La Noche de los Bares Notables: los cinco imperdibles que deberías visitar

Ubicado en la esquina de Paraguay y Ravignani, este bar es testigo de ni más ni menos que los últimos 100 años de historia del Viejo Palermo. Por sus mesas pasaron artistas, pintores, escritores y muchos músicos, que supieron hacer de su espacio un nido de amores, poesías y retratos. Y también, proyectos, contratos, sueños, viajes, números e incluso revoluciones. Algunos de ellos fueron Ernesto Guevara, China Zorrilla, Jorge Fernández Días, Jorge Lanata, Julio Chávez, y cientos de personalidades destacadas de nuestra ciudad.

Una familia de inmigrantes gallegos lo soñaron, y en 1922 lo hicieron realidad. Durante muchos años fue manejado por los Lorenzo, y hoy está puesto en valor y resignificado por la chef Paula Comparatore y el arquitecto José Fernández, quienes siguen la tradición de reunir e inspirar al barrio. Desde 2015 es uno de los bares notables de la Ciudad de Buenos Aires.

Inaugurado el 21 de septiembre de 1884, este bar notable fue construido sin ahorro de esfuerzos ni gastos: fina boiserie, magníficos vitraux, mármoles italianos y muebles traídos de París. Una auténtica joya porteña. La poetisa argentina Alfonsina Storni fue una de sus clientas favoritas, al igual que Roberto Arlt e Irineo Leguisamo, que frecuentaban mucho sus salones.
 

La Legislatura de la Ciudad lo declaró sitio de interés cultural, y luego de un cierre de tres años, en 2001 fue reinaugurado, conservando su encanto y elegancia. A las impecables piezas de mármol de Carrara en la barra y las mesas, se le suman las suntuosas arañas de bronce original. En 2017 fue elegido como el mejor Café Notable de la Ciudad.

Su carta es amplia, pero el sello distintito de las Violetas son sus abundantes y deliciosas meriendas, razón por la cual por las tardes se hacen largas filas de espera.

Este bar, que en sus principios funcionó como un bar, almacén y fiambrería, fue fundado en 1927 por sus dueños españoles (un misterio del por qué de su nombre italiano). Roma se inició como un lugar de puesteros y proveedores por su proximidad con el abasto. En su interior, posee en dos de sus muros estanterías de madera con infinidad de botellas antiguas. Desde 1952 Jesús y Laudino se hicieron cargo y le dieron vida hasta 2019, cuando pasó a manos de Julián Díaz y Martín Auzmendi, que no dudaron en seguir la historia.

Este impresionante edificio de principios del siglo XX era en realidad la sastrería predilecta de la clase alta porteña, que iba ahí para elegir sus sombreros y vestimentas. A fines de los 70’ cerró sus puertas, dejándole paso al restaurante Clark´s, uno de los más reconocidos restaurantes del país. En 2002 volvió a cerrar sus puertas, y después de cinco años reabrió bajo su nombre original: The Brighton.

Su salón luce sus grandes vitraux y la impronta que dejó desde su comienzo la sastrería. En 1925 cuando Eduardo de Windsor, príncipe de Gales, visitó el país quedó maravillado por la belleza y elegancia del local. Tal fue su admiración, que no dudó en regalarles dos importantes tallas en madera con las tres plumas galesas, que hasta el día de hoy – tras casi 100 años – se continúan luciendo.

Thomas Watson, un emprendedor inglés, construyó el más importante hotel del pueblo de Belgrano, al cual le puso su nombre. Una vez edificada la Inmaculada Concepción, el hotel se unió a esta por el muro norte, formando la recova actual entre el templo y Juramento. Su fachada, donde los arcos de medio punto de la recova, que ha sido conservada y se destacan netamente, se muestra como un bello ejemplo de la arquitectura italianizante de fines del siglo XIX.