
Florencia Fabiano: "Siempre busco más, no me quedo en lo cómodo"
Dejó de ser "la novia de" y la modelo low profile para convertirse en fotógrafa y emprendedora. A punto de cumplir 30 años, sabe lo que quiere, aprendió a decir "no" y disfruta de la vida
30 de septiembre de 2013 • 00:15


Camisa estampada (Lacoste live!, $649), jeans batik (María Cher, $698), zapatillas (Adidas, $659) - Créditos: Coni Dietrich. Producción de Ferni Moreno
Estoy bien. Mucho más segura y decidida, recién salida de un proceso de búsqueda que me llevó muchísimo y que, en realidad, seguramente continúe, pero que hoy me encuentra más plantada, tranquila.
Necesitaba conocerme porque me di cuenta de que no sabía verdaderamente qué me gustaba, qué quería para mi vida y para mi día a día. Como que viví muchos años de una carrera que es muy del afuera. Y, sin darme cuenta, de tanto repetirlo en castings y castings, terminé creyéndome que yo era "un metro setenta y dos, morocha con ojos claros, argentina". Esa fue mi presentación en todos los castings, todos los días, ochenta veces por día. Terminás perdiendo de vista los valores reales, quién sos de verdad.
Exacto. Así que me empecé a ocupar un poco de mí y de lo que me pasaba. El año pasado fue un año súper introspectivo en el que salí de la terapia tradicional y empecé a picotear distintas alternativas..., ¡hasta me fui a escalar el Uritorco!
Se me dio de repente. Aunque siempre me había interesado, nunca había hecho nada. Pero creo que llega en una etapa en la que ya destrabaste temas fuertes con la psicología tradicional y necesitás una segunda etapa para reconstruir. A veces, si te quedás solo con la terapia, no terminás de sanar.
Entendés qué es lo que te pasa, pero el cuerpo todavía lo registra y es difícil de modificar, qué sé yo... Debe ser la memoria celular.
Es buenísimo, súper interesante. ¡También lo hice!
Al principio, cuando empezás a buscarte, hay una sensación de vacío. Es como "¿uy, qué es esto?". Pero por otro lado, es un momento muy positivo al descubrir el potencial de las cosas.

Camisa patchwork (Mess and Sage, $395) - Créditos: Coni Dietrich. Producción de Ferni Moreno
Todo fue bueno, en realidad. Es que antes yo no tenía muy claro en qué lugar me encontraba. Te decía que podía vivir un poco acá, un poco allá, me gusta esto, me gusta aquello. Ahora estoy en una etapa en la que realmente me pregunto: "¿Qué me gusta, qué quiero?".
Algo así (risas). No me preguntaba qué quería, y seguía. Igual, estoy súper agradecida porque gracias a todo lo que fui viviendo hoy tengo más para elegir, más información, vi más cosas, me dio herramientas..., pero fue una etapa.
Para mí son muy sentidos, los trato de internalizar todo el tiempo. No solo los llevo puestos, también los pinto, los tengo en mi casa, les saco fotos. Los adopté porque creo en lo que significan y quiero internalizarlos.
Creo que me lo puse para empezar a manejar el tema de la ansiedad. ¿Viste que es un tema que nos pasa a todos? Y entender que todo se termina te relaja en algún punto. Esto es un poco el infinito, una rueda, no es algo que va a durar eternamente, ¿entendés? Termina y vuelve a empezar. Saber que todo va a pasar, que todo se va a terminar y que va a empezar algo nuevo, te saca un poco de ansiedad, te da las armas para salir adelante y confiar en que siempre lo que se termina es para mejor. Siempre fue así, por lo menos en mi caso. Es como la teoría de Steve Jobs que dice que los puntos se unen para atrás. Por algo pasan las cosas.
También está eso. Estoy en esta transición de que tengo 29 y ya siento que el tiempo empieza a correr. Antes, era una desquiciada del trabajo. Era "hay que viajar, hay que hacer". Ahora, estoy en otra etapa más tranqui y entendiendo esto de que lo infinito es el alma de una. El otro día, leí un libro que decía: "Escribite una carta como si tuvieras 83, ahora". Te empezás a escribir y decís: "¿De qué te estás quejando?". Si tomás conciencia de que un día vas a tener esa edad y te ves hoy..., ¡tenés todo para hacer, dale! Siento que lo del infinito me representa ese aquí y ahora, a pesar de que marca una eternidad. Acá y ahora, qué soy.

Camisa de gasa (Trosman, $960), suéter bicolor (María Cher, $898), falda plisada (Ayres, $568), sandalias con plataforma de arpillera (Lomm, $1200) - Créditos: Coni Dietrich. Producción de Ferni Moreno
Ah, mirá, no sabía. Pero yo lo siento impresionante, es un cambio total en la manera de pensar.
Pero todavía no lo tenés tan claro, porque decís: "¡Ay, crecí!", "puedo decir que no a esto", "puedo decir que sí a esto otro". Es buenísimo, pero te da un poco de ansiedad porque antes ni pensabas, antes el tiempo parecía eterno. Ahora, como que las decisiones son más fundantes.
Creo que cuando hacés algo que no te hace bien, sentís que te fallás a vos misma, te quedás muy vacía. Y después de esta búsqueda, ya tengo a alguien dentro de mí que me está sacando tarjeta roja y diciendo "en esta no". Me planto un poco más. También es aprender a poner límites, porque este medio es "ponete el buzo verde", "ahora quedate en bombacha", tenés a diez personas tocándote, acomodando, peinando... Entonces, el límite empieza desde lo corporal, y así con todo. Ahora, cuando tengo a demasiada gente encima de mí, me empieza a molestar y necesito decir algo. Antes, me quedaba callada y no me importaba, ni me daba cuenta. Pero es fuerte, uno que me está tocando la cabeza, otro que me está tocando la boca, otro acomodando el corpiño, ¡y yo como un poste!
Obvio que de alguna manera las cosas cambian. Pero creo que si el proyecto coincide con las ganas de una, más allá de con quién estés, sucede, o una hace que suceda. Siento que hay que amigarse con el pasado, con las decisiones que una tomó, y ver hacia dónde te llevaron. Yo hoy estoy pasando un momento bárbaro y, en definitiva, es consecuencia de todas esas decisiones o no decisiones que tomé, así que no me arrepiento de nada.
Sí, además, en esta búsqueda de la que hablamos también crecés en la percepción del amor, de las relaciones de pareja. Ya no va más eso de arrepentirte del amor. Quizá cuando sos más chica, más pasional, te peleás y después no querés saber nada más. Todo es extremo. Pero en mi última relación, sobre todo, rescato que si bien lo quise mucho estando juntos, me sorprendió muchísimo el amor que vino una vez que me separé, ¿entendés? Ese amor después del amor. Creo que aprendí a amar realmente.

Camisa de seda (Paula Cahen D''''Anvers, $740), palazzo de crêpe (María Cher, $1400), plataformas de charol (Prüne, $1450) - Créditos: Coni Dietrich. Producción de Ferni Moreno
Difícil de explicar, queda sobre todo en el corazón de cada uno. Te ponés contento si al otro le va bien y al otro le pasa lo mismo con vos. Yo sé que hoy soy lo que soy porque varias personas pasaron por mi vida y sumaron, me ayudaron a construirme...
Sí, y dijimos que no.
Me puse muy feliz cuando me llamaron porque era algo que quería mucho, y cuando no me salía la tapa de OHLALÁ! decía: "¡No lo puedo creer!". En su momento, cuando me la habían pedido con él, decidimos no hacerla porque no éramos de exponernos tanto. Y cuando me salió esto, me dije: "Los premios de la vida, ¿no?".
Claro, porque ahora sí tiene que ver con mi historia y no con ser "la novia de". Me siento feliz en serio, salté cuando me salió lo de la tapa (risas). No me pasaba desde hacía un montón de tiempo de decir: "Ay, qué bueno que me salió tal laburo", fue un lindo regalo que agradezco.
No. Tampoco me interesaba demostrar que yo era alguien más. No tenía otras cosas para contar, sinceramente. Era modelo, vivía afuera, las notas más o menos terminaban dando el mismo resultado: "Hizo Dior, vive en París...". Pero ahora sí siento que tengo algo más para decir, algo mío.
Primero como hobbie, en los viajes que hacía por laburo. Pero también como necesidad a partir de las ganas de expresarme.
Creo que me agobió un paso antes de descubrir que la fotografía era un nuevo camino en mi vida.
Sí, sí. Todo se va dando de manera bastante fluida. Es más, me ganó de mano Milo Lockett ofreciéndome hacer una muestra. Yo venía haciendo un blog bastante amateur, y él me dijo: "En veinte días exponés", y, de repente, fue "Flor Fabiano, fotógrafa". Igual, no fue fácil abrirme y mostrar mi mirada.
Muy privado. Es loquísimo, porque todos te dicen: "¿Te da vergüenza esto y no te da vergüenza ponerte en ropa interior en gigantografía?". Pero no es lo mismo.
Exacto. Y es más difícil mostrarle el contenido a cualquiera y que opine. Pero bueno, también hay un trabajo de entender cuáles son las críticas de la gente a la que realmente le interesa tu crecimiento; el que te dice "¡qué lindo!" sólo por decir, el que critica sólo por criticar. Igual, ya aprendí a escuchar lo que hay que escuchar y no enroscarme con todo el blef.
Sí. Hice un montón de cursos tanto acá como afuera. Yo soy una "pro cursos" total. Me encantan. Ahora, por ejemplo, acabo de terminar uno corto de Comunicación Social en la UBA y voy a empezar otro de Recursos Humanos. No sé si estoy como para hacer una carrera de cuatro años. Siento que el rol de estudiante es para una etapa en la que estás para eso, hoy no sé cómo me llevaría con los profesores... Ahora es como que quiero probar mucho.

Chomba de hilo (Pepe Jeans, $495), shorts de lino (Paula Cahen D'''' Anvers, $620) - Créditos: Coni Dietrich. Producción de Ferni Moreno
Ehm... No, no sé. Me gusta poder comunicar a través de la fotografía, pero de ahí a hacer periodismo, no sé. Por ahí sí entrevistar o hacer un perfil fotográfico. También me gustan mucho las acciones sociales. Hace dos años, empecé a hacer unos viajes solidarios al Chaco, y estoy muy copada con eso.
Les doy cursos de pintura y de fotografía a los chicos. Viajo con una fundación con la que les llevamos camaritas descartables para que saquen fotos y en el viaje siguiente les llevamos las fotos impresas para que las intervengan. No tengo muy claro todavía qué es lo que me mueve, pero me hace muy bien, me conecto a full.
Diez días cada vez que viajamos. Recorremos las escuelas, el impenetrable. Eso me encanta, pero bueno, es como una parte, ¿no? Tengo ganas de meterme cada vez más con eso, por eso empiezo Recursos Humanos.
Es que en todo este tiempo descubrí un montón de cosas que me encantan y me pasa un poco eso de decir: "Bueno, por ahí cambio, por ahí mi imagen cambia y dejo de ser solo una modelo".
Sí, el mundo de la moda tiene un brillo que muchas veces te encandila, pero yo sé que tengo mucho más para dar y no me banco quedarme en el molde. Este tema de lo social también empezó a pesar mucho en mi balanza. Creo que hoy soy un poco de todo, no es que reniegue de la modelo. Es más, el otro día fui a BAFWEEK, y veo la ropa, me empiezan a maquillar, y como que me gusta todo eso..., pero hay otra Flor que no tiene nada que ver. Pero bueno, hay mucha gente que puede ser varias cosas al mismo tiempo. Y yo creo que voy a seguir en la moda, de hecho, ahora empecé un proyecto de remeras con Jime Butti, una amiga y colega.
Es una marca de remeras eco-friendly estampadas con fotografías o intervenidas con pintura. Pensamos lanzarla en el verano 2014.
En mi lista de proyectos hay varias cosas dando vueltas, pero van a ir llegando con el tiempo. No sé si será mi signo, pero no me sale proyectar. Soy más de pensar que todo llega a su tiempo, nunca me salió hacer planes.
Escorpio, y no sé si será Saturno que impacta, pero todo lo que planeo hacer sale de cualquier manera, se corta. Cada vez que tomo una decisión, ¡pum!, todo lo que pensaba sale distinto. Por eso no te puedo decir: "Sí, voy a hacer tal cosa". Creo que todo puede pasar, soy re chica.
Ahora no hay una tendencia. Antes por ahí te tenías que comprar la Vogue para ver lo que se iba a usar, ahora es como que usás lo que te gusta. Hay tantas propuestas que podés tomar una cosita de cada una.
No soy extravagante ni tengo grandes looks, pero nunca me vas a ver zaparrastrosa. Me gusta la moda, la elegancia. Igual, tengo mis momentos. Hay días que digo: "Por favor, que no me cruce con nadie", que tengo el pelo terrible, la cara... Son como los días rojos que decía Audrey (Hepburn), esos en que no te sentís bien, los que no tienen brillo. Días que hay que dejar pasar, aceptarlos y seguir.
Me gusta estar bien, pero soy medio fiaca. Lo que sí no dejo por nada es la dermatóloga, me parece súper importante cuidar la piel. También hago yoga, y eso lo vivo como fundamental. Cuando por algún motivo dejo un tiempo, siento que empiezo a perder el brillo en los ojos.

Vestido de corte evasé (Complot, $490), plataformas (Prüne, $1390) - Créditos: Coni Dietrich. Producción de Ferni Moreno
Sí, total. A partir de ahí te ves bien, estás más fluida, más suelta, eso también hace a la belleza.
Ando en rollers con mis amigas.
Tengo un vicio mal. Más allá de la que me regalan, cuando viajo, me encanta comprar ropa interior, me parece lo más. Pero no me gusta el corpiño armado, soy bastante clásica. Aunque, encajes, por ahí sí.
Y, sí, pero también para una, en este plan de sentirte linda. Yo soy del algodón, pero había tenido una época en la que era más de las microbikinis..., y ahora volvieron (risas). Son etapas.
Igual, voy mechando. Una amiga me dijo que la vedetina también está buena porque te sostiene más la cola y ayuda a que no se caiga.
Estoy bien, contenta. Después de una relación tan importante, poder volver a amar genera un florecimiento hermoso. Y también esto que hablábamos de aceptar que una también puede seguir amando a las personas que pasaron. Estoy en una etapa de disfrute, de amar mucho, amar todo.
Me parece que la búsqueda y el aprendizaje son algo eterno. Creo que lo más importante es lo que hablábamos al principio: mantener la ansiedad controlada, porque las cosas se van a ir dando de la mejor manera. Ir acompañando los cambios y no rehusarse a lo que nos pasa. Aceptar y ver el lado positivo de las cosas, pero nunca dejar de buscar, nunca estancarse. Es importante no quedarse en lo cómodo y siempre buscar más.
Agradecemos la colaboración de Fanny & Alexander y Lara Luján en la realización de esta nota.
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