Julieta Prandi: "Hago sólo lo que me hace feliz"
La conductora de Zapping comparte su experiencia como madre primeriza; "A los dos meses de haber parido retomé el trabajo; necesitaba arreglarme un poco, volver a sentirme mujer"
13 de junio de 2011 • 12:33
Apenas un ligero rastro de tapaojeras –que no llega a cumplir la misión con éxito– delata su situación. Por el resto, nada haría pensar que Julieta Prandi acaba de tener un bebé. Nos recibe de entrecasa, pero bien arreglada, y tiene –según ella– sólo dos kilos de más que ni se le notan. El embarazo le dejó el pelo muchísimo más largo y una expresión de satisfacción evidente en su todavía carita de nena.
Aunque ya logró dormir más de cuatro horas seguidas (a un precio alto: sólo lo consigue si lo hace con su hijo de cinco meses, Mateo –¡de 9 kilos!–, a upa), su principal enemigo sigue siendo el sueño. "Estoy agotada, ya dejé de llorar de cansancio, pero igual no doy más. A veces el bebé sigue tomando la mamadera cada dos horas toda la noche."
¿No le das la teta?
Sí, toma teta, pero también mamadera. Yo siento que tengo mucha menos producción, y que él necesita más. Es muy grandote; desde los 2, 3 meses empezamos a complementar con mamadera.
Eso te da más independencia. Y a la noche, ¿Claudio (Contardi) le da la mamadera y vos seguís durmiendo?
Sí, es un santo, Clau, pero el tema es que el primer mes, Mateo casi no durmió. Era llanto por todo, cólicos, no sé. Lo ponía en el moisés y a la media hora, de vuelta, y así eternamente. Yo estaba desquiciada, hasta que un día, de casualidad, se quedó dormido así, encima de mí, y tiró dos horas. Entonces dije: "Acá está, es esta la solución". Y desde entonces duerme toda la noche arriba de mí.
¿Tu espalda no te lo factura?
Sí, estoy complicada con la espalda. Pero ya ni espero a que llore, apenas empieza a girar la cabeza, es momento de darle la teta y de que alguien me acerque la mamadera para que coma y se duerma de nuevo. Así que sí, Claudio trae la mamadera, pero no es que yo ni me entero.
Ahora, ¡cómo cambia tener un hijo!, ¿no? ¿Esperabas tanto?
No, no esperaba tanto en ningún sentido. A nivel de la felicidad que trae, como también del cansancio, la demanda, el agotamiento... Y no imaginaba que mi hijo iba a ser así, porque tengo una amiga que tiene un bebé un mes menor que el mío y duerme toda la noche...
¡Siempre tenemos amigas con bebés que duermen más que los nuestros o que comen mejor!
Sí, y encima me pasa que no lo puedo escuchar llorar. Por eso, para hacer la entrevista le pedí al papá que se lo llevara. Porque si empieza a llorar, yo ya me empiezo a poner mal y no le puedo prestar atención al resto.
¿Vos también eras llorona de bebé?
No, ¿vos sabés? Mi mamá dice que yo dormía toda la noche y mi hermana también... Bueno, mi mamá también me cuenta que ella tenía leche como para cuatro bebés más. No es mi caso. ¡Nunca logré usar un sacaleche!
¿Tuviste parto natural?
Sí. Groso. Eso sí, tampoco esperaba que fuera tan doloroso un parto... No me agarraba la peridural y me prendió recién al final. Había llegado a las tres de la tarde, con 4 de dilatación, al sanatorio. Mateo nació a las 5:20, pero yo arranqué con mucho dolor a las 8 de la mañana en casa, o sea que venía pasando ya mucho. Fue rápido igual, al tercer pujo empezó a salir. Yo pedí verlo, me incorporaron y fue... no, no, algo increíble. Ese momento es maravilloso, cada vez que me voy a acostar y quiero pensar en algo lindo pienso en eso, en el momento en que salió Mateo.
¿Cómo hacés para trabajar con un bebé tan chiquito?
En la semana, lo dejo de a ratos, cuando hago algunas producciones, campañas. Los sábados, voy en vivo con Zapping, es el único día complicado porque vuelvo tarde, así que se tienen que bancar todo sin mí.
Pareciera que se divierten de verdad en el programa...
Nos divertimos mucho, con el Pelado ya somos amigos.
¿Te ves con Guillermo López fuera del trabajo?
Sí, casi pasamos las Fiestas juntos, porque estábamos los dos en Pinamar... Hace poquito fuimos a comer, tenemos muy buena onda. Se fue generando una relación y, bueno, te acostumbrás. Es parte de tu vida. El Pelado se bancó todo mi embarazo.
¿Te acompañó bien?
Sí, la verdad, un fenómeno. Teníamos un decorado con muchos escalones y él estaba pendiente de que no me cayera.
¿Estás contenta con Zapping?
Sí, me gusta mucho el humor y me gusta conducir. Yo empecé de casualidad como conductora, como todo en mi carrera, porque a actuar también empecé casualmente, igual que me pasó con el modelaje. Pero, de todo lo que probé hacer, esto es lo que más disfruto, me encanta.
Que todo en tu carrera te haya llegado de casualidad indica que sos de animarte, sos lanzada...
Sí, súper lanzada. Primero digo: "¿Cómo voy a hacer esto?", pero siempre me animo y, una vez que ya estoy en el baile, bailo. Cuando de casualidad terminé haciendo un casting para actuar con Francella y me eligieron, me preguntaba qué estaba haciendo yo ahí. Tardé un poco, pero a los 6 meses lo empecé a disfrutar, aprendí mucho y lo tomé como un juego.
¿Rechazaste muchas cosas que te propusieron?
Sí, campañas, tapas de revista, programas, ficciones, teatro, un montón.
¿Tu papá y tu mamá te hicieron rechazar cosas?
No, jamás, es más, muchas veces han creído que me equivocaba en rechazar algunas cosas, pero si no siento que es algo que voy a disfrutar, no lo puedo hacer. No puedo laburar de algo, de lo que sea, sin disfrutarlo, porque lo voy a hacer mal; entonces, para hacerlo mal, no lo hago.
Habiendo trabajado sin parar desde tan chica, ¿no evaluaste la idea de parar un poco y tomarte más que dos meses de licencia después de que nació Mateo?
Volví pronto a hacer el programa de tele porque era un día solo, y tenía ganas. Es un poco la necesidad de volver a sentirte mujer, ¿viste? Volver a arreglarte, sacarte el pijama vomitado. Voy a la peluquería, me hago las manos, los pies, me depilo. Salgo espléndida, soy mujer de vuelta.
Ya necesitabas eso...
Sí, y al mes de parir retomé el gimnasio. Llega un momento en que te embotás; con el bebé, al principio no podés salir a ningún lado, salvo al pediatra. El bebé que llora, todo el día acá adentro, ¡hablás hasta con la ventana!
Por Teresa Elizalde y Carola Birgin
Fotos de Eugenio Mazzinghi
Producción de Ferni Moreno
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