La mujer moderna nació en Tiffany´s

Por Luis Ini
Especial para RevistaOhlala.com

Mucho se habla de que la mujer moderna esto y de que la mujer moderna lo otro, pero ¿cuándo fue, exactamente, que empezó a tomar cuerpo -femenino, claro- la idea de mujer moderna, tal cual lo entendemos desde hace más o menos medio siglo?

Un intento por responder a esta cuestión es el libro que hace pocas semanas se publicó en Estados Unidos bajo el elocuente título Fifth Avenue, 5 A.M.: Audrey Hepburn, Breakfast at Tiffany´s, and the Dawn of the Modern Woman ("La Quinta Avenida, 5 de la mañana: Audrey Hepburn, Desayuno en Tiffany’s, y el amanecer de la mujer moderna").

En él, su autor, el periodista Sam Wasson, abunda en muchos entresijos de la filmación de la referida película del título, que en la Argentina se llamó Muñequita de lujo , y está basada en una célebre, exquisita nouvelle de Truman Capote.

La historia de Desayuno en Tiffany’s se centra en Holly Golightly, una muchacha casi veinteañera, casi actriz, que, aunque procedente de una perdida ciudad de Texas, vive en Nueva York una glamurosa vida gracias a los favores recibidos de ricachones y hombres de negocios, y a la que nada ni nadie consigue domar. La heroína favorita de Capote aparece como desprejuiciada, divertida, algo melancólica, pero con una gran confianza en sí misma. Y hay otro punto fundamental, lo que allí se cuenta evita caer en la tentación moralista de qué es lo que está bien y qué no.

Algo de esto último también tiene la película, aunque el final un tanto pacato diluye el planteo. Para el protagónico de la cinta, Capote quería a su amiga Marilyn Monroe, posibilidad que rechazó la agencia de la blonda actriz, jugada que terminó por favorecer a la Hepburn y, posiblemente, a la idea popular del glamour.

Según sostiene Wasson, antes de la cinta dirigida por Blake Edwards, estrenada en 1961, Hollywood confinaba a las mujeres demasiado liberales a finales terribles o tristísimos, muy al gusto de la sociedad norteamericana de posguerra. Debería decirse que el texto de Capote ya había introducido el tema de que sexo y amor no tenían por qué estar unidos, pero es verdad que con haber sido un éxito de ventas es obvio que no logró igual masividad.

Porque, seamos sinceros, ¿hasta dónde soporta la sociedad actual que una mujer sea no sólo independiente y que tenga una vida sexual activa y sin compromisos sin que por eso se utilice epítetos denigrantes para describirla? Incluso, de no ser eso así en ciudades grandes, difícilmente suceda lo mismo en poblaciones más reducidas.

Entre otras cuestiones en eso se basa Wasson para marcar a esta cinta como piedra basal de una mirada feminista que estaba alumbrando, y que, dice, explotó en los sesenta con revistas como Ms. Magazine y una reformulada Cosmopolitan , y libros como Sex and the Single Girl ("El sexo y la soltera") y The Feminine Mystique ("La Mística Femenina"). No cuesta imaginar a quién le debe gran parte de su éxito Sex and the City .

El mejor vestido de la historia del cine (by Givenchy) y a la vez el segundo objeto hollywoodense vendido más caro -detrás del Oscar a la Mejor Película por Lo que el viento se llevó - , una de las canciones más recordadas de todos los tiempos - Moon River , oscarizada también-, Audrey Hepburn y uno de los papeles femeninos más celebrados e icónicos -una muestra de fotografías en Bruselas y un libro la homenajean por estos días-, y, ahora, considerada como numen del feminismo..., si esta película no es un clásico, los clásicos ¿dónde están?