Julieta Zylberberg: "La vida se va poniendo cada vez mejor si una capitaliza los cambios"
Los 30 la encontraron bien parada: en pareja con el actor Esteban Lamothe desde hace siete años, con un hijo de uno y medio y en plena acción profesional. Después de Farsantes, la actriz se toma un respiro y vuelve al cine.
26 de marzo de 2014
Créditos: Anahí Bangueses Tomsig. Producción de María Salinas
Por Carola Birgin y Agustina Vissani
Cuarenta minutos antes de la hora acordada, nos manda un mensajito: "El lugar donde quedamos está cerrado". Ni tiempo da a pensar nuevas opciones: al toque, mensajea un listado larguísimo de propuestas cercanas a la inicial y hasta detalla pros y contras de cada una. Por algo, como nos íbamos a enterar después, le dicen "la Reina de los Bares de Chacarita". La actriz Julieta Zylberberg vive desde hace quince años en el barrio y es una gran "salidora". Más todavía en los últimos tiempos, porque, desde que nació Luis Ernesto (el bebé de un año y tres meses que tiene junto con el actor Esteban Lamothe), las calles, plazas y barcitos son más que nunca su lugar en el mundo: "Con un bebé te pasa mucho que tus recreos capaz son ir a tomar un café", cuenta, y muestra enseguida una foto de la criatura que le arranca suspiros.
Estás embobada con tu hijo...
Mal. En todos los sentidos. Muy copada, muy enamorada... y muy dormida todo el tiempo.
¿Su fuerte no es el sueño?
No. No duerme nada. Anoche, de 3 a 5 tenía como muchas ganas de vivir despierto...
¡Qué fiaca!
Sí, y además del cansancio, a esta altura ya hay algunas madres con las que no quiero hablar. Porque de pronto dicen: "Mi hijo se levanta y se queda jugando una hora en la cuna"... ¿¿¿Quéééé???, ¡no me digas eso! (risas). En este momento, me mandan un comentario así y yo ¡no charlo más!
En la maternidad es muy difícil no andar comparando, ¿viste?
Es inevitable. Así como tampoco se puede dejar de hablar de "los tópicos". Yo me acuerdo de que antes escuchaba a las mamás y pensaba: "¡Noooo, qué plomo!". Pero ahora caigo indefectiblemente en todos los tópicos comunes: el sueño, la caca, el jardín. Veo a una madre y directamente me le tiro a la yugular. "¿Cómo te va?", ¿ya elegiste el jardín?". ¡Todo! Me mando...
¿Tus amigas ya tienen hijos?
Algunas sí. Pero además me hice un par de nuevas amigas madres en la plaza.
¿En la plaza?
Sí, ¿no les digo? Veo una con un bebé y me le pego. Y como voy a la plaza todos los días, me pasa. Bueno, a veces no sucede y es bastante angustiante. Es fuerte, porque tenés a tu hijo chocho y vos estás dos horitas esperando a que corra las palomas, jugás un rato con él y después..., ¿qué onda? Así que, por suerte, sí, me hice un par de amigas que son lo más.
Volviste a trabajar muy pronto después del parto...
Sí, él era re chiquito. Tenía cuatro meses cuando hice unos días de rodajes de una película y después ya arranqué con Farsantes. Al principio, me lo llevaba al programa, porque también estaba mi novio ahí.
¿Cómo "novio"? Ahora que ya son padres, ¿no le decís "marido"?
No, porque no estamos casados ¡No hay ninguna firma! Pero además de lo legal, me gusta que sea mi novio... Me parece casi como, no sé, como un criterio a seguir. Aunque (con Esteban Lamothe) estamos juntos desde hace siete años y tenemos un hijo, me parece imprescindible mantener el noviazgo en ebullición permanente, todo lo que se pueda, todo lo que la rutina no te obligue. Mantener la novedad me parece fundamental.
¿Y qué hacés para lograrlo? Además de seguir diciéndole novio al padre de tu hijo, claro...
Bueno, por ejemplo, salimos mucho separados, salimos mucho juntos, nos divertimos, tratamos de buscar nuestros espacios, de emborracharnos una noche cada tanto, no sé. También organizando a futuro distintas cosas. Los proyectos como que por un lado son la parte burocrática, si querés, de una pareja. Pero ahí también se juega algo importante: cómo hacer que toda esa burocracia sea algo que te entusiasme y te motive. Es cierto que nosotros no somos muy lineales en ese sentido, vamos armando a medida que aparece. Y empujamos los dos. Aunque, si se quiere, yo vengo a ser la más burocrática de la pareja.
Es la típica: cualquiera de los dos va al súpermercado, pero ¿quién hace la lista?
¡Obvio que yo! Mi segundo nombre es "Lista", Julieta "Lista".
Además de para las compras, ¿para qué hacés listas?
Para todo. Me volví bastante fanática. Hago listas para armar un bolso, para organizarme el día, para lo que venga. Siempre a mano. Y tengo un sistema aceitadísimo: tildar un ítem significa algo, redondear la palabra, otra cosa... ¡Y tacho! Qué lindo es tachar lo que ya saldaste... Es como que me siento amparada en mis listas.
¿En Farsantes fue la primera vez que trabajaste con tu novio?
No, justo veníamos de hacer hacía muy poquito de pareja en una película. Fue la segunda experiencia.
¿Y? ¿Qué onda?
Espectacular. En la pelíicula descubrí que trabajás con una confianza cuando hacés de pareja de tu pareja... Es genial. Y mientras hacíamos el programa también nos pasó eso de encontrarnos muy cómodos con la situación. Aparte, fue en un momento especial: con un bebé chiquito y toda la revolución que implica tener un primer hijo, con todo lo hermoso y todo lo movilizante que es. En el medio de eso, era una gran movida irnos a trabajar, un croquis organizativo impresionante. A veces lo llevábamos a Luis, y cuando íbamos solos estaba re bueno.
¡Una salida de novios!
¡Les juro! Ir a trabajar solos era un programón de pareja. No saben la excitación que me agarraba por ese ratito de charlar en el auto y estar juntos sin la presencia imponente que es, y que cada vez requiere más atención. Además, nosotros veníamos de llevar una vida en la que salíamos mucho. Así que era un gran cambio. En medio de todo esto, hacer dos trabajos juntos, estuvo muy bueno.
En siete años no hicieron nada de trabajo juntos y ahora... ¡todo!
Medio que se está dando así, es verdad. Y ahora estamos con un proyecto que armamos juntos. Escribimos una película, junto con dos amigos más, y después de mucho tiempo en que le dimos vueltas y más vueltas al guión, ahora lo empezamos a mover. Se lo dimos a Graciela Borges para que haga el papel de nuestra madre (somos tres hermanos), y se re copó. Es un amor total, ella. Está bueno como proyecto diferente a la actuación porque lo escribimos. Supongo que para este año saldrá algo, pero mientras, tenemos otras cosas.
¿Qué?
Esteban está grabando Guapas y yo recién empiezo a filmar en mayo una película con Ana Katz que se llama Mi amiga del parque.
¿Nos hiciste todo el entre con tus amigas de la plaza para promocionar tu próximo proyecto?
Noooooo (risas), es pura verdad. Es una película re especial para mí, porque con Ana somos muy amigas y vamos a actuar juntas. La peli habla un poco de la maternidad y casi de un modelo de identificación femenino, de un momento muy revolucionado. Cómo queda una medio en un limbo y va buscando... Bueno, es como que ¡estoy viviendo escenas de la película!
El otro día, twitteaste algo así como "qué buena que se está poniendo la vida". ¿Te pasó eso ahora con la maternidad, con eso de estar tan asentada, con un novio?
Sí. Me parece que la vida se va poniendo cada vez mejor si una capitaliza los cambios. Un hijo es un antes y un después, no estoy diciendo ninguna novedad, digo, sucede en general. Pero es muy increíble, muy inexplicable e intransferible. Como una cantidad de emociones nuevas, y está buenísimo. Son muy hermosas todas las distintas cosas que vas viviendo. Y yo la paso bien. También hay algo de asentamiento que contribuye, pero no solo por el noviazgo y el hijo, digo, como el asentamiento de una, interno.
Lo que para muchas viene después de la crisis de los 30. Tenés justo esa edad.
Sí. Como que la adolescencia y la juventud muy temprana son de bastante sufrimiento e inseguridades. Después, no sabría decir en qué momento exacto, pero llega cierta aceptación de cosas que te hace estar más tranquila. Lo hablaba la otra vez con una amiga mía del colegio, de toda la vida, una edad a la que no volvería: los 16 años. ¡No añoro para nada la adolescencia! Vivís sufriendo, por una cosa o por otra, ¡todos sufren por algo! Y eso que yo tuve una adolescencia re linda, ¿eh?
Una adolescencia que no debe haber sido muy convencional. Porque vos empezaste a trabajar muy chica, ¿no?
Sí, pero aunque trabajé desde chica, la adolescencia fue una etapa re normal para mí. Yo fui al colegio Carlos Pellegrini, terminé el secundario, fui a campamentos como todos mis compañeros, tengo a mis amigas del colegio. Tuve mi etapa de vestirme re hippie. Cuando me acuerdo de eso me da mucha gracia, no salía del batik y de las All Stars...
Y ahora sos pilchera, según decís.
Muy. ¡Y cada vez más! Me gusta mucho la ropa.
Cuando le hicimos una nota a tu novio, nos dijo que él era de andar en joggineta todo el día, que no le importaba nada, ¿vos sos lo opuesto?
¡Es verdad! Igual, en su joggineta tiene su coquetería. No usa cualquiera, ¡tiene unas preciosas! (risas). Sí, me gusta la moda.
¿Por qué decís que te gusta cada vez más?
No sé, tal vez fui hippie tanto tiempo que, después de todos esos años de fashionismo adormecido, ¡estalló! Y ahora hay algo hasta cuantitativo en mi relación con la moda: a los 18 años entraba en un local de ropa y me gustaba una cosita, y si ahora entro en un local, digo: "Me gusta esto, esto, esto y esto".
¿Comprás ropa?
Sí, no muchísisisimo, pero compro.
¿Te costó volver a tu talle después del embarazo?
No, y eso que no me privé de nada mientras estuve embarazda, por algo aumenté ¡veintiún kilos! Pero toda la vida fui muy flaca, nunca me cuidé con la comida ni nada.
¿Gimnasia tampoco?
Bueno, eso sí. Hago dos veces por semana con mi entrenador. En un gimnasio al lado de mi casa, en la puerta contigua. Aunque esté tan cerca, siempre primero me da fiaca, pero después quedo bien. Así que le pongo pilas. Además de físicamente, me hace muy bien emocionalmente. Tuve una época en la que corrí un poco y ahora estoy medio fiaca, pero quiero retomar.
Podés salir a correr con el cochecito.
No, pero no. En esa no me sumo.
Capaz tus amigas de la plaza se copan.
Mmmmm, somos más de la meriendita (risas). Pegamos más con eso. Me parece que está bueno, pero no soy una fanática, aunque cada vez me parece mejor mover el cuerpo.
¿También esto cambia con la edad, el tener que ocuparte más del cuerpo y de tu salud? ¿Sentís una necesidad mayor?
Sí, un interés también. No soy obsesiva, pero sí me gusta. Cada vez más. Otro cambio que trae el crecimiento y que está bueno capitalizar.
¿Qué te pareció la entrevista? Espiá el backstage de esta producción.
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