India –esta fue mi segunda vez–, siempre respondo dos cosas:
Aprovechá y hacé alguna vivencia de conexión interna: llámese ir a un ashram o monasterio a hacer yoga, meditación, técnicas de respiración o servicio (¡o todo junto!). Incluso, visitar a algún maestro espiritual, el tuyo o uno recomendado, que si tenés la suerte de que no esté de viaje quizá pueda recibirte o vos participar de alguna actividad con él o ella. Cada una puede organizarlo vía web y sumarlo en su itinerario o pedírselo a su agente de viaje.
Es bueno irse con un tour, sobre todo si tenés poco tiempo: India, lo habrás escuchado mil veces, es intensa, y la contención de un viaje organizado te libera gestiones cansadoras y te da resguardo (con el hotel confortable esperando) cuando sentís que tu corazón va a estallar de tanto estímulo emocional, visual y auditivo. Ese combo no falla: un poco de silencio y otro poco de ruido; un poco de florecimiento espiritual y otro poco de realidad absoluta. Como ya sabés, los opuestos se atraen y los extremos se complementan. Quizá cuando vas a París no estás pensando dónde hacer una sesión de ashtanga yoga, pero si viajás a Oriente, una no puede escapar de su origen milenario y santo.
Ahora, la India no es "espiritual" en sí misma (¡bah!, no más que otro país, si entendemos que todo es espiritual), pero sí es tierra fértil para las ramas de la filosofía védica, el hinduismo, el budismo, si estás dispuesta a desenterrarlas. Pero está bueno aclarar esto, porque para muchos puede ser muy perturbadora, lejos de cualquier vivencia armónica que brinde bienestar. Así que si estás entre irte a un all inclusive en Cancún o un hotelito en Varanassi, ¡creeme que vas a tener que rever tus prioridades!

¿Para quién es este viaje?

La India te lleva al asombro. Si estás dispuesta a trabajar tu flexibilidad, tu compasión, tus miedos, si estás para aventurarte a un nuevo mundo, andá sacando el pasaje. Este no es un viaje para espíritus débiles, porque muchas veces éstos son puestos a prueba. Si te divierte, podés hacer un pequeño test casero, decile a tu pareja o a una amiga que toque la bocina de un auto durante 15 minutos. OK, ¿te la bancás? ¡Ahora imaginalo multiplicado por cientos de bocinas! Parece un chiste, pero así es, hay que estar muy en tu centro para disfrutar del caos sin ser perturbada. Por eso está bueno, además de hacer turismo, complementar con alguna experiencia de introspección.
También, la India es ideal para quienes aman el diseño y el arte, cada rincón puede ser una foto de colores exultantes y detalles olvidados que para vos son majestuosos tesoros. Muchas veces se cree que como ves "esa pobreza extrema" se te abre el corazón. Es cierto, pero ¿alguna vez viste la pobreza que nos rodea? No es necesario viajar casi 16 mil kilómetros para que eso nos conmueva.
Este trip es para descubrir que allá a lo lejos, aunque no lo creas: hay mujeres que en este mismo momento están vistiendo sarees (¡que vos usarías para ir a un casamiento!), hombres que comen con la mano sentados en cuclillas en la calle, conductores de rickshaw que pedalean y te llevan por $2 a lo largo de veinte cuadras, sacerdotes que improvisan una bendición y luego te piden 50 euros, un río que mágicamente no se pudre aunque diariamente tiren decenas de cadáveres. Si estás lista, allá vamos...

Comienza la aventura

Este trip es para descubrir que allá a lo lejos, aunque no lo creas: hay mujeres que en este mismo momento están vistiendo sarees (¡que vos usarías para ir a un casamiento!), hombres que comen con la mano sentados en cuclillas en la calle y conductores de rickshaw que te llevan por $2

Este trip es para descubrir que allá a lo lejos, aunque no lo creas: hay mujeres que en este mismo momento están vistiendo sarees (¡que vos usarías para ir a un casamiento!), hombres que comen con la mano sentados en cuclillas en la calle y conductores de rickshaw que te llevan por $2 - Créditos: Gentileza Fermán Carullo


Decir que viajamos a la India es como decir que visitaste la Argentina y solo conociste Buenos Aires. Este país es tan inmenso como el nuestro, así que se suele dividir el paseo en regiones. Salvo que te quedes tres meses, es raro encontrar personas que en veinte días hayan conocido el Norte, como hicimos nosotros, y el Sur (por ejemplo, Bangalore o Kerala). Se necesita tiempo. Es una buena oportunidad para trabajar la paciencia, no solo porque para hacer 300 km podés tardar ocho horas por culpa del tráfico, sino que en cada pueblo, para hacer una cuadra, con tanto vendedor, negocio, conversador ocasional, podés tardar una hora. Entonces, una vez delineado el recorrido, solo queda confiar en los buenos choferes (más de una vez rezás por tu vida por lo mal que manejan, ¡o lo bien!, porque no podés creer que llegues a destino sana y salva) y aprender a no distraerte en las calles si estás apurada.

Dehli

Visitá también los shoppings, esa ropa que nos gusta y que seguiremos usando –más allá de las babuchas callejeras– está en tiendas como Pantaloons y Fab India (www.pantaloons.com) y Fab India (www.fabindia.com).

Visitá también los shoppings, esa ropa que nos gusta y que seguiremos usando –más allá de las babuchas callejeras– está en tiendas como Pantaloons y Fab India (www.pantaloons.com) y Fab India (www.fabindia.com). - Créditos: Gentileza Fermán Carullo


La capital tiene más de 22 millones de habitantes y una puede ver una India más moderna, donde se da el permiso de ser menos conservadora. Es más probable encontrar chicas que viven solas (sin esperar ser casadas) o vestidas con jeans. Pero también está la vieja Dehli, un laberinto de apretadas callecitas, donde en 1649 d. C. se erigió la capital del Imperio Mogol, un poderoso estado turco islámico, hasta la rebelión independentista de 1856. Luego, vendrían los ingleses..., pero eso ya es otra historia. Lo interesante es que la India tiene esa extraña mezcla en su arquitectura, cultura, gastronomía de sus raíces mezcladas con contrastes árabes y sajones. El desarrollo del té, por ejemplo, en sus refinadas variedades (Ceylón, Assam, Darjeling), no hubiera sido el mismo si no fuera por las exigencias del 5 o’clock tea, como así tampoco tendrían el inglés como tercera lengua (siempre están el hindi y el dialecto de cada región primero). La capital sirve para aterrizar, en principio; luego hacer un city tour, pero también para recorrida de mercados, como el Janpath Haat (Connaught Place, en el centro de Nueva Dehli). Pero nuestra recomendación es que visites también los shoppings, esa ropa que nos gusta y que seguiremos usando –más allá de las babuchas callejeras– está en tiendas como Pantaloons y Fab India .

Agra

Los conductores de rickshaw que pedalean te llevan por $2

Los conductores de rickshaw que pedalean te llevan por $2 - Créditos: Gentileza Fermán Carullo


Este pueblito es sinónimo del mausoleo más famoso del mundo, construido por un emperador mongol –Shah Jahan– en 1630 d. C. para enterrar a su mujer más amada (porque no era la única), que murió ¡pariendo a su hijo número 14! Empobreció la ciudad por culpa de esta obra erigida en una curva del río Yamuna, donde trabajaron 22 mil obreros y mil elefantes durante 22 años. Con semejante ostentación, lo terminaron tildando de loco cuando tambalearon las finanzas y lo encerraron en el Fuerte Rojo (paseo obligado también), en una suerte de cárcel VIP. Sea como fuere, el Taj Mahal te arranca una exclamación cuando lo ves, no entendés si es un fondo de pantalla o la realidad.
Más info:www.tajmahal.gov.in.

Jaipur

En los safaris encontrás todo tipo de animales

En los safaris encontrás todo tipo de animales - Créditos: Gentileza Fermán Carullo


La Ciudad Rosa, así se la conoce porque muchas de sus fachadas están pintadas de este color. ¿Qué comprar? Piedras preciosas, las encontrás en las más sofisticadas joyerías o caminando en la calle (podés conseguir un collar de granates en bruto, sin facetar –que tiene propiedades armonizantes para los dolores de ovarios–, por $40). El mercado principal está dividido por rubros, lo que facilita la compra: textil, bazar, gastronómico. Dos clásicos son el cine Raj Mandir, podés ver el último estreno de Bollywood; y el Palacio de los Vientos, desde donde las mujeres del harem, enclaustradas, veían la ciudad sin ser vistas. No nos atrevimos al Fuerte Amber, a 11 km de la ciudad, ¡porque la única manera era sobre elefantes y nos dio pena! Esta ciudad es para caminarla, perderse en calles rosadas y entrar al templo que a una le dé la gana.
Aquí finaliza el triángulo dorado; si unís estos puntos majestuosos en el mapa, vas a entender el porqué de esta etiqueta.

Varanasi

Un país intenso de raíces sagradas

Un país intenso de raíces sagradas - Créditos: Gentileza Fermán Carullo


Es el principal centro de peregrinaje hindú. Se cree que si alguien muere acá, accede directamente al cielo (por eso es todo un ritual la cremación de los cadáveres) y que al bañarte en el Ganges (¡donde se hunden los cadáveres!) "quemás karma". Si bien estas aguas no son cristalinas como en Rishikesh, centro yogui por excelencia, hombres y mujeres se zambullen diariamente. Eso sí, no está contaminada, algo así como un milagro o la suposición de que sus minerales mantiene su pureza.
El momento más especial es por la madrugada, desde una barcaza (paseo típico) ves salir el sol en el horizonte en la otra vera del río, donde la Municipalidad decidió no construir nada para no restarle a Varanasi su mística. Aprovechá para meditar.
En uno de los ghats (atracaderos de escalinatas) una noche tuvimos la experiencia de un aarti privado, la ceremonia del fuego en gratitud a los dioses, que comenzó con ofrendas de velas y flores al río, siguió con cantos sagrados y terminó con una deliciosa cena típica. De día y de noche, esta ciudad parece sacada de un cuento milenario. Siempre nos quedaremos cortas, la India es inabarcable, incluso para las Lonely Planet, pero eso es bueno: cada una puede construir su propio relato, porque cuando vuelvas, todos los que conocés te van a preguntar: "¿Cómo te pegó la India?". Porque, por distintos motivos, ya no serás la misma

Algo sobre su religión, Hinduismo

Créditos: Gentileza Fermán Carullo


Más del 80% de los indios son hindúes y cada rincón del país está repleto de estatuillas que simbolizan a sus dioses. Te damos un top 5 para que los googlees y ¡sepas a quién le estás rezando!
-Ganesh: con forma de elefante, representa la sabiduría y es el removedor de obstáculos. Si tenés algún problema, es a él a quien tenés que pedirle.
-Shiva: es el dios destructor y regenerador. Muchas veces es representado con su lingam (pene). Enfrente de cada templo de Shiva podés encontrar un toro, que es su vehículo.
-Laxmi: es la diosa del bienestar. Tiene cuatro manos y se la suele encontrar sentada. Si querés fortuna, ya sabés a quién pedírsela.
-Saraswati: es la diosa del aprendizaje, la música y la poesía. Para que tus hijos presten atención en la escuela, es a ella a quien habría que prenderle unas cuantas velitas.
-Krishna: era soldado y la octava reencarnación de Vishnu, el dios que conserva, y es el ídolo del Mahabharata, libro sagrado hindú.

Lo que tenés que saber

Créditos: Corbis


* En los aeropuertos, armate de paciencia: te chequean el pasaje y el pasaporte cada dos por tres, incluso cuando te acabás de bajar del avión. Tienen mucha seguridad y te revisan. Andá siempre con tiempo.
* Si no querés comprar, no mires: una arranca siempre muy amable, curioseando, pero llega un punto en que ya viste ese llaverito mil veces y, si mantenés contacto visual, los vendedores serán tu sombra.
* Andá a buenos hoteles si te da el presupuesto: no hay término medio, en el hotel tres estrellas podés sentirte en el peor hostel.
* No comas nada en la calle: seguramente algún día estés floja de la panza; si no te pasó, ¡no fuiste a la India!; pero para evitarte un mal mayor, elegí bien los lugares donde comés. A veces, Pizza Hut y McDonald’s te salvan.
* Hay que vacunarse contra la fiebre amarilla Por las dudas con 15 días de anticipación, por si tenés algún síntoma (que sería raro). Es gratis, averiguá.
* Andá con ropa cómoda, pero un toque tapada: un short o unas calzas pueden generar taquicardia en los indios. Evitate un mal momento.
* "Withouth spicy": Salvo que seas fan del picante, este es tu mantra.
* Regateá, pero ¡no tanto!: todo puede ser regateado, especialmente cuando te das cuenta de que un acolchado puede bajar a la mitad, pero regatearle a un rickshaw boy 10 rupias no te hará la diferencia, pero a él sí.

Stop en Sudáfrica

Todo viaje a la India incluye siempre un connecting flight ¡o varios! Según la aerolínea que elijas, también definís dónde podés pasar unas cuantas horas o un par de días. Nosotros nos bajamos en Johannesburgo, Sudáfrica, y volamos en un vuelo privado de una hora hacia la reserva Mala Mala, un lugar soñado donde te recuperás del jet lag y seguro ves a los Big Five, porque está al lado del Parque Nacional Kruger y en los safaris encontrás todo tipo de animales. Además, tenés tu propio bungaló en plena naturaleza y comés riquísimo, todo incluido.
Más info:www.malamala.com
Datos útiles
Para la visa: el proceso de trámite del visado demora 10 días hábiles. Formulario en http://indianvisaonline.gov.in
Cómo llegar : South African Airways llega a dos ciudades de la India, Nueva Delhi, desde US$ 2220, y Bombay, desde US$ 1566, a ambas tarifas hay que sumarles impuestos. Los valores son expresados en dólares americanos, por persona, ida y vuelta desde Buenos Aires. A partir de abril de 2014 la aerolínea realizará la ruta vía San Pablo.
Para informes y reservas: 4319-0099.
Más info:www.flysaa.com
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